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Huérfanos, las otras víctimas de feminicidio

Huérfanos, las otras víctimas de feminicidio

Las vidas cegadas de las madres a causa de los feminicidios dejan luto, dolor y, sobre todo, un gran vacío en la vida de sus hijos que dejan al cuidado de abuelos, tíos, primos, o finalmente, en centros de acogida.

Según un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), Bolivia es uno de los países con la mayor número de feminicidios de América del Sur.

"Aunque hay avances de carácter normativo e institucional, orientados a prevenir, investigar y sancionar este delito, existen víctimas de estos crímenes que aún no han recibido la atención que merecen: los niños, niñas y adolescentes que quedan huérfanos/as a causa de la muerte violenta de su madre. Si bien el asesinato de sus madres no es reversible, sí lo es la condición de estas víctimas".

El feminicidio es la última etapa de la violencia contra la mujer. Este acto ha tomado formas cada vez más crueles en la sociedad, dejando profundas huellas en los hijos que quedan desprotegidos. "Se trata de una situación trágica para estos menores, puesto que deben enfrentar el duelo de su madre y su padre, al tiempo que ven destruido su entorno de cuidado. Todavía más, los ahora huérfanos/as normalmente resultan involucrados en una serie de disputas entre las familias maternas y paternas".

DATOS Al inicio de septiembre de 2021, la Fiscalía General del Estado (FGE) reportó un promedio de 10 casos de feminicidio por mes y más de 70 menores de edad que quedaron en la orfandad producto de este crimen.

Entre el 1 de enero y el 31 de agosto se registraron 81 feminicidios, con mayor incidencia en los departamentos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba. En el mismo periodo, se registraron 74 menores de edad que quedaron en la orfandad por ese delito, según informó a ANF Eulogia Tapia, del Observatorio para la Exigibilidad de los Derechos de las Mujeres. 

A falta de una política pública específica de protección, estos niños, niñas y adolescentes quedan "completamente a su suerte" porque pierden a sus madres de forma violenta y el padre termina en prisión, advirtió.

"Es un problema muy grave. Para nosotros, la principal víctima de feminicidio son los hijos y peor aun cuando son pequeñitos. Es una población que no ha sido tomada en cuenta, con la que no se está trabajando nada", lamentó.

Según Tapia, incluso los menores que quedan al cuidado de un familiar cercano experimentan algún tipo de trauma porque "su situación también cambia, no es la misma que la que tenían con el padre o la madre".

Por otro lado, están los pequeños que han presenciado el ataque a sus madres o aquellos que provienen de familias numerosas que van a dar a orfanatos y muchas veces terminan separados porque esos centros suelen organizarse por edades, lo que supone otro "trauma" para los niños, advirtió.

UN BONO En mayo de este año, la presidenta de la Comisión Especial Mixta de Investigación Sobre la Retardación en la Atención y Resolución de Casos de Feminicidios y Violencia hacia las Mujeres, la diputada Estefanía Morales, informó que su instancia admitió la propuesta legislativa de la Defensoría del Pueblo para la creación de un bono de Bs 424 para las niñas y niños huérfanos por los delitos de feminicidio.

“Estamos analizando en la comisión mixta y en la comisión de Derechos Humanos, para ver qué tan pertinente será y la viabilidad, si existen los recursos en nuestro país para poderles brindar apoyo a nuestras niñas y niños”, dijo.

Y aunque a la fecha no surgieron más noticias acerca de este proyecto, en ese entonces, explicó que, el análisis de la propuesta debe centrarse en la realidad del país, en aspectos sociales y económicos, ya que los hijos de las víctimas de feminicidios deben tener un acompañamiento integral y seguimiento de las instituciones correspondientes por ley para evitar que estén al cuidado de un entorno agresivo.

HISTORIAS  La soledad, el dolor y la posibilidad de acabar en la calle o de reproducir la misma violencia son algunas de las secuelas de los menores que quedan huérfanos como consecuencia de un feminicidio.

Detrás de cada número hay historias que muchas veces se llegan a conocer por reportes de prensa.

Citada por el portal Efeminista, Tapia recuerda el caso de una niña de 4 años que escuchó que su mamá estaba en el cielo y le pidió a su abuela que contratase un helicóptero para ir a visitarla. O la de otra menor, testigo del feminicidio de su madre y posterior suicidio del padre, que dijo a la Policía "papá pum a mamá y después papá pum", rememoró.

En 2019, la Defensoría del Pueblo presentó un documental que parte del caso de un feminicidio ocurrido en 2014 en el centro minero de Viloco, en el Altiplano de La Paz, en el que la víctima fue una mujer embarazada que dejó en la orfandad a sus hijos de 9 y 13 años.

El proceso para que la abuela materna de los menores obtuviese la guarda legal se demoró tres años, con el temor latente de que "en algún momento el asesino purgue su condena y pueda quitarle a los chicos", o que lo haga su familia, explicó a Efe la Defensora del Pueblo, Nadia Cruz.