Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
  • Actualizado 00:37

LA FAMILIA PIDE CELERIDAD EN LA INVESTIGACIÓN

Caso Nancy: agresores la quemaron sin constatar si estaba con vida o no

La víctima tenía dos meses de gestación. Su pareja la empujó de su auto en movimiento y al ver que no reaccionaba la llevó a una zona desolada y la quemó, en complicidad con su cuñado.

 

Nancy Pedrozo R., la joven víctima de feminicidio (d). Familiares ofrecen misa en memoria de Nancy y María, su hermana menor. Ambas fallecieron en agosto (i). Cortesía de familiares
Nancy Pedrozo R., la joven víctima de feminicidio (d). Familiares ofrecen misa en memoria de Nancy y María, su hermana menor. Ambas fallecieron en agosto (i). Cortesía de familiares
Caso Nancy: agresores la quemaron sin constatar si estaba con vida o no

Nancy Nayda Pedrozo R., de 30 años, tenía dos meses de embarazo cuando le quitaron la vida en Uyuni (Potosí) hace dos meses, el 1 de agosto. Alejandro O.C., su pareja, la empujó de su vehículo en movimiento y al ver que no reaccionaba la volvió a subir al motorizado con ayuda de su cuñado Serapio L.O. y la llevaron a un lugar desolado “para proceder a quemarla sin tener constancia alguna de que la víctima se encontraría aún con vida”, según indican los documentos del proceso que se investiga por feminicidio.

Para conocer ese fatal desenlace transcurrió 34 días, desde la desaparición de Nancy. Su familia la estuvo buscando por distintos pueblos y pegando afiches con su fotografía con la esperanza de encontrarla con vida. Alejandro se mostró preocupado y salió a las calles preguntado por su “esposa embarazada” para no levantar sospechas. Después de unos días, les comunicó que abandonaría la búsqueda porque sus parientes le dijeron que “no se meta” e incluso les pidió que le devolvieran los gastos realizados, mientras buscó a Nancy.

El 1 de agosto, la joven les dijo a sus familiares que después de realizar sus quehaceres en la casa de Uracaya, una comunidad que está entre Coroma y el río Mulatos, viajaría a Cruce Ventilla (Challapata) para encontrarse con Alejandro O.C., su pareja. Nancy se contactó con su madre por última vez entre las 16:00 y 16:30, cuando le comentó que estaba a unos cinco kilómetros de Uracaya esperando movilidad.

Su teléfono estaba apagado y desconocían su paradero. Entonces, llamaron a Alejandro para preguntar si ya estaba con él porque pensaron que se agotó la batería de su celular y que probablemente el viaje fue más largo por los bloqueos y restricciones vehiculares que se aplican por la cuarentena. El hombre les dijo que no había llegado y que saldría a buscarla. 

CONFESIÓN Alejandro O.C. prestó su declaración en calidad de testigo durante 45 minutos, desde las 12:00 del 3 de septiembre. El hombre confesó que era autor del crimen y la Fiscalía lo imputó por el delito de feminicidio a las 14:02 de ese mismo día.

Relató que ese 1 de agosto, fue a recoger a Nancy porque le comunicó que no había movilidades. “Le dije que se venga si no era muy tarde, pero me comentó que el camino estaba solo. Le propuse que se fuera a su casa, pero ella me dijo que fuera a recogerla. Le indiqué que no sabía si el auto tenía gasolina y como es chuto le pedí que me espere en el camino”.

Añadió que cuando se dirigía a recoger a Nancy, por Cruce Ventilla, se encontró con Serapio L.O., quien levantó su mano para que parara la movilidad y le habría pedido que lo lleve a Challapata. “Le dije que estaba yendo a recoger a mi novia a Cruce Coroma. Dijo que si sería rápido podía acompañarme. Hemos ido y Nancy se sentó a mi lado, mientras Serapio estaba atrás (a las 17:45). Empezamos a discutir con Nancy y ella me decía que para que me hiciste venir y no recuerdo por qué, pero la empujé. No quería que se caiga, pero cayó del auto y frené, y bajamos con Serapio”. Eso ocurrió entre el kilómetro 73 y 71 de la carretera a Uyuni.

Contó que le insistió a Serapio para que le ayudara a levantarla puesto que la joven no reaccionaba y la subieron a la movilidad. “Él me dijo vamos a Río Mulatos, pero antes de llegar, cuando estábamos por el puente Coroma, me hizo parar y me pidió las llaves del auto y me dijo vos ándate. Yo me voy a encargar de Nancy y la voy a hacer desaparecer”. 

Sin embargo, Serapio L.O. niega su participación en el crimen, aunque no brindó mayor información de lo ocurrido. Él pidió la nulidad de la imputación, hace poco más de una semana, argumentando que no es autor del feminicidio y que no tenía relación ni conocía a la víctima. Un juzgado rechazó su petición.

Actualmente, ambos cumplen detención preventiva por seis meses, etapa preparatoria que dará paso al juicio oral. Alejandro está en la cárcel Santo Domingo de Cantumarca y Serapio en el centro productivo de Uyuni, desde el 5 de septiembre.

HALLAZGO El 23 de agosto, un comunario reportó a la Policía de Uyuni el hallazgo de restos óseos calcinados en la localidad de Chita. La Fiscalía y los efectivos se constituyeron al lugar y realizaron el levantamiento legal. Convocaron a los familiares de Nancy ante la posibilidad de que se trate de la joven. La madre identificó rasgos particulares en la dentadura y los actos investigativos coincidían y hacían suponer que los restos humanos pertenecían a la joven que estaba siendo buscada.

Los familiares se sometieron a pruebas para confirmar si los restos hallados eran de Nancy. Las pericias se realizaron en el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) de Cochabamba y la espera para la familia fue larga hasta el 25 de septiembre, cuando certificaron y les entregaron los restos de la joven. Al día siguiente, los parientes y amigos la despidieron en el Cementerio General de Potosí.

La familia pide celeridad en la investigación y la sentencia máxima para los autores del feminicidio. Nancy era la segunda de seis hermanos. La mamá de la joven no encuentra consuelo debido a que perdió a dos de sus hijas en agosto; una de las menores a consecuencia de un problema de salud, el 21 de agosto. Ni siquiera imaginaban que antes había fallecido Nancy.

Dos meses 

Nancy fue asesinada por el hombre que le prometió amarla y cuidarla, y para deshacerse del cuerpo la quemó, en complicidad con su cuñado, hace 64 días.