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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Un ápice de OSHO en Wild Wild Country

Una reseña a la serie documental, premiada en Sundance, sobre el polémico indio gurú y su comunidad de seguidores en la comunidad Rajneeshpuram localizada en el Condado de Wasco, Oregón. Disponible en Netflix.
Un fotograma de la serie documental. NETFLIX
Un fotograma de la serie documental. NETFLIX
Un ápice de OSHO en Wild Wild Country

Wild Wild Country (2018) es una serie documental de Netflix sobre la polémica y corta existencia de la Comuna Rajneeshpuram en el Condado de Wasco, Oregón (Estados Unidos). La creación de esta comuna experimental de desarrollo del potencial humano involucra a personajes como el maestro Bhagwan Shree Rajneesh –más conocido como Osho–, a su asistente personal Ma Anand Sheela, a su abogado Swami Prem Niren entre otros miembros de la comunidad de seguidores. La contraparte viene dada por los antipáticos al movimiento Osho, que en aquella ocasión eran los residentes en la zona de Antelope, lugar exacto donde fue levantado el rancho de la comuna. Se trataba de un pueblito con 40 a 50 habitantes que habían elegido ese lugar para retirarse de la vida en sus últimos años después de la jubilación. Querían paz, exigían normalidad, demandaban respeto a la rutina y lo familiar. La Comuna era un enorme complejo construido en medio del desierto prácticamente de la nada, donde se levantaron salas de meditación, lugares de comida, de recreación, y básicamente todas las particularidades de una pequeña ciudad, incluyendo su propio aeropuerto y línea de aviones. 

El documental está publicado en Netflix desde el 16 de marzo de 2018, después de que fuese premiado en el Festival de cine de Sundance. No se trata de la historia de Osho, ni pretende reflejar realmente la cualidad de las enseñanzas de este singular maestro espiritual. El documental existe porque la increíble historia que se narra sucedió en Estados Unidos. “Tiene éxito por ser una de esas historias olvidadas de la vida americana que hay que ver para creer”, reza una de las críticas. La existencia de Osho y su mensaje son algo externas al punto focal de la narración, lo cual no deja de ser extraño y, en algunos momentos, desacertado. Sin embargo no deja de ayudarnos a conocer más a fondo de la profundidad de este curioso maestro que no vivió ni murió, sino que visitó el Planeta Tierra entre el 11 diciembre de 1931 y el 19 de enero 1990 –tal como reza en su epitafio.

Dirigido por Maclain Way y Chapman Way, el desarrollo narrativo de Wild Wild Country es complejo, cautivante en diferentes momentos, y sobretodo oscilante, toda vez que su materia prima es una idea compleja de lo que podría ser el bien y el mal, o los buenos y los malos. Se apoya en una gran cantidad de imágenes y videos de archivo valiosos, que representan un verdadero testimonio para los seguidores de Osho. Sin embargo, lo que mejor retrata es el espíritu de la época, principalmente desde 1981 al 85: los vestigios de la energía arrebatadora de la década de los 60 con los movimientos juveniles, los hippies, los diggest, los beatniks, toda una serie de subculturas que buscaban hacer reventar el sistema explotador y enajenante del capitalismo enmascarado con los valores del éxito y el emprendimiento. 

La Comuna Rajneeshpuram fue un experimento adelantado a su tiempo, un proyecto de oasis de meditación donde llegaban jóvenes y adultos de todas partes del mundo para participar de una creación conjunta: ingenieros, arquitectos, urbanistas, agricultores, carpinteros, electricistas, planificadores, habían de todo entre los sannyassins (aprendices o discípulos de Osho). Las entrevistas en video de aquellos días muestran sus rostros relucientes, sus miradas iluminadas cuando hablan de la comuna y lo que están haciendo y su propia búsqueda. Por supuesto que buscaban un lugar donde experimentar, no sólo la iluminación, sino la paz, la liberación sexual, el despojo de las cadenas represivas que la sociedad le construye a cada cuerpo desde los primeros años. Pero no todos podían ver bien algo así. El sistema no podía estar de acuerdo. El conservadurismo y el sentido común construido en aquellos años se volvieron en protagonistas, haciendo de esta comuna un artefacto de lectura de la verdadera esencia de la política y la justicia en EEUU. 

La historia que se cuenta acá no es tanto sobre las enseñanzas de Osho, sino sobre lo que hicieron los discípulos de Osho en América para intentar cumplir una de las visiones que tenía Osho sobre el nuevo hombre y una idea diferente de vida en colectividad.  El transcurso de los hechos y su relación con la vida en el presente, convierte a esta en una historia de redención para algunos de sus personajes, como por ejemplo de la secretaria personal de Osho, Ma Anand Sheela, o en el caso del doloroso y emotivo testimonio de Shanti Badra. En su conjunto es una historia que los dirigentes del movimiento Osho no han sabido asimilar y dejaron olvidada en su biografía. Algunos vestigios de esta visión y la razón por la que le negaron a Osho la VISA de entrada en más de veinte países en Europa, quedan explicadas en las charlas que dio en Uruguay, las cuales se publicaron en el libro Más allá de la psicología, actualmente una de las joyas del pensamiento de Osho.

A momentos peca Wild Wild Country por obviar en detalles de profundidad y aferrarse a los elementos más sensacionalistas, como, por ejemplo, enfatizar en el materialismo de Osho, aquellas cosas que atraían a los incrédulos, como su colección de 97 Rolls Royce, sus relojes de oro o sus joyas exhibidas junto con sus elegantes y ceremoniales trajes hindúes. “El gurú del sexo”, no tardarían en bautizarlo en aquella época los acérrimos críticos. O en obviar lo que tenían que decir las entrevistadas cuando se relata el episodio del intento de envenenamiento masivo o el intento de asesinato del médico de Osho. Simplemente se cuenta que Sheela decidió fugarse de la comuna junto con un grupo de sus más cercanos colaboradores. 

El documental le rinde justicia a la talla de Osho en los últimos episodios, gracias al material audiovisual de archivo, que nos permite ver pasajes de su estadía por las cárceles de Estados Unidos, la gira por más de una decena de prisiones a la que lo sometieron como táctica de intimidación dentro de la negociación para lograr que se fuera del país. Ver cómo muere un hombre que se dice especial suele ser una buena manera de medir la cualidad de su vida. Los últimos pasajes retratan la despedida que le dedicaron los seguidores de Osho a su cuerpo antes de cremarlo, en la Comuna de la India en 1990, entre cantos y celebraciones, animados por la canción “Universe is singing a song”, recordando las últimas palabras que le susurró a su médico de cabecera: “Les dejo mi sueño”. 

Filósofo e investigador - [email protected]

Enlace de interés:

https://www.prnewswire.com/news-releases/osho-international-responds-wild-wild-country-the-story-behind-the-story-of-rajneeshpuram-300625234.html