Ha llegado a mis manos este hermoso libro, escrito por una joven profesora de prekínder de la ciudad de Cochabamba, Alejandra Cortés Jiménez, ilustrado por Nora (es todo cuanto se informa respecto de una excelente ilustración) y publicado por una editorial española con muy buena calidad.  Pude conversar con la autora y me contó que el primer año de la pandemia escribió el cuento y en internet encontró una convocatoria de la editorial BABIDI-BÚ, radicada en Sevilla, para presentar cuentos infantiles que tendrían la posibilidad de ser publicados, entonces decidió enviarlo. La verdad es que entiendo muy bien porqué fue elegido para publicación este relato: en su sencillez logra trascender la travesura, o la aventura, para mostrar la conversión de una actitud de rechazo, en aceptación y alegría. No se trata de cualquier final feliz, sino del resultado de un proceso, que puede entenderse y vivirse como un aprendizaje vital. En esto radica su posibilidad de llegar a los niños, no con lecciones de peso, sino haciéndolos vivir una transformación que implica crecimiento.  

El protagonista, un niño de ocho años, llamado Tomás despliega toda su inventiva para librarse de los botines que no le gustan, sobre todo cuando los compara con los diferentes zapatos que observa llevan puestos sus compañeros de curso. Sin embargo, al hacerlo, al actuar para envejecer o arruinar esos “botines verde pacay” descubre el mundo maravilloso de sus propias acciones, de su iniciativa, es decir, de la experiencia, con lo cual además gana la admiración y la amistad de sus compañeros, antes indiferentes hacia él. 

En esta época, en la que los cuidados requeridos por la pandemia han alejado a los niños de la experiencia de los juegos, de las aulas y de las posibilidades de actuar libremente, la lectura del relato de “Los botines verde pacay” pone a los niños en una situación de acción, de descubrimiento y de aprendizaje. Les ofrece la posibilidad de vivir, de sentir las experiencias de Tomás, y como no les será difícil identificarse con este personaje, pues está caracterizado con los sentimientos y las acciones más comunes de los niños: la vergüenza, el antojo de las cosas del otro y la timidez, entonces se apropiarán de esas experiencias con las “botas verde pacay” y podrán sentir el valor que al final del cuento tienen para Tomás. 

Byung-Chul Han, filósofo contemporáneo suizo-coreano, analiza los terribles efectos que tienen en nuestra sociedad los tan extendidos usos de la tecnología y de la economía digital y nos previene de sus consecuencias en la mente humana. Uno de los efectos que menciona es que esta virtualidad tan vigente causa que los seres humanos estén perdiendo la capacidad de establecer relaciones y contactos reales con los objetos, y también con las personas. Los objetos ya no están presentes en la experiencia humana, ya que todo se desmaterializa con el uso de la tecnología. Han nos dice entonces “las cosas representan hitos en la vida. Los objetos estabilizan la vida humana cuando le dan continuidad”. Así pues, resulta maravilloso descubrir que con este su relato, una joven como Alejandra Cortés, la autora, recupera para la actualidad, y para nuestros pequeños lectores esa importante relación humana con los objetos. El protagonista Tomás, con sus sentimientos encontrados respecto de los botines verde pacay, regalo de su abuela, logra precisamente dar un salto de crecimiento en su vida superando esa relación conflictiva. La lectura del texto lleva a sus lectores a sentir este contacto real con las cosas y los efectos que esto puede tener en las relaciones con las otras personas.