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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Cochabamba y su riqueza arqueológica

Cochabamba y su riqueza arqueológica



El departamento de Cochabamba constituye uno de los centros de desarrollo cultural prehispánico más importantes de Bolivia, afirman los investigadores Wálter Sánchez y Alejandra Ramírez, en su libro “Políticas culturales. Diagnóstico para la generación de iniciativas culturales para el departamento de Cochabamba”.

La centralidad de Cochabamba en el periodo prehispánico aún puede apreciarse en los importantes sitios y objetos patrimoniales que han resistido el paso del tiempo.

Se trata de un patrimonio categorizado como arqueológico, pero que también abarca el arte rupestre y otras expresiones creativas populares propias de la región andina.

En virtud a la variedad y riqueza de este patrimonio, se ha visto la pertinencia de recurrir al Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón (INIAM-UMSS), con el ánimo de que sus investigadores compartan algunos de los hallazgos más importantes de su trabajo.

Los estudios corresponden a los investigadores Wálter Sánchez, María de los Ángeles Muñoz, Fernando Garcés y Marco Bustamante. Sánchez aporta con textos sobre sus investigaciones en torno a la presencia de caminos preincaicos, patrimonio rupestre y el complejo arquelógico de Tablas Monte. Muñoz comparte su estudio sobre las ruinas de Incallajta. Garcés expone sus indagaciones sobre la escritura ideográfica andina. Bustamante refleja los hallazgos de su investigación sobre el hombre de Jayhuayco.

INCALLAJTA Incallajta constituye un complejo arqueológico de alrededor de 30 hectáreas de extensión, en el municipio de Pocona. El sitio fue reportado a la ciencia en 1913, por el Barón sueco Erland Nordenskiöld y declarado “Monumento Nacional” por la Ley Nº 1009, del Honorable Congreso Nacional de la República de Bolivia.

Enclavada en una imagen típicamente rural, caracterizada por diferentes ecosistemas de valles y una gran diversidad biológica, muestra un entorno de belleza excepcional, donde se remarca la armonía y organicidad del sitio con el paisaje, con una exuberante cascada rodeada de plantas colgantes, helechos y orquídeas.

Las investigaciones revelan a Incallajta como un sitio con diferentes funciones: públicas, evidenciadas en la Kallanka, que constituye la estructura más grande de toda la América precolombina; defensivas, denotadas en el ciclópeo muro escalonado que se encuentra únicamente en aquellos sitios incas de muy alta jerarquía; rituales que se evidencian en el Ushnu, estructura en forma de media cruz andina; calendáricas/astronómicas, observadas en el Torreón; habitacionales y de almacenamiento, evidenciadas en numerosos silos, aunado al fundamental rol que ha jugado en toda la zona. Incallajta constituye la expresión arquitectónica incaica más grande e importante del Collasuyo.

Desde el año 1999, este patrimonio ha sido gestionado por las comunidades de la Subcentral Incallajta, en un modelo pionero en Bolivia, conjuntamente con el INIAM-UMSS, tornándose en un símbolo y referente identitario de los comunarios, así como parte importante de la identidad regional cochabambina.

Escrituras

ideográficas andinas

Las escrituras ideográficas andinas hacen referencia a una serie de textos religiosos expresados en figuras inscritas en cuero, barro y papel. La colección más importante de estas escrituras se encuentra en el Instituto de Investigaciones Antropológicas y Museo Arqueológico de la Universidad Mayor de San Simón. Se cuenta con cinco rezos en cuero (recogidos por el fundador del museo, Dick Ibarra Grasso), otros 12 rezos (en cuero y papel) donados por Osvaldo Sánchez y dos discos de barro (recogidos por Ibarra en Puqui, Oruro).

Son materiales elaborados a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX y se usaban como mecanismo mnemotécnico para recordar la doctrina católica; sin embargo, se usan en las comunidades andinas (quechuas y aimaras) como expresión religiosa local.

Proceden de distintas comunidades de La Paz, Oruro, Potosí y Chuquisaca. Constituyen un invaluable patrimonio histórico y etnográfico como reminiscencia de las escrituras no alfabéticas que se practicaban en el ámbito andino.

El arte rupestre en el departamento



De manera general, el arte rupestre es la acción de grabar o pintar sobre una superficie rocosa. Este grupo ha sido clasificado en tres grupos: petroglifos o grabados de figuras sobre la roca aplicando medios mecánicos como percutivos; pinturas rupestres o figuras logradas por la aplicación de pigmentos de diferentes colores; y geoglifos o figuras dibujadas en grandes superficies de tierra.

Según un boletín de la Sociedad de Investigación de Arte Rupestre en Bolivia, hasta el año 2002 existían 1.003 sitios de arte rupestre registrados en Bolivia, de los cuales 62 se encontraban en Cochabamba.

CARRASCO Un patrimonio de arte rupestre desconocido se halla dentro el río San Pedro, en la zona de Arepucho, dentro del Parque Nacional Carrasco.

Se trata de una inmensa roca, de forma “piramidal” con representaciones iconográficas, hechas con una técnica de acanalado y trabajadas principalmente en la cara norte (mirando hacia la Amazonia) y en la parte superior. Destaca en el frente un motivo tallado circular-radial, de donde sale un delgado pedúnculo y que domina visualmente todo el frente. En la parte superior se halla esculpida una serpiente de aproximadamente un metro y medio de largo. Figuras en forma de S, ω, v, así como una gran cantidad de serpientes más pequeñas, dominan las otras partes de la piedra.