Adriana, nombre cambiado, fue violada y embarazada por su padrastro. Su cuerpo no pudo callar más el vejamen y su tío descubrió que cursaba alrededor de casi siete meses de gestación, de lo contrario probablemente el caso hubiese quedado en la impunidad.

La adolescente, de 14 años, fue agredida sexualmente por el concubino de su madre en la población de Ivirgarzama, en la región del Trópico de Cochabamba. Ella le llevó comida al chaco (terreno agrícola) y ese momento fue aprovechado por el adulto, el 15 de diciembre de 2019. Le advirtió que no le contara nada de lo ocurrido a nadie.

El tío notó que la menor de edad estaba embarazada, a fines de junio. Preguntó a la progenitora si pusieron la denuncia, pero ella indicó que fue abusada por desconocidos, pero ante la presión tuvo que admitir que su concubino era el agresor.

El 1 de julio, Emilio P., de 52 años, fue capturado por los efectivos policiales tras que el familiar formalizara la denuncia. Unos días después, la justicia determinó su detención preventiva en el penal de El Abra, mientras dure la investigación.

La madre también está siendo investigada debido a que continuó viviendo con el agresor, pese a la violación de su hija e incluso se negó a denunciar a su concubino pretendiendo encubrir el delito.

El Ministerio Público presentó a la autoridad jurisdiccional el certificado médico, ecografía, entrevista psicológica de la víctima, entrevistas testificales, entre otros elementos que fueron valorados por el juez, quien determinó la detención preventiva del agresor por el riesgo de fuga y obstaculización.

Al igual que Adriana hay otros menores de edad que han sido agredidas antes y durante la pandemia. Los menores de edad también han sido golpeados por la situación sanitaria porque muchos están obligados a vivir con su agresor en casa debido a las medidas de restricción por el brote del coronavirus.

 Según la Ley 3773, cada 9 de agosto se recuerda el Día Nacional de la Solidaridad con las Víctimas de Agresiones Sexuales y en Contra de la Violencia Sexual en Niños, Niñas y Adolescentes. Muchos se atreven a denunciar, pero se encuentran con trabas legales y retardación de justicia, de acuerdo con los pronunciamientos de instituciones de trabajan con víctimas.

La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) de Cochabamba atendió 1.984 denuncias, entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2020. El 91% son casos de violencia familiar o doméstica a mujeres y niños. En ese tiempo, 24 niños, niñas y adolescentes fueron víctimas de violación.

Asimismo, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia del municipio de Cochabamba registró más de mil denuncias durante la pandemia, hasta el 13 de julio. La directora de Género y Generacional, Andrea García, informó que los casos más denunciados son el maltrato, conflictos de guarda y abuso sexual infantil “que realmente se ha disparado”, de acuerdo con información difundida por Radio Kancha Parlaspa.

García manifestó que atienden entre 5 a 7 casos diarios de violación y abuso sexual a menores de edad. 

Los agresores sexuales de niños son en su mayoría familiares y en otras ocasiones son cercanos al entorno próximo. La FELCV atendió 496 casos de violación a menores de edad en todo el país, contabilizados hasta el martes.

Asimismo, la Fiscalía General del Estado, a través de la Fiscalía Especializada en Delitos de Violencia Sexual y en Razón de Género, informó que registraron 8.133 casos de delitos relaciones a violación, abuso sexual, violación de infante, violencia familiar, estupro, rapto, secuestro, entre otros inmersos en la Ley No. 348 Integral Para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia en todo el país, entre el 22 de marzo y el 2 de agosto de este año.

La mayor incidencia de casos se atendió en Santa Cruz con 3.030. Le siguen, La Paz con 1.596, Cochabamba con 1.223, Tarija con 560, Potosí con 513, Beni con 505, Chuquisaca con 366, Oruro con 226 y Pando con 114.

En ese período, se reportó 352 hechos de violación a menores de edad, 453 de abuso sexual, 253 de estupro, 369 de violación, 6.540 de violencia familiar o doméstica, entre otros delitos.