Octavio F.M., víctima de abuso sexual en su adolescencia, rompió el silencio y denunció públicamente a su agresor después de casi 20 años a través de un video que difundió en su cuenta de Facebook, el 14 de agosto.

Él tiene ahora 34 años, pero fue abusado en su adolescencia (cuando tenía 14 y 15 años) por Miguel A.C., quien era el líder de un grupo juvenil de una iglesia cristiana en Cochabamba. Octavio sentía miedo, rabia, vergüenza y no sabía cómo reaccionar ante lo que le sucedió y decidió callar “por el resto de su vida y llevarse esa historia a la tumba”, pero descubrió que su agresor abusó de otros menores más.

Octavio, hace poco más de un año, confrontó a Miguel A.C. y supo que había otras personas que también fueron abusadas cuando eran menores de edad. Entonces, buscó al pastor de la iglesia, Roger H., y le contó que fue víctima de abuso sexual e incluso le mostró una conversación que tuvo con su agresor mediante Messenger como prueba de los múltiples abusos que sufrió y la existencia de otras víctimas.

Contó que tiene como prueba esa conversación escrita donde su agresor admite haber cometido el delito en su contra y de otros menores de edad. También el Pastor lo habría confrontado y el acusado aceptó ser el autor de los abusos sexuales, de acuerdo con un video que difundió ayer la Red Uno. 

Octavio, en esa grabación, dijo que el acusado no solo admitió la agresión frente al Pastor, sino a una centena de miembros de esa iglesia. “Miguel A.C. admite que abusó de mi delante de toda una congregación, estamos hablando de casi 100 personas. El hecho que abusó de mi fue admitido públicamente (…). Él es un abusar sexual de menores confeso y hay otras tres víctimas que se han presentado a declarar y aún seguimos dándole vueltas al caso, mientras Miguel A.C. no está aprehendido y eso me preocupa porque hay casos que son mucho más complejos que el mío”.

SU HISTORIA El agresor gozaba de la confianza de los adolescentes y de los padres de familia porque se mostraba como un “amigo” y los menores de edad visitaban su casa, realizaban juegos e incluso en ocasiones se quedaban a dormir. En una oportunidad, Octavio se quedó a dormir solo en la vivienda de Migue A.C. y el hombre aprovechó ese momento para abusarlo sexualmente. “Se aprovechó de mi inocencia, de mi calidad de menor de edad y de su posición de líder (…). Él decidió quitarme la ropa, manosearme y masturbarme. Se imaginarán lo fuerte que eso fue para mí porque no sabía qué hacer o qué decir. Tenía mucho miedo, él era el líder, era mayor de edad y no lo comenté con nadie, pero lamentablemente esa atrocidad se repitió varias veces en un rango de dos años, fue un tiempo muy confuso para mí”, manifestó.

La víctima, después de contarle lo ocurrido al Pastor, le pidió que alejara a su agresor de la iglesia donde fue el líder de un grupo juvenil por casi 30 años. También le encargó que buscara a las víctimas para ayudarlas y dejó “todo en sus manos” dispuesto a cerrar este capítulo de su vida, pero hace dos meses un amigo se contactó con él para contarle que el mismo hombre intentó abusarlo. 

Entonces, ambos hablaron con el Pastor y conocieron que el agresor dejó de ser el líder de los jóvenes, pero que la congregación había decidido ocultarlo todo y evitar el contacto con otras víctimas. Esa situación impulsó a Octavio a realizar una denuncia pública puesto que había otros abusados. 

Su historia alarmó a los padres de familia de una unidad educativa vinculada a la iglesia cristiana, donde estuvo trabajando Miguel A.C. como regente. 

MÁS VÍCTIMAS La directora de Género, Generacional y Familia de la Alcaldía de Cochabamba, Andrea García, informó que hay tres personas más que presuntamente fueron víctimas del mismo hombre, a la fecha. Son otros dos hombres adultos que dieron a conocer que fueron abusados sexualmente por Miguel A.C., cuando eran adolescente. También se conoció de un menor de edad que habría sido agredido, por la misma persona, durante un campamento en 2018.

“Este hombre los invitaba a jugar, a comer pizza y en ocasiones los adolescentes se quedaban a dormir porque el adulto gozaba de confianza y vivía solo puesto que no es casado ni tiene hijos. Los juegos que propiciaba eran con conceptos sexuales y aprovechaba para realizarles toques impúdicos y agredirlos sexualmente. Se ganaba su confianza obsequiándoles dulces, chocolates y se hacía llamar Mickey Mouse diciéndoles que era su amigo, pero siempre actuó con un extraño carisma con la intención de acercarse a niños y adolescentes”, señaló García. 

La autoridad dijo que solicitaron una orden de allanamiento de la unidad educativa con el propósito de recabar documentos o información que debe ser de conocimiento del Ministerio Público para sustentar y esclarecer los delitos cometidos.