Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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La crisis de las salas de cine en Bolivia durante tiempos de pandemia

Retrasos, escepticismo y falta de garantías afectan el funcionamiento laboral de las salas cinematográficas. En este texto se cuenta la experiencia del cine Capitol, uno de los sitios de exhibición históricos de Cochabamba.
Fachada del cine Capitol en la ciudad Cochabamba. FERNANDA SANDY ALBORTA-WIKIPEDIA
Fachada del cine Capitol en la ciudad Cochabamba. FERNANDA SANDY ALBORTA-WIKIPEDIA
La crisis de las salas de cine en Bolivia durante tiempos de pandemia

Constantes retrasos por parte de las grandes productoras de Hollywood; inseguridad y falta de garantías de las más importantes distribuidoras cinematográficas del mundo para que grandes estrenos lleguen a todos los cines del globo; y un gran escepticismo y miedo por  parte de la población que impide que sean parte de la experiencia y magia que ofrece una sala de cine, han sido los detonantes principales para que la industria del séptimo arte experimente  una de sus más grandes crisis presentes hasta la actualidad. 

Desde el año 2012, el cine Teatro Capitol, ubicado en la calle Colombia y esquina 25 de mayo, reabrió sus puertas a la población cochabambina ofreciendo un catálogo de películas actuales, entre ellas las más populares que usualmente llenan las salas de cine. No obstante, al igual que muchos cines, se vio afectado por la actual pandemia, misma que ocasionó baja concurrencia, una disminución en la distribución y pocas garantías de continuar presentando grandes estrenos. 

Eran las 04:15 p.m. del pasado viernes 9 de abril, cuando apenas solo tres personas acudían a la boletería del Cine Capitol para asistir a una función de la recientemente estrenada Godzilla vs. Kong. Aprovechando que había poca concurrencia de personas para acudir a tal función, me acerqué a la persona que atendía en boletería quién era nada más que el gerente general del cine.

Yuri Víctor Zambrana Bernal, gerente general del Cine Capitol, ha compartido, desde su experiencia como gerente de un cine, como la actual pandemia ha afectado y repercutido en el desenvolvimiento normal de las salas y cómo de incierto es el futuro, así como las garantías de sostenibilidad de las mismas. 

Desde su oficina en el Capitol, en la que se podían visualizar posters de algunos estrenos pasados como figuras de acción que adornaban su escritorio, Zambrana contó cómo es el trabajo de un cine en tiempos de pandemia. “El trabajo es muy complicado porque hay que tener todos los sistemas de bioseguridad desde un pediluvio hasta la realización de una termonebulización para que ninguno de los clientes llegue a contraer la covid-19 dentro de nuestras salas”, comenzó a explicar. En ese sentido, fuimos a una de las salas para ver cómo es el proceso de fumigar y desinfectar una sala de cine. En ese margen, Zambrana enseñó cómo las personas encargadas de la limpieza, con uniforme y equipo especializado, eran también las encargadas de rociar y desinfectar la sala de cine hacía los lados extremos como también en las filas y sus respectivos asientos. Posteriormente comentó que de no tomar tales medidas de bioseguridad el prestigio de los cines quedaría por los suelos. Mientras la sala seguía siendo desinfectada para el horario de la noche, brindó más detalles del cuidado y bioseguridad de las salas. “El cuidado que usamos en sala es la termonebulización. Este primero es utilizado para la esterilización de la sala. Segundo usamos el v o rayos ultravioleta. Son cartuchos con los cuales se desinfecta la sala y producen cero bacterias dentro de la misma”. Asimismo, comentó  que el distanciamiento social presenta una separación de dos butacas.

Volviendo a la oficina de Yuri, tomamos asiento y comenzó a brindar detalles  sobre los datos de taquilla. Yuri, con un tono decepcionado y preocupado, contó que disminuyó en un 70% la concurrencia del público. “El público  no está acudiendo a las salas: uno, por miedo a contagiarse y dos, porque no hay estrenos de títulos grandes”. Cabe mencionar que títulos grandes como Black Widow fueron retrasados hasta el nueve de julio de este año por lo que tampoco la gente ha acudido a las salas de cine. Asimismo, es incierto si estrenos como la nueva película de James Bond, la secuela de Top Gun o Eternals de Marvel lleguen en sus respectivas nuevas fechas de estreno. “Muchos títulos han sido postergados porque en parte de Europa, Asia y Sudáfrica al igual que en Sudamérica, están cerradas las salas”, mencionó Zambrana. Las pérdidas del 70% han afectado en todos los aspectos del campo laboral provocando una crisis tanto en los empleados como en las personas encargas de distribución y exhibición. Esto debido, no solo al miedo al contagio, sino a los pocos estrenos que ha habido. “Los cines, la mayor parte están agarrados de un hilo porque están a punto de cerrar por la baja concurrencia. No se sabe qué ofrecer al cliente. El cliente no quiere asistir a las salas de cine. Aunque el cine le ofrezca todas las medidas de bioseguridad que hay en el mercado sigue presente un miedo a contagiarse”, afirma Zambrana preocupado.

El gerente general del Capitol comentó que la experiencia  que hace única a un cine es la de ser un centro de entretenimiento que no lo ofrece el hogar. “Nosotros nos preocupamos por la bioseguridad y por ende de la salud de nuestros clientes con el fin que estén tranquilos viendo la película y puedan seguir vivenciando esta experiencia”, decía Zambrana en un tono reanimado tras la preocupación que denotaba hace unos instantes su expresión.

Para Zambrana, al igual que muchos gerentes y dueños de cine, la decisión de estrenar grandes producciones simultáneamente, tanto en cine como en servicios de streaming, son un daño que se ocasiona a los cines. “Esto daña económicamente a todas las salas en el mundo. Los dueños de estás grandes cadenas de streaming no han pensado en las salas de cine. Solo han pensado en su bolsillo”, aseguró expresando enfado y rechazó por la decisión de las grandes cadenas de estrenar simultáneamente películas grandes como Wonder Woman 1984 o Godzilla vs Kong. En ese sentido, Zambrana afirmó que el futuro del cine es incierto. “No tenemos garantías de los estudios ni de las grandes distribuidoras de películas. No dan garantías ya que a última hora están cambiando el modo de distribución de los títulos y que estos sean para streaming o plataforma, causando que no se estrenen en cine”, decía con desazón. “Así que no tenemos seguridad de estrenar ninguna película. Estamos seguros semana antes, porque después no tenemos ningún tipo de seguridad por parte de las distribuidoras”, continuó Zambrana. Asimismo, contó que junto a otros gerentes y dueños de las salas de cine de Bolivia se tuvo reuniones por Zoom con distribuidores internacionales que, por desgracia y ante las decisiones de grandes productoras no ofrecen garantías de distribución de películas y tampoco una confirmación oficial de que las películas lleguen a Sudamérica. “Los cines están asfixiados”, mencionó.

En vista de la falta de garantías y la baja concurrencia de la población, Zambrana aseguró que todos los cines están empezando a brindar promociones a los clientes para que concurran normalmente a las salas otra vez, pero está siendo difícil porque pese a las medidas de bioseguridad el miedo a contagiarse sigue arraigado y porque tampoco son consultados por las autoridades antes de tomar una decisión. “De acuerdo a los gobiernos municipales, las medidas de bioseguridad son presentadas a su parecer.  No consultan a las salas de cine. Directamente dicen tal semana la población recorre hasta las diez de la noche. Entonces nos cortan las funciones de cine. Nos van cortando las funciones de acuerdo a como van suprimiendo los horarios de circulación”, relataba Zambrana con desencanto. 

Ante esta realidad, reconoce que el futuro de los cines es incierto. Frente a la crisis de los cines y la vacunación no creé que la población ni el mundo sea el mismo. “No les interesa a los gobiernos o a nadie si los cines viven, cierran o mueren. Esperemos que la pandemia no acabe con las salas de cine”, finaliza Zambrana. 

Estudiante de Comunicación Social de la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” – Regional Cochabamba