Mata a su empleador y le dan 30 años de cárcel

Luis C.V. (57) fue sentenciado a 30 años de privación de libertad por el delito de asesinato cometido en contra de su empleador, Edgar Q.A. (59), quien perdió la vida el pasado 27 de enero tras ser apedreado en la cabeza en un inmueble de la zona central de Cochabamba.
El autor contaminó la escena del crimen para no levantar sospechas, pero terminó admitiendo su culpa. Se sometió a procedimiento abreviado, donde el Ministerio Público demostró con pruebas contundentes su responsabilidad, y el Juzgado de Instrucción Penal Cautelar No. 3 de la Capital lo sentenció a 30 años de cárcel en el penal de Palmasola, Santa Cruz, informó ayer la fiscal departamental de Cochabamba, Nuria Gonzáles Romero.
“En la audiencia, la Fiscalía presentó el protocolo de autopsia de la víctima, declaraciones testificales, declaración del agresor, entre otras pruebas. Además, el hombre admitió el hecho y se sometió a un procedimiento abreviado, por lo que fue sentenciado a la pena máxima de 30 años de presidio por el delito de asesinato”, dijo Gonzáles.
Sobre el caso, el fiscal de materia, Edson Orellana, detalló que el asesinato se registró el 27 de enero de 2023 en la zona central de Cochabamba. De acuerdo a los antecedentes, Luis llegó de Santa Cruz para trabajar en la casa de Edgar y, esa mañana, sostuvieron una discusión. El primero agarró una piedra y golpeó a su empleador en la cabeza hasta quitarle la vida.
Luego, el autor se percató de la muerte de Edgar y simuló otra escena. Compró refrescos y otras bebidas pretendiendo hacer creer que se reunieron con dos mujeres, a quienes buscaba responsabilizarlas del asesinato. Después, dejó el lugar de los hechos y, en horas de la noche, retornó a Santa Cruz.
La hija de la víctima se enteró que su padre fue visto por última vez en compañía de Luis, quien ya había regresado a Santa Cruz, y alertó a la Policía. Finalmente, el sospechoso fue aprehendido el 4 de febrero y puesto a disposición del Ministerio Público. Terminó confesando el crimen y recibió la pena máxima, 30 años de cárcel, en Bolivia.