Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

Catorce razones para no perderse la XIV Feria del Libro de Cochabamba

El evento editorial más importante del departamento vuelve a ser presencial tras la virtualidad obligada de 2020. Se abre este miércoles 6 y se extenderá hasta el domingo 17 de octubre, en el campo ferial de la laguna Alalay. Entre los invitados internacionales figuran el cubano Leonardo Padura y el chileno Ramón Díaz Eterovic.

Catorce razones para no perderse la XIV Feria del Libro de Cochabamba
Catorce razones para no perderse la XIV Feria del Libro de Cochabamba
Catorce razones para no perderse la XIV Feria del Libro de Cochabamba

UNO

Si el fútbol vuelve a convocar multitudes, por qué no han de reunir a los suyos los libros y sus ferias. Si los estadios vuelven a rugir con las voces de los hinchas, por qué han de seguir callados los lectores que vienen dándole pelea a la pandemia. Santa Cruz abrió la senda con la suya, La Paz acaba de concluir su edición 25, así que ahora es el turno de Cochabamba, que celebra su XIV Feria Internacional del Libro (FIL) del 6 al 17 de octubre, en el campo ferial de la laguna Alalay. Como es norma, la organización corre a cuenta de la Cámara Departamental del Libro. Se inaugura este miércoles a las 19.00 y, faltaba más, vuelve a ser presencial, tras las limitaciones de 2020 que impusieron una muy limitada versión virtual del evento. Los libros están para leerse, pero no solo: también se tocan, se hojean, se huelen, se cargan. Y por más solitario que pueda ser el acto de lectura, a los lectores también les gusta reunirse entre sí para hablar de lo que leen, compartir sus descubrimientos, lamentar sus decepciones. Y cuando el dinero provoca escozores, qué mejor que depositarlo -casi a la manera de un fideicomiso- en manos de los libreros, no sin antes consumar el ritual de seducción que suele mediar el intercambio de papeles: billetes numerados por páginas escritas. Eso sí, que nadie se olvide de pasarle alcohol a los papeles ni de regatear los libros blindado por el barbijo de rigor. 

DOS

Perú, Beni y la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB) son los invitados de esta versión de la feria. Por lo que se desprende del programa preliminar, la Cámara Peruana del Libro ofrecerá charlas y presentaciones virtuales, con participación de editores, escritores y libreros del país vecino, dueño, por si hiciera falta recordarlo, de una de las literaturas más apreciables en idioma español. Que Beni sea el departamento invitado de la feria es, por otro lado, una grata noticia, teniendo en cuenta el escaso conocimiento que tenemos en Cochabamba sobre las letras y la cultura benianas; un desconocimiento que conviene combatir y ante el que la FIL puede ofrecer algunos antídotos. La FC-BCB, por último, es una de las entidades culturales más solventes del país, que, además de administrar espacios patrimoniales en diferentes ciudades, edita publicaciones de inobjetable valía para la memoria histórica y artística de Bolivia que no siempre son tan accesibles como en las ferias de libros.

TRES

Este 2021 es un año redondo para la literatura boliviana por más de una razón. De dos de ellas ya ha dado cuenta la XXV Feria del Libro de La Paz: los respectivos centenarios del escritor paceño Jaime Saenz y del autor tarijeño Óscar Alfaro, el primero una de las cumbres de las letras nacionales y el segundo una figura esencial de la literatura infantil boliviana. Al homenaje a estos dos maestros también se sumará la XIV Feria del Libro cochabambina, con el montaje de un museo especial en el recinto ferial, actividades en torno a su legado literario, la oferta de sus libros y la llegada del libro Hacer y cuidar. Lecturas de Jaime Saenz, del crítico Luis H. Antezana, publicado por la Mariposa Mundial y Plural Editores. La troika de homenajeados la completa el venerable editor Werner Guttentag, fundador de la editorial y librería Los Amigos del Libro, cuyo centenario en 2020 pasó injustamente desapercibido por culpa de la pandemia, razón que justifica de sobra su inclusión en el museo de los 100 años, tratándose de un promotor imprescindible de la cultura librera en Bolivia.

CUATRO

Empezamos con las editoriales y sus títulos más novedosos (o no tanto) y relucientes. Y empezamos en casa. La Editorial Nuevo Milenio, a la cabeza de Marcelo Paz Soldán, tiene al menos tres libros de reciente edición que vale la pena buscar. Uno es Las voladoras, colección de cuentos de la ecuatoriana Mónica Ojeda, una de las voces fundamentales de la literatura latinoamericana contemporánea; no en vano este título, editado en España por Páginas de Espuma, fue elegido por El País como uno de los mejores libros de 2020. Otro es Allá afuera hay monstruos, la más reciente novela del cochabambino Edmundo Paz Soldán, acaso el escritor boliviano con más proyección internacional de su generación. Y el tercero es el volumen de cuentos Imposible regresar al lugar del que te fuiste, segundo libro del joven autor boliviano Gustavo Munckel.

CINCO

No son cochabambinos, pero como si lo fueran: los colegas de la Editorial El Cuervo encarnan a estas alturas todo un sello de calidad literaria dentro y fuera de Bolivia. No publican demasiados títulos, pero los que sí llevan su ave lectora no fallan. A la Feria del Libro de Cochabamba traen tres obras para tomar apunte: Miles de ojos, la nueva novela distópica del narrador cruceño Maximiliano Barrientos; El idioma de la lluvia, del alemán Roland Schimmelpfennig; y Troyano, del autor maltés Alex Vella Gera (estos dos últimos se inscriben en su recién creada colección de textos traducidos). A estos tres libros se suman todos los de su catálogo, en el que figuran nombres tan ilustres como Giovanna Rivero, Rodrigo Hasbún, Liliana Colanzi, Fabián Casas, Mariana Enriquez, Nona Fernández, Álex Ayala, Patricio Pron, Federico Falco, Álvaro Bisama, Sebastián Antezana, los hermanos Loayza y un largo etcétera en ficción y no ficción. Por si fuera poco, tienen un stock de libros importados inencontrables en otras partes de Bolivia que habrá que saquear con premura, siempre que no haya sido agotado en la Feria del Libro de La Paz.

SEIS

De vuelta en Cochabamba, hay que hacer barra por el proyecto Editorial LaLibre, asociado al CEDIB, que ha sobrevivido estoicamente a la pandemia con su librería local, donde ofrece títulos combativos, propios y ajenos, nacionales e internacionales, útiles para cualquier guerrilla cultural. Entre los libros propios que presentan en la Feria del Libro cochabambina destaca Tras El Dorado. Crónicas de la explotación de oro en la Amazonía, de la periodista boliviana Jimena Mercado. Amén de esta publicación, en su stand vale la pena revisar volúmenes sobre feminismos, extractivismo, postcolonialismo, música, artes y cine. Como cinéfilos que somos, les tenemos especial cariño a los títulos editados por Cinemas Cine, Imagen Docs y el Festival de Cine Radical que tienen un lugar privilegiado en la oferta de LaLibre.

SIETE

Otra editorial que tiene algo de cochabambina, aun a su pesar, es Dum Dum Editora, dirigida por la escritora cruceña Liliana Colanzi. En la FIL cochabambina estarán con los diez títulos de su joven, pero potente catálogo, entre ellos sus tres más recientes lanzamientos: Ñeepoti kaa peguara. Canto al bosque, poemario del boliviano guaraní Elías Caurey; El rehén, la novela cumbiera de Gabriel Mamani, una de las firmas bolivianas más celebradas de la última década; y Panza de burro, de la española Andrea Abreu, uno de los sucesos literarios del actual mercado iberoamericano. Las dos obras nacionales serán presentadas en el marco de la feria.

OCHO

El Grupo Editorial Kipus es otro de los patrimonios cochabambinos. No poco se puede resaltar de su amplísimo catálogo, pero si hay que jugarse por algunos de sus títulos más relevantes no podemos dejar de mencionar los libros de investigación histórica de Gustavo Rodríguez Ostria, el inmenso historiador boliviano que murió hace ya casi un año, así como las obras narrativas y ensayísticas de tres de los autores cochabambinos -por nacimiento o no- más reconocidos de los últimos 30 años, Ramón Rocha, Eduardo Scott y Gonzalo Lema.

NUEVE

Un proyecto editorial que se viene extrañando en Cochabamba es la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia (BBB), otra de las tantas víctimas de la crisis postelectoral de 2019. Su presencia en la feria está asegurada, por lo que cabe esperar sus más recientes lanzamientos, como la Obra Reunida, de Adela Zamudio (editada por Virginia Ayllón); la Antología de Ciencia Política, realizada por Fernando Mayorga; Periférica Blvd., de Adolfo Cárdenas; Warisata. La escuela-ayllu y Utama, de Elizardo Pérez, Alfredo Guillén y Natividad Peñaranda; o la Obra Reunida, de Jürgen Riester. Al margen de estas novedades prácticamente inéditas en estantes cochabambinos, se espera el arribo de los títulos anteriormente editados y las versiones en historieta de algunas obras de la colección que se lanzaron en la Feria del Libro de La Paz.

DIEZ

De entre los múltiples eventos de la agenda cultural de la FIL cochabambina, hay un par que deslumbran por el fuste de sus invitados. Ambos tienen por anfitrión al escritor Gonzalo Lema y por eje la novela policial, un género que cultiva este autor boliviano en la saga del investigador criollo Santiago Blanco. El primer conversatorio, titulado “La novela policial y la denuncia social”, tendrá por invitado al prominente escritor cubano Leonardo Padura, uno de los autores más reconocidos de su país, Premio Princesa de Asturias de las Letras y creador de la serie de novelas negras protagonizadas por Mario Conde. En el segundo, que lleva por nombre “La novela policial latinoamericana”, Lema estará acompañado por el autor chileno Ramón Díaz Eterovic, también muy premiado en su país por sus obras policiales, en particular por las que tienen por personaje al detective privado Heredia. Los dos conversatorios están anunciados para el domingo 10 y el domingo 17, a las 18.00, fechas y horas que tocará confirmar en el programa definitivo de la FIL.

ONCE

La programación cultural de la XIV Feria del Libro ha reservado un espacio privilegiado para las artes escénicas y musicales. Entre los elencos y grupos que han confirmado su participación en actividades paralelas a la exposición y venta de libros figuran el Circo El Tapeque, Títeres Elwaky, Napoleón se fue a Marte, la Orquesta Sinfónica de la Universidad Adventista, Sacrilegio, el Ballet Lumer, los solistas Chelo Arias, Vadik Barrón y Mauricio Canedo, entre otros. Si de todas formas vamos a estar con barbijos, será bueno salir al aire libre para ver títeres y escuchar música.

DOCE

Decíamos que en estas páginas somos incurablemente cinéfilos. Y también rabiosamente futboleros. De ahí que recomendemos algunas actividades paralelas que se inscriben en ambas militancias. Uno es el conversatorio “De la pantalla al papel: libros sobre cine boliviano”, programado para el domingo 10. El otro es la serie de charlas sobre fútbol, libros y literatura, organizadas en dos sesiones fijadas tentativamente para los días sábado 9 y domingo 17 en horarios que, de nuevo, corresponderá confirmar en el programa final.

TRECE

Más allá de las editoriales mencionadas líneas atrás, es menester recordar que la FIL cochabambina tendrá cabida para otras iniciativas editoriales, libreras y literarias que conviene no pasar de largo. Están algunas grandes como La Hoguera y Santillana, que suelen tener espacios propios. Y no menos importantes, son Yerba Mala, Sobras Selectas, Perra Gráfica, Mujeres Creando, El Caníbal Inconsecuente, Educación y Resistencia, la Sociedad Tolkien Bolivia, las uniones de poetas y escritores, los colectivos de literatura infantil, historiadores y numismáticos, y otras tantas. 

CATORCE

Otros actores que no podemos excluir de este repaso son las librerías e importadoras de libros con sede en Cochabamba o que llegan de otras ciudades del país para ofrecer títulos largamente esperados. No pocos nos alistamos para visitar los stands de las librerías Los Amigos del Libro, Encantalibros, Yachaywasi, Lecturas, El Baúl del Libro, Solo Libros-El Pasillo, que ojalá tengan confirmada su participación en la feria, tanto para ofrecer publicaciones internacionales como nacionales, en especial de editoriales importantes cuya presencia no está del todo asegurada, como 3600, Plural o El País. Un punto aparte se merecen las editoriales e importadoras especializadas en historietas, cómics y novelas gráficas, que tienen un espacio consolidado en esta y otras ferias del libro, con publicaciones de autores nacionales e internacionales.