Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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[TUPURAYA]

Bolivia tras un año sin una cartelera nacional

Entre crisis económica y pandemia, los proyectos cinematográficos en el país esperan nuevas fechas para el lanzamiento de sus películas. La más reciente en estrenarse y que se mantiene en cartelera nacional es ‘Tres pasos al frente’, película boliviana que relata la histórica decisión de un grupo de cadetes de entre 13 y 18 años de ir a la Guerra del Chaco (1932-1935).
La actriz y productora tarijeña Andrea Camponovo en un afiche promocional de ‘Eugenia’.       FIGA FILMS
La actriz y productora tarijeña Andrea Camponovo en un afiche promocional de ‘Eugenia’. FIGA FILMS
Bolivia tras un año sin una cartelera nacional

Ante la crisis, el cine boliviano continúa a la espera de los rodajes nacionales. Tres pasos al frente, primera película escrita, producida y dirigida por Leonardo Pacheco Fernández, de tan solo 21 años de edad, tuvo recientemente su estreno el pasado 23 de septiembre. El estreno, originalmente, estaba programado para febrero del año pasado, incluso ya se había lanzado el primer tráiler, pero dadas las circunstancias ante el coronavirus los cines cerraron. Más de un año después la película que relata la histórica decisión de un grupo de cadetes de entre 13 y 18 años de ir a la Guerra del Chaco (1932-1935) pudo ver la luz finalmente. 

Javier Leonardo Pacheco Fernández (Cochabamba, 1999), se ha dedicado a transformar sus sueños en una realidad. Dice y hace lo que su mente y corazón le dictan, luego lo plasma en un papel. El resultado: Hoy a su corta edad es actor, guionista y además el director más joven de Bolivia. Aparte de su primera actuación en la película Avaroa Sol de Gloria también participó en cortos universitarios, obras teatrales de su colegio y a menudo solían elegirlo para realizar discursos. 

“Gracias a mi participación como actor tuve la confianza suficiente como para encarar un proyecto más grande y superar un límite que creía tener”, dice Pacheco. Fue entonces que fundó la productora Jumping Studios para seguir con su siguiente paso: la película Tres pasos al frente, la cual debía estrenarse en febrero de 2020, pero dada las circunstancias por la pandemia de la covid-19 el proyecto tardó en ver a luz.

El guion, también escrito por Pacheco, toma los sucesos de octubre de 1933, cuando gran parte de los oficiales y cadetes de los últimos años del Colegio Militar del Ejército habían sido abatidos en la contienda bélica, y el Alto Mando Militar decidió recurrir a los cadetes de los primeros años de esta institución castrense. 

“Es una historia que quiero contar desde que tengo 15. Mi familia tiene ascendencia militar y vi el episodio histórico en los documentales de Carlos Mesa de Plano Media. Hablaba de ese pequeño hecho histórico en apenas tres minutos, pero no pude olvidarlo y siempre quería darlo a conocer”, contó Pacheco, quien actualmente se encuentra estudiando la carrera de Comunicación y Medios Digitales en Univalle. 

La declaración de emergencia sanitaria nacional debido a la pandemia por la covid-19 y, posteriormente, e l cierre del Ministerio de Culturas y Turismo, un jueves 4 de julio, ha afectado mucho lo que es la industria cinematográfica. Esto debido a que por un largo periodo del 2020 se cancelaron funciones de cine en todo el país, además de tener un pago de cuotas pendientes, suspensión de premios y vacío de fondo, por ejemplo, uno de los Fondos de Fomento es el pago de cuotas al programa Ibermedia. 

“La pandemia ha afectado de forma indiscriminada a todos los rubros, por ejemplo, para los rodajes de películas bolivianas muchas han tenido que suspenderse, posponerse e incluso hasta cancelarse”, agrega Pacheco. 

Leonardo cuenta que en su situación la pandemia perjudicó más que todo el momento del lanzamiento de su película, ya que el 2020 debía estrenarse, pero se cancelaron las funciones de cine en todo el país y todo el calendario de exhibición que se tenía programado a fin de año se modificó y retrasó. Es así que tuvo que buscar un nuevo espacio conveniente. El filme se estrenó el pasado 23 de septiembre y logró extender su permanencia en salas a una segunda semana. Cochabamba es el bastión fuerte del filme, aunque también tiene gran concurrencia de personas en La Paz, Santa Cruz y Potosí, según dijo a OPINIÓN Pacheco. “Creo que nos afecta mucho más porque hay que ser sincero, las salas de cine dan más preferencia a películas internacionales, así que encontrar un espacio puede ser realmente complicado”, comenta el director.

Aun así, con el parón debido a la pandemia, aprovecharon para mejorar el producto y grabar un par de escenas extra a finales de 2020. Sin embargo, las precauciones de bioseguridad dificultaron y retrasaron un poco las nuevas grabaciones. “Fue muy difícil en especial el tema de los barbijos porque se extraviaban y algunos caían al piso”, dice Pacheco.

Cuenta que lo más difícil para Jumping Studios durante la pandemia fue manejar la expectativa que ya se había generado por el lanzamiento de la película. Aun así, a pesar de las complicaciones la gente respondió con su asistencia para que Tres pasos al frente logre conseguir una segunda semana de exhibición, según cuenta Pacheco.

“Nuestro fuerte es Cochabamba, pero donde nos está yendo muy bien es en La Paz, en Santa Cruz y en Potosí específicamente. Aproximadamente podría decir que alrededor de 3.000 personas han visto la película lo que perfila que permanezcamos al menos una semana más en cartelera”, explicó Pacheco a OPINIÓN.

Burocracia para el cine nacional

En 2020, las plataformas de streaming han sido uno de los pocos negocios que salieron beneficiados. Pacheco afirma que las películas en streaming son bastante rentables, pero si se habla de películas bolivianas cambia la cosa. “Si bien existe una plataforma en la cual la gente puede ver películas bolivianas, no es tan popular cómo las plataformas de Netflix, HBO MAX, Amazon Prime Video o Disney+, ya que aún está cómo en fase prácticamente de lanzamiento. Así que para el caso específico de películas bolivianas aún falta un poquito más para que sea rentable”, añade Pacheco. 

Con un poco más de seriedad, el joven director analiza si el Gobierno realmente brinda un apoyo a la industria cinematográfica. “Ya tenemos un apoyo importante en lo que es estar eximidos en impuestos para el tema de las exhibiciones en sala, pero algo que sí me parece muy, muy molesto es el tema de los trámites para hacer estas exenciones de impuestos que son realmente morosas e innecesarias. Es increíble que durante más de ocho meses no puedan sacar un trámite para eximir de impuestos a una película”, afirma molesto. Comenta que le parece inútil que existan leyes para apoyar al cine si al momento de implementarlas y ponerlas en práctica es completamente ineficaz y moroso. Afirma que, si el Gobierno tuviera que mejorar algo dentro lo que es la industria del cine, sería la forma en la cual administran las leyes que generan y manejan. “Yo creo que en si existe el cierto olvido en cumplirlas”, declaró con firmeza respecto a las leyes que tienen que ver con el cine boliviano. 

Para concluir, el joven director aconseja a todo aquel que quiere hacer cine: “Mi consejo es ver muchas películas. Lo más importante es ver películas antes que los conocimientos para luego tener un criterio bien formado. Tienes que ver películas que quieres hacer y el estilo de cine que quieres manejar”. Así es cómo él lo consiguió.

Producciones en pausa, producciones sin estrenar

Andrea María Camponovo Gamio (Tarija, 1983), comenzó como modelo, ahora es actriz y una productora reconocida. Tiene más de una década de experiencia en el medio. 

La artista boliviana ha participado en siete largometrajes, seis como actriz, y hasta el día de hoy no para. Camponovo aún continúa con muchos proyectos, alguno de ellos es la producción de dos largometrajes, los cuales se retrasaron. Para ella el confinamiento también ha sido un problema mayúsculo. Este entorno y esta situación golpeó el sector artístico e hizo que muchos abandonaran sus planes y aspiraciones. Sin embargo, hay quienes aún lo apuestan todo por continuar con su pasión, Andrea Camponovo es una de ellas. 

“Estaba con dos proyectos de largometrajes en los que soy productora y ambos estaban en etapa de posproducción. Hasta ahora no lo podemos terminar. Lo que debió de haber tomado unos seis y ocho meses va tomando el doble de tiempo”, afirma la actriz. Debido a las pausas en las producciones y posproducciones hay un cúmulo de películas sin estrenar que ya están listas como La casa del sur, película de Carina Oroza; Cómo duele ser pueblo, de Hugo Roncal restaurada en 4k; 98 segundos sin sombra, película basada en la novela de la cruceña Giovanna Rivero; Vallegrandino, documental de Edson Hurtado; Emputadas, de Tomás Bascopé; Gaspar, por el tarijeño Diego Pino, entre otras. Por otro lado, hay algunas que están a punto de ser terminadas, pero sin embargo la productora admite que “esto es complicado porque no hay mucho espacio para cine boliviano en las salas”. 

Película ganadora a mejor guion FICG33 

Camponovo explica que gracias a l fondo del Programa de Intervenciones Urbanas (PIU), varias productoras bolivianas fueron beneficiadas. “El 2019 se han filmado películas como nunca, me imagino que han sido alrededor de unos 20. Entonces claro, a la mayoría la pandemia nos agarró en la etapa de posproducción”. Esto obviamente afectó a que se retrasen los proyectos, así lo explica Camponovo.

 El fondo del PIU –mencionado anteriormente- es un programa lanzado el 2019, que consistía en apoyar el talento boliviano garantizado por el gobierno nacional. Este proyecto tuvo la iniciativa de apoyar de manera económica a las áreas de cine, audiovisual, urbanismo cultural, tecnología, deportes, emprendedores, etc. 

Asimismo, la situación también es complicada para las películas que aspiran a llegar a festivales, como a los que apunta Camponovo. Dice que existe un problema similar, ya que varios festivales fueron suspendidos y que “cuando uno aplicaba equis año a un festival estabas compitiendo contra 50 películas, ahora es el doble porque somos muchísimos más”, manifiesta la artista. 

Para Camponovo, uno de los cambios positivos que trajo la pandemia es que ahora existe mayor consumo de películas a través del streaming. También dice que es una coincidencia la aparición de la plataforma online BoliviaCine, plataforma que fue beneficiada con el fondo del PIU, y que surgió en medio de la cuarentena rígida en Bolivia el pasado mes de enero del 2020. 

“Por un lado es importante que cada película encuentre cuál es su mejor plataforma, ya sea streaming, sala de cine, salas especializadas de cine arte, galerías. Nosotros como productores tenemos que tratar de identificar cual es el mejor camino y recorrido para una película”, aclara Camponovo. 

Rol del Estado en la industria cinematográfica 

Varios gobiernos vienen descuidando este sector [cinematográfico]. Hace 20 años o más hubo una ley del cine que no estuvo bien elaborada, por lo tanto, no funcionó y estuvo inactiva durante varios años. Finalmente, el gobierno comprendió la importancia y había una voluntad política. Salió la ley, pero en este momento no se encuentra vigente porque falta la etapa de reglamentación”, expresa Camponovo. Igualmente admite que es bueno que haya por lo menos la voluntad de que se concrete ese tema. 

¿Qué esperas para un futuro? 

“Espero que pronto ya estemos con una ley del cine. Una ley que esté sólida, esté funcionando, que se mantenga en el tiempo. Que el estado le dé la importancia y atención que merece a las artes y cultura en general. Que apueste por ellas. Mucho tiempo se las dejo de lado y es un momento fundamental para tomarlas en serio”, finaliza Camponovo. 

Los escenarios de filmografía nacional padecen una desestructuración debido a la pandemia del coronavirus. El retraso de rodajes está siendo sin duda un tropiezo más para las productoras bolivianas. Muchos buscan formas para continuar con sus proyectos.