“Te pedimos perdón de corazón, hijito, jamás te olvidaremos. Vamos a estar unidos, como siempre, te lo prometo”, fueron las palabras que su padre le dedicó ayer a René A.C.S., el niño de 11 años que perdió la vida tras un accidente de tobogán inflable, durante su entierro en el Cementerio General de Cochabamba.

El menor se encontraba con su hermana y otra niña en el juego la tarde del 2 de noviembre, Todos Santos, cuando un remolino de viento elevó el inflable llevándose a los niños y cayó a unos 100 metros del lugar donde estaba instalado, en cercanías del cementerio de Tarata, en el Valle Alto de Cochabamba.

René perdió la vida debido a un fuerte golpe en la cabeza, mientras que su hermanita y la otra menor resultaron heridas. Ambas, de nueve años, fueron trasladadas al hospital del Niño Manuel Ascencio Villarroel del municipio de Cochabamba.

La hermana fue ingresada este miércoles a una intervención quirúrgica porque tiene múltiples fracturas tras ese accidente. El martes, el director del hospital del Niño, Miguel Saenz, informó que la menor recibe atención en la unidad de cuidado intermedio porque tiene fracturas en la pelvis, miembros inferiores y hemorragia por trauma vesical.

El caso está en proceso de investigación. Sobre el caso, el alcalde de Tarata, Benjamín Zurita, informó que el juego inflable no tenía autorización de la Alcaldía para ofrecer sus servicios en esa zona, pero indicó que es tuición de la Policía esclarecer este hecho. Asimismo, expresó sus condolencias a la familia del niño.

En tanto, el presidente de la Asociación Primero de Mayo, Miguel Poma, en entrevista con ATB, dijo que verificaron el lugar del hecho y evidenciaron que el juego inflable cumplía con las medidas de seguridad como el colocado de las cuatro estacas. Dijo que el remolino por su intensidad rompió las cuerdas que sujetaban el tobogán.