Óscar Eduardo L.S. soñaba con ser policía para proteger a los niños y mujeres víctimas de violencia, pero su padrastro Edson Nilo España Alcocer le arrebató la vida el 4 de marzo de 2017, cuando lo apuñaló 15 veces por defender a su madre, quien también falleció con 10 puñaladas. Lo golpeó y mató para que dejará de gritar y pedir auxilio a los vecinos de la zona de Alto Tacagua, en La Paz.

Familiares de Alejandra y Lalito exigen justicia en la audiencia del pasado 10 de julio. FOTO: Articulación Sororidad Bolivia

“Ya no le pegues a mi mamá”, escucharon algunos vecinos, pero no pudieron auxiliarlos. No imaginaban que el hombre había acabado con la vida de Alejandra Shaw Coronado, de 35 años, y su hijo al que llamaban de cariño Lalito, de 10 años.

Lalito es recordado como un niño alegre, entusiasta, entregado, solidario y que amaba la vida. “Ahora sí puedo decir descansa en paz a lado de tu mamita, mi vida. Hoy la verdad salió a la luz a pesar de que trataron de manchar tu inocencia con alegatos tan absurdos. Vuela con tus alas hasta el cielo y vela por aquellos niños y niñas que sufren en silencio. Tu memoria quedará grabada en muchos corazones como un superhéroe”, escribió Michelle Shaw, tía y hermana de las víctimas, en su cuenta en Facebook después de que un juez condenara al autor del doble crimen a 30 años de cárcel, hace seis días. El peregrinaje por justicia duró más de tres años.

José Luis Quiroga, presidente del Tribunal Primero de Sentencia de La Paz, emitió un “fallo histórico”, de acuerdo con los abogados de la familia de las víctimas. Edson Nilo España Alcocer fue condenado a 30 años de prisión sin derecho a indulto por el delito de feminicidio e infanticidio y Gladys Alcocer Sajama, madre del autor del doble crimen, a 15 años de cárcel por los mismos delitos en grado de complicidad.

EL ESTADO CULPABLE Huáscar Dávila, abogado de la familia, dijo que el juez consideró preceptos internacionales estableciendo la reparación de daños por parte del Estado y los acusados. También dispuso que una unidad educativa o una calle lleve el nombre de Óscar Eduardo L.S., el niño que murió en defensa de su madre.

En 2016, Alejandra fue golpeada hasta quedar inconsciente. El hombre le partió una botella en la cabeza y ella fue internada, donde le realizaron 18 puntos. Presentó la denuncia contra su agresor, pero no recibió la ayuda pertinente y el caso fue tipificado como violencia y no como tentativa de feminicidio. Por ello, el Estado también deberá reparar los daños económicamente una vez que la sentencia sea ejecutoriada y se haga los descargos necesarios para determinar el monto.

LA ODISEA Alejandra denunció a Edson España al menos siete veces por violencia, desde 2013, pero nunca fue aprehendido, de acuerdo con la versión de los familiares.

El 4 de marzo de 2017, el hombre golpeó brutalmente a su esposa y luego la apuñaló 10 veces hasta matarla. Lalito, el hijo de una primera relación de ella, salió en su defensa y gritó pidiendo auxilio a los vecinos. El agresor lo golpeó contra la pared destrozándole el cráneo y le quitó la vida apuñalándolo 15 veces.

El ahora sentenciado envolvió los cadáveres en frazadas y huyó con el hijo de dos años que había procreado con Alejandra. Lo llevó a Oruro para entregarlo a su progenitora y él volvió a El Alto, donde fue capturado el 19 de marzo, en un local nocturno.

La Policía buscó al autor del doble crimen por casi dos semanas. La madre fue imputada porque mantenía contacto con su hijo e incluso tenía en su poder el celular de Alejandra.

Edson confesó tras su captura que es el autor de los crímenes y argumentó que reaccionó con violencia porque sorprendió a Alejandra consumiendo bebidas alcohólicas con un travesti y que eso habría “denigrado su honra de varón”. Sin embargo, el hombre cambió de versión, durante las últimas audiencias del juicio, pretendiendo buscar una sentencia absolutorio puesto que indicaba que los policías lo obligaron a declararse culpable.

La máxima sentencia se dictó después de tres años y cuatro meses. “Una luz en medio de la oscuridad” para los familiares, quienes reconocen que nada les devolverá la vida a sus seres queridos, pero se ha hecho justicia.

Los abogados de las familias consideran que esta sentencia es un precedente para otros casos similares y destacan que el juez haya considerado preceptos internacionales.