Las redes sociales (especialmente Facebook) se han convertido en el espacio elegido para la propagación del “boom” casi invasivo de ofertas dirigidas desde el mundo de la estética, con especial promoción de procedimientos quirúrgicos.

Si uno sigue páginas relacionadas con ese campo, podrá encontrarse con propuestas que van desde el 50% en la realización quirúrgica de una bichectomía (extracción de unas bolsas de grasa situadas en las mejillas) hasta la “promo del año” que consiste en la bichectomía más una sesión posoperatoria por solo 999 bolivianos. 

El 24 de noviembre de 2019, la Sociedad de Cirugía Plástica Cochabamba, presidida actualmente por la doctora Ana María Gil, alertó en su cuenta de Facebook sobre la aparición de cursos “irregulares” que en 48 horas aseguran formar a odontólogos y médicos en dicha técnica.

En mayo de dicho año, sin ir más lejos, un usuario de Facebook publicó en la página Cursos Odontología Bolivia un post publicitario mediante el que brindaba capacitaciones “online” en la materia.

La promoción en aumento de estos procedimientos, que se acentuó hace no más de tres años de manera virtual, generó la inquietud de los cirujanos plásticos bolivianos, quienes argumentan que ese tipo de operaciones solo puede ser efectuada por ellos, en un quirófano y con el personal necesario. Creen que de ningún modo otros galenos u odontólogos deben darse a la tarea de llevarla a cabo, como sucede en centros estéticos o consultorios dentales.

Se creó una suerte de fricción tácita entre el Colegio Médico de Bolivia, que agrupa también a los especialistas en cirugía plástica, y su homólogo, que vela por los allegados al rubro dentista. Los argumentos esgrimidos son opuestos. Los del área bucal enarbolan la idea de que, en el caso particular de la bichectomía, por ejemplo, la técnica puede ser “ambulatoria”. Los plásticos y reconstructivos justifican que bajo ningún punto de vista ello debe darse en un consultorio porque se trata de una labor estrictamente “estética” con entrenamiento académico avalado.

El cirujano plástico y reconstructivo Orlando Arriarán, actual integrante del Comité de Ética de la Sociedad de Cirugía Plástica Cochabamba y expresidente de dicha institución, deja clara su postura: “No solo se debe conocer la técnica. Hay que poseer un entrenamiento prolongado, de años. Se tiene que entender el concepto estético de la estructura facial. La formacion de un cirujano plástico va de 8 a 10 años. No es un curso”.

Identificó que quienes más brindan estos servicios no son solo odontólogos, sino también “dermatólogos, otorrinos y médicos generales sin amplia experiencia que deciden abrir centros de belleza o spas”. “Recibo a pacientes que vienen con complicaciones terribles”, menciona.

De acuerdo con Arriarán, los riesgos de la bichectomía son varios: hematomas, sangrado, lesión del nervio facial con una posible parálisis, lesión del conducto de Stenon, infecciones y asimetrías.

“La especialidad de medicina estética no existe”, dice, con alusión directa a aquellos centros que se presentan de ese modo.

Fedony Caballero, vicepresidente de la Asociación y formado en 2010 en Sao Paulo como cirujano plástico, estético y reconstructivo, entiende que la situación es preocupante, puesto que dichos centros y consultorios  ofrecen, también, otros procedimientos. “La rinomodelación, por ejemplo, sirve para mejorar la apariencia de la nariz. El producto debe ser siempre temporal y tiene su costo.  Los esteticistas realizan esto, a unos 1.000 bolivianos, con elementos que no sabemos de dónde son. Ofertaron Black Friday de liposucción y papada en 800. Una liposucción de papada debe hacerse en quirófano, ¿quién los regula?”.

Arriarán y Caballero coinciden en que la figura responde a una cuestión comercial, por lo que urge que el Ministerio de Salud ponga reglas.

OPERACIÓN “DEMOSTRATIVA” En las redes han surgido cursos de dos días de bichectomía que otorgan certificados curriculares luego de pagar entre 220 y 250 dólares. Uno de ellos se realizó del 29 al 30 de noviembre de 2019 en un centro dental de Cochabamba y otro, del 12 al 13 de diciembre en Santa Cruz. 

Este medio se contactó vía telefónica con ambas entidades, como parte interesada. El único requisito que solicitaron fue que quien tomase la capacitación fuera titulado como “médico u odontólogo”.

 La primera detalló: “Todos deben asistir con un paciente. Se hace una cirugía demostrativa ante los presentes”.

La segunda alternativa consultada indicó que lo más conveniente era reservar los cupos con 100 dólares, puesto que eran limitados.

“El curso cuesta 250. Al finalizarlo, se entregará un certificado con valor curricular. La carga horaria es de 22 horas”.

“COBRAMOS MENOS” Una fuente del área de la odontología que prefiere mantener su identidad en reserva y que ofrece la técnica para achicar mejillas en la Llajta refiere que tanto él como sus colegas obtienen “el mismo resultado” que un cirujano plástico, pero manejan distintos montos de dinero (más módicos). “Los resultados son los mismos que los de un cirujano plástico. El precio es distinto. Un cirujano estético puede cobrar 1.000 dólares. Un cirujano dentista, unos 500. Los dentistas lo vienen haciendo desde antes”.

Mediante un ejemplo curioso compara la fricción dada entre ambos profesionales de la salud con lo que suele suceder en el ambiente de la prensa. “Es como un comunicador social que le dice a un presentador de un noticiero que no debería hacerlo porque no estudió comunicación. Piensan que les estamos quitando ese espacio, tal vez”.

Sostiene que lo más conveniente sería que ambos colegios (el Médico y el Odontólogo) se reúnan y definan competencias.

Contradice lo expuesto por Arriarán y Caballero con relación al sitio adecuado para llevar a cabo un procedimiento como la bichectomía. Según su parecer, es de caracter ambulatorio. “No se necesita una sala quirúrgica o un hospital. No se aplica anestesia general. Es local”.

“PIEDRA LIBRE” Arriarán y Caballero, miembros de la Sociedad, están convencidos de que cada quien hace lo que quiere, con total libertad, debido a que existe una suerte de vacío legal que, incluso, se extiende en las redes sociales. Además, las posibles denuncias no prosperan debido a los costos en el proceso.

“Si no va a haber gente a través del Ministerio de Salud y el de Justicia que ponga cartas en el asunto y empiece a sancionar, es piedra libre. Se trata de un problema de salud pública  no solo en Bolivia”, advierte Arriarán, que actualmente trabaja en Univalle.

Apuntes

Entre 8 y 10 años

La Sociedad de Cirugía Plástica Cochabamba enarbola que un cirujano plástico estético debe contar con una formación académica que va de los 8 a los 10 años.

“Falacia”

El cirujano plástico y reconstructivo Orlando Arriarán asegura que es un engaño o “falacia” hablar en términos de medicina estética, puesto que ello no existe.

Prevención

La Sociedad dice que la herramienta que posee, por el momento, para “prevenir” a la población sobre los riesgos de recurrir a centros no autorizados para encarar cirugías estéticas es la información. Así, la entidad utiliza la red social Facebook para brindar datos explicativos sobre los requisitos elementales que debe facilitar un profesional experto en la materia.

“Ambulatorio”

El campo de los odontólogos argumenta que el procedimiento de la bichectomía, por ejemplo, es ambulatorio, por lo que “no requiere” de un quirófano para llevarse a cabo.