Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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LA FISCALÍA INVESTIGA EL CASO DE ASESINATO

Familia identifica al menos 24 autores del linchamiento de Celso y piden 30 años de cárcel

El joven fue torturado, ahorcado y enterrado vivo en el cementerio de Chalviri, en Sacaba. Lo acusaron de robar una motocicleta y ganado. 
Los familiares del joven linchado en Chalviri (Sacaba) en puertas del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF).
Los familiares del joven linchado en Chalviri (Sacaba) en puertas del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF).
Familia identifica al menos 24 autores del linchamiento de Celso y piden 30 años de cárcel

Al menos 24 personas fueron identificadas como partícipes directos del asesinato de Celso Caballero R., de acuerdo con información de los familiares. El joven de 27 años fue acusado de robar una motocicleta y los comunarios lo lincharon, ahorcaron y enterraron vivo, el viernes, en el cementerio de Chalviri del Distrito Rural de Palca, en Sacaba. 

“Queremos justicia y que los asesinos sean encarcelados 30 años sin derecho a indulto”, manifestó uno de los familiares en puertas del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF). 

De acuerdo con la versión de los familiares, Celso fue retenido con engaños, el jueves. Seis personas, entre ellos dirigentes, lo llevaron a la sede sindical indicándole que tenía una denuncia de robo y que arreglarían de buena manera, pero él negó esa situación y dijo que ese motorizado se compró de un taller mecánico. 

El joven, tras llegar a la sede, fue golpeado, torturado, ahorcado y obligado a admitir que robó esa motocicleta, vacas, caballo y otros más. Los dirigentes elaboraron una lista de todo lo perdido y cuantificaron en 80 mil bolivianos, monto que le pidieron a la madre a cambio de liberar y no enterrar vivo a su hijo. La mujer, dedicada a la agricultura, no tenía ese dinero y vio como asesinaron a Celso, mientras él suplicaba perdón. 

La mamá sufrió junto con Celso. Ella fue tras su hijo desde que salió de la casa con los dirigentes y suplicó que lo liberaran. Fue atado con cuerdas en la sede sindical, en medio de la oscuridad porque apagaron las luces, mientras la madre y la abuela del joven sostenían sus piernas para que resistiera pensando que luego lo liberarían, pero estuvieron así por unas tres horas.

Lo ataron de pies y manos, mientras definían su situación. Los comunarios, cerca de las 11:00, determinaron enterrarlo vivo y lo llevaron hasta el cementerio, donde le obligaron a cavar su propia fosa, pero por lo débil que estaba no podía ni sostenerse de pie y otros dos pobladores empezaron a sacar la tierra, mientras la madre de Celso apoyaba en su pierna la cabeza de su hijo puesto que tenía sangre en el rostro.

Luego, uno de los hombres lo empujó a la fosa, de una patada, cayó como si estuviera sentado porque el hueco no era muy profundo, mientras lo cubrían con tierra. Su tía, contó que él no podía morir y que los comunarios desenterraron una parte para ahocarlo y terminar con su vida. 

Después les dijeron a los familiares que podían desenterrarlo o hacer lo que quisieran con el cadáver. Ellos sacaron el cuerpo cubierto de tierra y le pusieron velas. La madrugada del sábado salieron de la comunidad y en el camino se encontraron con los efectivos policiales, quienes los acompañaron hasta el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) para la autopsia legal que reveló que la muerte fue por asfixia por sepultamiento. 

También denunciaron que la madre y la abuela de Celso fueron golpeadas por los comunarios, cuando intentaban ayudar al joven. El padre y el tío, que vivían con ellos, estaban en una comunidad más distante trabajando la tierra y lamentan que los pobladores hayan aprovechado su ausencia para atacar a su familia. 

La Fiscalía está investigando el caso para dar con los autores del delito de asesinato.