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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Inicia juicio del Choko Burguer por feminicidio de su esposa en complicidad con su cuñada

Hoy se presentaron familiares de la víctima y del acusado quien dijo que su pareja había muerto en un robo. Investigaciones revelaron que él tenía relación con la hermana de su esposa.
Félix Peña, el “Choko Burguer”, en una de sus audiencias en mayo de 2019. Archivo
Félix P.C., el “Choko Burguer”, en una de sus audiencias en mayo de 2019. Archivo
Inicia juicio del Choko Burguer por feminicidio de su esposa en complicidad con su cuñada

La audiencia de juicio oral contra el Choko Burguer, Félix P.C., Roxana A. y Noemí C., por el feminicidio de Janett Jhoselin Aguilar fue instalada en el Tribunal de Sentencia 1 de Sacaba.

Luego de la lectura de la acusación formal, empezó la etapa de presentación de pruebas testificales y se continuará con las pruebas documentales y periciales, tanto de cargo como de descargo en las próximas horas.

La Justicia fijó que hoy inicie la audiencia de juicio oral por el feminicidio de Jannett Jhoselin Aguilar. El principal sospechoso del crimen es Félix P.C., su esposo, para quien piden sentencia de 30 años de cárcel sin derecho a indulto. El hombre se encuentra con detención domiciliaria con custodia.

El “Choko Burguer” ya fue acusado formalmente por el feminicidio de su esposa, ocurrido la noche del 12 de marzo de 2018, en su casa ubicada en la avenida Circunvalación y avenida Octava, en Bella Vista, del municipio de Sacaba.

En la jornada de hoy hubo la declaración de los acusados y luego de testigos civiles en presencia de los familiares de la fallecida y del acusado.

Para mañana miércoles está previsto que funcionarios policiales y algunas personas que faltaron den su testimonio. Luego se empezará con la prueba documental y pericial. La Presidenta del Tribuna ha determinado que sin límite de horario se concluya con la presentación de la prueba y el jueves, en el caso de que todo salga bien, se realizará los alegatos finales, informó Mercedes Cortéz, de la organización Voces Libres.

EL CASO

Félix P.C., conocido como Choko Burguer, quien está acusado del feminicidio de su esposa Janett Jhoselin Aguilar, en presunta complicidad con Roxana A., la hermana de la víctima contando con el encubrimiento de una empleada de la familia, Norma C.C.

Tras la muerte, se informó, el 13 de marzo, que Janett Jhoselin, de 43 años, había sido asesinada por ladrones que se vieron sorprendidos por ella cuando ingresaron a robar a su casa de San Jacinto, mientras su esposo Félix, de 48, iba a comprar cerámica a una empresa de la que tenía la factura con la hora de su compra. También había cámaras de seguridad que captaron al Choko yendo a bordo de su minibús hacia dicha empresa y luego retornando de la misma.

Sin embargo, de acuerdo a la pesquisa a la que tuvo acceso el Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres, todo formaba parte de un proyecto feminicida concebido hace varios meses. Los investigadores descubrieron los errores cometidos por los autores del crimen, lo que permitió comprobar que la muerte de Jhoselin no fue fruto de un robo, sino de un plan premeditado.  

Félix y Jhoselin se unieron hace más de 25 años. Ambos trabajaban en el área del comercio de comida rápida y juntaron sus talentos para poner dos puestos de hamburguesas, uno en Las Islas y otro en el barrio donde vivían, en Bella Vista, camino a Sacaba. Trabajaron de lunes a domingo, prosperaron, contrataron a varios empleados y tuvieron cuatro hijos, un hombre de 25 años que ya está casado, una mujer de 18, un varón de 11 y un niño de 6. La familia tenía al menos cinco inmuebles. 

De acuerdo a la información del Observatorio, la relación de la pareja se deterioró con el tiempo y por las diferencias entre ellos. Mientras Jhoselin era una mujer emprendedora, positiva, trabajadora y nada apegada a lo material, al punto que prefería usar ropa americana de segunda mano para poder seguir ahorrando, a Félix le gustaba exhibir los lujos que se daba. Usaba ropa de marca, coleccionaba zapatos deportivos y gorras, pero además comentaba lo que le habían costado. También le atraía jugar y apostar dinero. Las discusiones entre ellos eran frecuentes por esto, pues Jhoselin era quien administraba el dinero y decidía cómo invertir. Por ejemplo, Choko quería vender la casa de campo de San Jacinto, pero Jhoselin amaba esa vivienda y se negaba a deshacerse de ella. Discutían por ello.

Otro motivo de peleas eran las infidelidades del Choko y el maltrato emocional contra Jhoselin. "Los parientes y los empleados de la pareja los oían pelear y solían verla llorar, pero Jhoselin se limpiaba las lágrimas y decía que todo estaría bien. El Choko era frío, indiferente y a veces agresivo con ella. Sin embargo, dos meses antes del 12 de marzo de 2018, el vendedor de hamburguesas cambió radicalmente. Empezó a ser muy cariñoso con Jhoselin, se esforzó en que todos lo vieran de la mano con ella, le hacía regalos y parecía más enamorado que nunca. Incluso le pidió que se casaran por la iglesia e hicieron los preparativos".

Jhoselin se extrañó del súbito cambio del Choko, pero finalmente cayó en la trampa y se ilusionó mucho con la boda. Faltando unos días para ese evento, la hipótesis de la Fiscalía plantea que Félix P.C. tenía una relación extramarital con su cuñada, Roxana y ambos planearon y ejecutaron el crimen.

A las 11:00 de la mañana del 12 de marzo de 2018, las cámaras de seguridad de la casa del Choko y Jhoselin, en el kilómetro 6 a Sacaba, fueron desactivadas manualmente y solo tenían acceso a ellas la víctima, su esposo y Roxana.

La pareja de amantes, de acuerdo a antecedentes del mismo Observatorio, sabía que Jhoselin terminaba todas sus tareas a las 23:45 horas. Roxana atacó a su hermana golpeándola cuatro veces con un objeto contundente (por las heridas y la fuerza utilizada se estableció que una mujer fue quien la atacó primero y le causó varios traumatismos graves).

El Choko la sostuvo por la espalda y la asfixió tapándole las fosas nasales y la boca. De acuerdo a la autopsia, la víctima murió entre las 22:00 horas del 12 de marzo y las 03:00 de la madrugada del 13 de marzo.

Sin embargo, el Choko, Roxana y Norma, una empleada de la familia, declararon que a las 7:45 del 13 de marzo Jhoselin fue con su esposo a dejar a los niños al colegio y luego se fueron a San Jacinto porque ella quería limpiar la casa, mientras Félix iba a comprar cerámica, lo cual no tenía sentido porque la tarde del 12 de marzo la pareja ya había ido a lo mismo. 

Aunque se esforzaron por hacer creer que ella fue asesinada por los ladrones a media mañana del 13 de marzo, Jhoselin ya llevaba muerta 14 horas durante las que permaneció tendida, sobre su costado derecho, según las livideces primarias constatadas por el Instituto de Investigación Forense. Luego, sus restos fueron acostados de espaldas en el piso del patio de la casa de San Jacinto y se marcaron las livideces secundarias en su cuerpo.  

El Choko y Roxana le cambiaron la ropa al cadáver y “calentaron” el cuerpo para que la data de la muerte pareciera reciente. Eso causó ampollas (flictenas) en la piel de la víctima. El Choko declaró que, al volver a la casa de San Jacinto, después de comprar la cerámica, halló a su esposa tendida de barriga sobre el piso del patio y llamó a su cuñada y a su hijo mayor para que lo ayuden. Esperó 20 minutos por ellos, en lugar de llevar a su esposa a un hospital.

Roxana repitió lo mismo que El Choko sobre la posición del cuerpo de su hermana. Pero, Edwin, el hijo mayor, dijo que halló a su madre de espaldas, lo cual coincide con las pericias científicas de las livideces secundarias. Otra prueba del feminicidio tiene que ver con la sospecha de que Jhoselin fue asesinada en otro lugar y su cuerpo fue trasladado al patio de San Jacinto. 

Por el tamaño y la ubicación de las heridas en la cabeza, el sangrado tuvo que ser abundante, pero en San Jacinto había poca sangre y era una mezcla de la sangre de un animal y humana. La ropa que le cambiaron tenía pocas manchas hemáticas, pero el sostén o corpiño de la víctima estaba empapado de sangre seca.

Además, se halló un canguro plomo con rosado ensangrentado, que es el que usaba Jhoselin el 12 de marzo y con el que la vieron en la escuela de sus hijos. Sin embargo, ni la portera del colegio de los niños la vio el 13 de marzo como afirmaron el Choko, Roxana y la empleada Norma, quienes además dieron una descripción de la ropa que supuestamente llevaba ese día y entraron en contradicciones. 

Además, el móvil, del robo fue descartado porque no se forzaron puertas ni se llevaron bienes de valor de la casa de San Jacinto. La mañana del 13 de marzo, el Choko se preocupó por recorrer una ruta hacia San Jacinto para que las cámaras de seguridad municipales captaran su minibús y que él pudiera sostener que llevó a Jhoselin a la casa de campo ese día. Empero, las cámaras de negocios particulares lo captaron pasar solo, sin la silueta de su esposa al lado. La abogada del Observatorio de Justicia de la Fundación Voces Libres Mercedes Cortez dijo que tanto la Fiscalía como la acusación particular buscarán probar que Félix P.C y Roxana A. son autores del delito de feminicidio y que la empleada Norma C. del delito de encubrimiento. Esta última sostuvo que vio a Jhoselin la mañana del 13 de marzo en el colegio de los niños, donde también estudia su hijo, cuando la víctima ya estaba muerta a esa hora.