Nancy Villarroel Hidalgo, de 55 años, lleva desaparecida tres meses y una semana. La familia que llora su pérdida solo pide un cuerpo para ser enterrado y comienza a perder las esperanzas de resolver el caso que hasta ahora parece un misterio.

Villarroel, cochabambina de nacimiento y radicada en la ciudad oriental, desapareció de su vivienda el 9 de julio en Santa Cruz.

Ese día debía participar de la marcha convocada por la plataforma del 21 F, sin embargo, las cámaras de seguridad de la calle de la vivienda muestran que la mujer no salió de su casa desde el 8 de julio.

Su esposo, Alejandro T., el principal sospechoso de la desaparición de Nancy, está aprehendido desde el 20 de julio. Es investigado por los delitos de violencia económica y patrimonial, y no por feminicidio debido a que no existe un cuerpo para que la imputación cambie de figura.

Según la hermana de Nancy, Roxana, quien es la persona que sigue el caso, hasta el momento no se tiene el resultado de las pruebas de ADN de las manchas de sangre encontradas en el vehículo del esposo.

“La investigación está avanzando, pero hay mucha burocracia y hemos descubierto que nada es gratis. Nos quieren cobrar por todo, pero nosotros no somos los del dinero, es mi cuñado”, declaró Roxana en contacto con este medio de comunicación.

Sostuvo que las esperanzas de ver a su hermana con vida son escasas y temen que por la influencia económica del sospechoso, este pueda salir en libertad en cualquier momento.

“El crimen que cometió mi cuñado fue preciso, pero no hay crimen perfecto. Sospechamos de otro implicado que es la persona que podría haber hecho desaparecer el cuerpo, pero eso se sabrá con la investigación”, precisó.

La Policía trabaja en la recuperación de las imágenes de la cámara de vigilancia que podría revelar lo que pasó con la mujer.

Las imágenes fueron borradas por un técnico que fue contratado por el esposo. Por ello, el técnico y un empleado del negocio de la pareja, encargado de contratar al técnico están aprehendidos.

Nancy es madre de dos hijos. Es auditora de profesión, dejó Cochabamba y se fue a vivir a la capital oriental, donde manejaba un negocio de pinturas que abrieron junto a Alejandro T. G.

Debido a los problemas de pareja, Nancy tomó la decisión de divorciarse. Versiones de la familia apuntan que el marido no aceptaba dividir los bienes con la idea de la separación.

El esposo contó  a la Policía que la desaparición de su mujer se debía a un viaje que había realizado al exterior, pero se encontró su pasaporte y su cédula de  identidad en el domicilio.