El profesor de una unidad educativa de Quillacollo percibió que uno de sus estudiantes de siete años llegaba constantemente con moretes a clases y deprimido.

Dio parte a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y comprobó que el niño era golpeado por su padre y madre de manera constante. Según el abordaje que se hizo al menor, sus padres lo golpeaban con manguera, palo y cuerdas y tiene siete días de impedimento. La FELCV aprehendió a la madre, quien admitió el hecho, pero el padre se encuentra desaparecido.

El director de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), Jhon Klaus Bermúdez, dijo que se constituyeron en la casa del menor, pero este estaba en otra vivienda. La progenitora no supo explicar a quién pertenece la otra residencia y qué hacia ahí su hijo.