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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Mamá de Lisbeth: ‘la perdí en 2015 y su feminicida me buscará si sale’

La madre de la víctima dijo que la sentencia del asesino de su hija no fue ejecutoriada porque se estancó en una Sala Penal de Cochabamba; el agresor ha estado buscando salir de prisión.

Emiliana denuncia, entre lágrimas, retardación de justicia en el proceso contra el feminicida de su hija. DICO SOLÍS
Emiliana denuncia, entre lágrimas, retardación de justicia en el proceso contra el feminicida de su hija. DICO SOLÍS
Mamá de Lisbeth: ‘la perdí en 2015 y su feminicida me buscará si sale’

Hace más de cinco años, María Lisbeth Carvajal Quispe, fue asesinada con 25 puñaladas por su pareja en un internet de Pacata Alta, el 21 de agosto de 2015. Emiliana, su madre, peregrina por justicia y vive atemorizada porque el feminicida de su hija ha buscado, en reiteradas oportunidades, la cesación a su detención preventiva pese a que está en la cárcel de El Abra y con una sentencia de 30 años, pero una que aún no ha sido ejecutoriada.

“Gracias a Dios le han negado su libertad, pero si sale seré la primera que él busque y seguro me mataría. Hay noches que no puedo dormir pensando en lo que podría suceder, con esos pensamientos no vivo tranquila. No busco venganza, solo justicia; pido a las autoridades que obren con transparencia y agilicen porque se trata de un feminicidio y hay casos posteriores al de mi hija que ya han sido ejecutoriados. Todos los días me cuestiono por qué tengo que sufrir tanto, me han matado en vida y tampoco encuentro justicia, no sé dónde más acudir”, lamentó Emiliana, la madre de la víctima.

Explicó que Johnny Vargas Andrade, asesino de María Lisbeth, fue sentenciado con la pena máxima el 3 de febrero de 2017, al igual que su cómplice Benjamín Rodríguez Anave. Se realizó la audiencia de fundamentación de esa apelación tres años después, en enero de 2020.

Tras esa fundamentación, los vocales de la Sala Penal tenían 10 días para resolver la apelación, pero transcurrió un año y no lo han hecho, y el fallo no ha podido ejecutoriarse en Sucre.

“Pareciera que las autoridades se han dormido porque no hay la resolución y hemos presentado varios memoriales. Me dijeron que pase el viernes (hoy) para ver si hay novedades”, manifestó.

Emiliana teme que el feminicida de su hija consiga su libertad porque tiene rasgos de psicopatía, según los estudios que le practicaron en el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF).  

La retardación de justicia se puede comprobar con el testimonio de Emiliana; ella perdió a dos seres queridos por el feminicidio en el lapso de dos años.

Su sobrina Martha Quispe Mamani fue asesinada con un tiro en la cabeza el 21 de septiembre de 2017, cuando apenas empezaba a reconstruirse emocionalmente por la pérdida de su hija María Lisbeth. Javier Vidal Valdez Mayta, el feminicida en este caso, fue sentenciado a 30 años de reclusión en El Abra en febrero de 2019.

En el caso de su sobrina, el acusado tiene su sentencia y la apelación ya fue resuelta en otra Sala Penal, pese a que, entre ambos crímenes hay dos años de diferencia. Aguardan que la pena sea ejecutoriada en Sucre.

FEMINICIDIO LA GOLPEA DOS VECES

María Lisbeth Carvajal y Martha Quispe eran primas y fueron asesinadas por sus parejas en 2015 y 2017, respectivamente. Sus familiares aún peregrinan por justicia y no pueden reponerse de la pérdida de sus seres queridos.

María Lisbeth, de 24 años, conoció a Johnny Vargas, de 28, cuando la familia tomó en anticrético unas habitaciones en la casa de la madre de él, en Arocagua (Sacaba).

Vargas la enamoró y la convenció de irse a vivir juntos, y de abrir un café internet. Emiliana presentía que el hombre no era bueno porque supo que golpeaba a su hermana menor y temía por su hija, pero la joven le decía que él había cambiado y que no permitiría que le levante la mano.

La pareja tenía tres meses viviendo juntos, cuando Johnny contrató a Benjamín Rodríguez para que vigilara si María hablaba con otros hombres en el internet que ella atendía, mientras él iba a trabajar como técnico en una fábrica.

Benjamín, después de unos días, le comunicó a Johnny que la hija de Emiliana se limitaba a contestar las preguntas técnicas de los usuarios y eso enojó al hombre porque le había prohibido hablar con cualquier varón. Entonces, planificó el crimen y le propuso a su amigo que lo ayude para que todo parezca un robo.

María Lisbeth fue sostenida por Benjamín, mientras Johnny la apuñaló una y otra vez en todo el cuerpo. La joven alcanzó a arañar a su pareja antes de morir. El cómplice se arrepintió y confesó todo.