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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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“Me desempeño profesionalmente muy bien en Cochabamba”

“Me desempeño profesionalmente muy bien en Cochabamba”

El eximio compositor potosino Alberto Villalpando Buitrago decidió migrar a Cochabamba hace diez años y su estancia fue tan grata que resolvió quedarse en la Llajta.

Un problema de salud que aquejaba a su esposa le apremió a dejar la ciudad de La Paz, lugar donde residía, para afincarse en Cochabamba.

"Después de un tiempo mi esposa murió, pero yo me quedé aquí", comenta.

El compositor había dejado su tierra muy joven, después de salir bachiller. Su objetivo era estudiar música.

Estudió en el Conservatorio Nacional de Música de Buenos Aires, Argentina. Consiguió una beca en el Instituto Torcuato Di Tella y después de concluir su formación decidió residir en La Paz, donde conoció a su primera esposa.

Su carrera musical, la mayor parte, la desarrolló en La Paz, y desde que vive en Cochabamba se desenvuelve con buenos resultados en este campo.

Su talento como compositor le permitió ser parte de los gestores de música de Cochabamba, que le dieron "una acogida muy grande".

Villalpando se ha incorporado plenamente a la vida musical activa de Cochabamba y una de las tareas más importantes que desempeña en la Llajta es organizar, con un grupo de músicos, las jornadas de música contemporánea, que este año tuvo su séptima versión.

"Este evento es el único que fomenta la música contemporánea boliviana", señala con orgullo.

Villalpando ha compuesto las bandas sonoras de películas como Ukamau, Mina Alaska, Yawar Mallku, Patria Linda, Pueblo Chico, Chuquiago, Mi Socio, Amargo Mar y Los Andes no creen en Dios.

ESPERANZA

Vivió durante la mayor parte de su vida fuera de su terruño, pero confiesa que nunca olvida a su departamento. "De mi tierra he recibido enseñanzas extraordinarias", dice.

Explica que en la segunda mitad del siglo pasado, los potosinos que habían mantenido la cultura y la tradición, empezaron a migrar, dejando huérfano a este departamento.

Potosí fue una tierra fecunda, cuna de la novela, de la pintura boliviana y de otras manifestaciones artísticas.

Explica que la gente empezó a migrar de Potosí por la caída de los precios de los minerales, pero como la actividad minera está resurgiendo, considera que hay buenas perspectivas económicas.