¿Por qué el detective Santiago Blanco es un hombre sentimental?
No entraremos en consideraciones teóricas sobre el género policial, ya que fueron ampliamente expuestas en Santiago Blanco 3 Breve biografía literaria de Santiago Blanco, en colaboración con Luis Antezana J. Lo que nos motiva ahora es compartir emociones vividas e ideas generadas alrededor de las conceptualizaciones que enmarcan lo humano, filosófico, social, político en una saga donde el escritor Gonzalo Lema narra en tres tomos la vida –en la complejidad del término- de Santiago Blanco protagonista de carne y hueso, decimos así por la existencia de otros personajes que giran en distintas dimensiones, que no son precisamente humanos pero que están involucrados con Santiago Blanco.
La saga comprende tres tomos. Cada uno contiene varios cuentos. En 2017 Que te vaya como mereces mereció el premio L´H Confidencial en Barcelona. Sin duda, son varios los enfoques en los que se puede tratar el contenido de los mismos. En la presente intención de aproximación no haremos un análisis de los cuentos en su temática, cada uno con su particularidad son casos de investigación detectivesca con metodología y procedimientos distintos donde se puede apreciar las dotes de intuición, observación, picardía e inteligencia con las que llega a un término final el detective Blanco sino; trataremos de justificar o descubrir porqué el detective es un hombre sentimental a la buena.
En una primera mirada al interior narrativo de los cuentos, nos encontramos con que Gonzalo Lema quiere, a partir del perfil de la personalidad del detective Blanco hacer un recorrido, con ojo crítico e irónico, por instituciones como la policía, la judicatura y los altos niveles del poder y la política, sin embargo comprobamos que no es solo eso, la intención va más allá.
No en vano se inicia la saga con “Un hombre sentimental” donde Gonzalo Lema nos presenta a Santiago Blanco como un SENTIMENTAL y, ¿por qué es sentimental? Veamos: detective valluno que carece de una historia familiar atractiva; más bien la suya es casi similar a las de muchos de circunstancias parecidas: nacido en la provincia Punata, hijo de madre soltera. Al padre no se lo conoce, es más, ni se lo nombra en ninguna parte de las narraciones. Aparentemente, su madre también lo abandona. En sus recuerdos está registrado únicamente lo vivido con su tía Julieta. Una infancia de orfandad impuesta que irá perfilando una personalidad con síndrome de carencias. Una adolescencia y juventud de pobreza y restricciones que impone saltos en su desarrollo psicológico. Él madura a fuerza de necesidad porque debe trabajar para ganar una remuneración y ser considerado con quien lo protege y quiere. La tía July es una presencia real, está ahí. Fue como su tabla de salvación en esa etapa de su vida pero también es la metáfora de lo que un día acabará “esto y comenzara aquello: “ Había soñado con unas algas marinas que colgaban del cielo transparente del dormitorio de su tía Julieta,y en sueños se reía de su propia ocurrencia por que no podía ser que confundiera las cosas: el techo con el cielo, las algas con las estrellas…soñara con el mar siendo así que él nunca había visto otra cosa que no fuera su valle cochabambino….Despertó con una estrellita negra pintada en la palma de su mano… se la mostró a su tía July y a otros más”¿ Buena suerte?, ¿ mala suerte? Nada de eso, era una despedida. “Tía July se murió a los dos días y la estrellita se borró inmediatamente” Hecho significativo. Con la muerte de la tía empieza la verdadera lucha por la vida sin otro referente para sus raíces: “Santiago se había quedado pensando que era un hombre solo desde que abandonó Punata y no volvió a ver a su tía Julieta”
El tiempo de convivencia con la tía fue su escuela donde conoció la idiosincrasia de sus paisanos de Punata, sus costumbres y sobre todo la forma sencilla y sensible de vivir: “La tía Julieta no se callaba... contaba que el desgraciado del poeta tenía amoríos con la cuñada. Su memoria guardaba detalles minuciosos sobre ella:” su tía Julieta comía así. Cerraba los ojos con la boca llena…además si se trataba de un hueso con tuétano…iba al batán y se ayudaba con el moroco”. Cuando siente la necesidad de retornar al calor maternal dirige sus pasos al cementerio y se entrega a la ilusión de sus deseos: “Soñaba que corría feliz por los campos de Punata y se decía que su tía Julieta lo estaba llamando a gritos“. Sin duda, ese lazo afectivo con su tía es lo que define su identidad de origen y procedencia:” Yo soy cholo del campo. Me ha criado mi tía Julieta.” Ella es su referente. Es la señal para saber de dónde viene. Ese sentimiento le da el soporte en los momentos de desequilibrio emocional.
Por encima de lo que afirma la psicología: que llegado el momento, todo lo malo que has podido pasar en tu niñez y juventud alimenta el caldo de cultivo para fermentar actitudes y sentimientos negativos para contigo mismo y para con los demás; lo que te convierte en una persona dura, cruel, incapaz de sentimientos nobles; por el contrario, en la psique de Santiago Blanco sucede algo distinto. Él es un hombre sentimental, capaz de llorar y condolerse de él mismo y de los demás, sensible con la presencia y vida de los niños porque desanda el camino y revive su casi orfandad: “quiero al bebé… voy a encajarle un tiro en plena cara si no me lo da…quiero al bebé con su bolsón de pañales, y un taxi…nada de bromas”. Son varias las expresiones de Santiago Blanco que confirman su sensibilidad de factura humana, doliente y temerosa: “No me faltaba nada, pero me dolía todo, incluida, por supuesto, el alma” “Mientras tanto, tenía ganas de llorar por algunos dolores profundos”… / se puso a llorar en los brazos de su novia…/. Necesito llorar y desahogarme /me dolía algo más bien dentro mío que seguramente se podía llamar alma”
Blanco, bebía cerveza y escuchaba boleros, lagrimeaba. Las letras lo sensibilizaban. Lo cuestionaban. Lo mataban…Definitivamente, el detective Santiago Blanco es un hombre sentimental, por encima y más allá de su oficio de detective que lo pone en situaciones por demás contradictorias a su verdadera naturaleza; la cual no sufre alteración alguna en las narraciones de los 3 libros. Lo vemos que con frecuencia es humanamente golpeado por las circunstancias que en muchos casos pudieron obligarlo a torcer el sendero del bien. Es noble, justo, honrado. Si no necesitara para sobrevivir no cobraría sus honorarios, los cuales tampoco le proveen lo suficiente como para tener vivienda propia. Alguna vez vivió bajo los puentes. Como detective privado se vio envuelto en maniobras truculentas pero jamás delinquió; al contrario fue víctima de soberanas palizas debido a los entuertos en los secuestros, homicidios y otros casos para los que lo contrataban. Investigador adscrito a la policía boliviana, trabajo que desempeñó por casi 50 años, tiempo que lo puso en contacto directo con la moral de la policía. “No soy nada…si fuera algo no sería policía”, le dice a alguien que lo quiere contratarlo para investigar un caso. / Nadie cree en la policía/ “De la misma familia. Delincuentes, policías y abogados.
Para completar el perfil del detective Blanco es el típico valluno gastronómico. No hay estómago en Cochabamba que se resista al llamado sin igual de sus comidas. El olor de la comida es un canto de sirenas: “En las penas y las alegrías él llena su estómago y refresca su garganta, ya con coca cola, cerveza fría o con chicha” Por sus paseos gastronómicos conocemos la variedad de ofertas en los menús, especialmente del mercado: Las sopas de papa runa golpeada en batán, de maní con carne de cordero. Las laguas de chuño y de choclo. El laping con mote de haba y soltero. Los sándwiches de pan de Arani recién llegado con lonjas blancas de pavita, con lonjas oscuras de lechón…
Pero, Santiago Blanco no sólo piensa desde su estómago sino también lo hace desde su propia experiencia de vida que es unamuniana por la idea trágica con que la concibe. Él cree que “nadie debía hacerse ilusiones de ser feliz siempre. Eso no existía”. Las muchas circunstancias que le toca vivir durante su trabajo lo llevan a pensar igual que Sartre quien sostenía que: el hombre ha nacido para la muerte como única realidad insoslayable y hay que aceptarla; incluso como una liberación. “La vida sería inaguantable sin la muerte. Pensó en la nada y le dolió la cabeza”
La ausencia de un referente de clase no lo hace un resentido social, por lo contrario, es consciente de la desigualdad social de su país. Él sabe de los preconceptos con que se maneja alguna gente que se cree de raza superior. “Usted quisiera llamarme agente o cualquier cosa más impersonal, y hubiera agradecido que yo no apellidara Blanco, sino Mamani, porque en otras razones su mujer apellida Blanco….¿Y, del amor? Santiago Blanco, después de muchas experiencias vividas con el puro sexo. Llenaba su vació existencial con encuentros sexuales fortuitos o con ilusiones que terminaban en dolorosas frustraciones. Finalmente, arriba al puerto del verdadero amor: “El hombre infló los pulmones de felicidad. Muy distinto era el amor a los antojos. Viendo a Gladis se evapora su sentimiento de orfandad. Se sentía completo y en paz. Un hombre enamorado.” Así se reivindica una vida que parecía signada por la soledad y el desamor. Una vida tan rica en vivencias contradictorias. Una vida que pudo malearse ante el guiño de mejores días al calor de la corrupción, la mentira, el engaño, pero no. Santiago Blanco fue un hombre sentimental a la buena.