¿Cómo se pueden documentar tantas cosas tan humanas en un mundo cada vez mas carente de las cualidades que componen lo “humano”? El agente topo, un hombre de 83 años, lo ha logrado. Al principio pensé que se trataba de una documental ficción, pues parecía improbable que se reclute a viejitos ofreciéndoles el trabajo de espía dentro un asilo. Luego me fui percatando de algunos “errorcitos” que parecían puestos apropósito; como la escena en que Rómulo Aitken le enseña a usar la cámara del celular a don Sergio y se muestra parte del equipo de producción del documental. Estos “errorcitos” a los que tan poco acostumbrados estamos los espectadores funcionan como una especie de recordatorio de que en verdad se trata de un documental, que hay un equipo presente documentando lo que pasa al interior de ese asilo, que las tristes historias y la soledad de sus personajes no son ninguna ficción; es la cruda realidad que viven muchos ancianos y ancianas. 

El documental transcurre dentro un asilo en la ciudad de Santiago de Chile y retrata las vidas de sus habitantes olvidados, confundidos, necesitados de que alguien los mire en un mundo donde la hiperconectividad nos ha desconectado de lo más esencial. El contacto humano, la escucha paciente, la desaceleración en una sociedad que exige estar sobre acelerados constantemente, la contemplación, la risa, el dolor. Es con mucha humanidad que don Sergio se dedica a describir el día a día de estos ancianos en sus reportes diarios. Le fue encomendada la misión de espiar a quienes deambulan por los pasillos del olvido a quienes con esperanza se paran en la puerta del viejo asilo a pedir que los liberen, cual si fuesen presos de algún sistema carcelario, en realidad están presos de la soledad que los acompaña, de los recuerdos que se les van esfumando o simplemente de la larga y tortuosa espera a la muerte.

El dispositivo o imput que usa Maite Alberdi, directora, para contar esta historia es simplemente genial.  Utilizar una agencia de investigación privada, un caso particular, para darle trabajo a un hombre de más de 80 años en un país en que las personas de la tercera edad son invisibilizadas y cuya posibilidad de trabajar se ve bastante limitada; a demás no cualquier trabajo, el trabajo de espía con el que mucha gente fantasea y que don Sergio lleva a delante con mucha dedicación hasta que su corazón, compungido por las historias que vivencia, explota en llanto. 

Tal grado de realidad humana no parece haber conmovido a los miembros de la academia, quienes declararon ganador a My Octopus Teacher en la misma categoría. Me resulta un poco risible y un poco triste que califiquemos “mejor” a un pulpo con la capacidad de sentir emociones “humanas” que a un humano por mostrarse humano ante las pantallas. Quizá necesitamos atribuirle capacidades “especiales” a los animales para darnos cuenta que estamos completamente alejados o carentes de aquello que nos hace humanos. 

El agente topo, documental de producción chilena, estrenado en 2020, compitió en los Premios Oscar 2021 en la categoría a mejor largometraje documental perdiendo, pero robándose los corazones de todos los que caímos en la profunda mirada del señor Sergio Chamy, protagonista del mismo.