El presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, afirmó este martes que se están afinando los protocolos de seguridad sanitaria para las elecciones; sin embargo, anticipó que la votación se realizará de manera similar a realizar un trámite bancario, por ejemplo el cumplimiento de la distancia social en la fila.

“Van a haber muchas similitudes entre lo que hace una jornada electoral en el momento de votar, como cuando se realiza un trámite bancario; es decir, el ciudadano va a mostrar su cédula, como la muestra en el banco. En el sistema bancario está recibiendo billetes, en este caso va a recibir una papeleta que habrá tenido por supuesto un manejo muchísimo más de cauteloso. Va a marcar la papeleta, la va a depositar en el ánfora. De la misma manera que en el banco firma la Constancia es la operación que ha realizado, así va a firmar el listado de electores que da fe de su presencia y luego inmediatamente la persona se va a retirar del recinto”, detalló Romero en entrevista con Red Uno.

La jornada de votación está prevista para el domingo 6 de septiembre, pero se confirmará una vez se concrete la promulgación de la ley respectiva por parte de la presidenta Jeanine Áñez. Existen sectores que rechazan la realización de los comicios debido al riesgo que existe de contagios en medio de la pandemia del COVID-19.
Romero indicó que el TSE está afinando los protocolos de seguridad sanitaria, para las actividades del proceso electoral, junto a especialistas y con la participación de la Organización Mundial de la Salud.

Entre las medidas que se tomarán, anticipó que habrá un número mayor de recintos de votación que van a permitir un mejor flujo de los ciudadanos y evitar aglomeraciones.

Para los jurados electorales, anunció que no habrá capacitaciones con centenares de personas, como había en el pasado, sino se las realizará en grupos mucho más reducidos. 

Dijo estar seguro del compromiso de la ciudadanía para participar del proceso electoral como jurado.
Asimismo, el presidente del TSE expresó su convencimiento de que la ciudadanía también asistirá a las urnas, convencida de la importancia de su voto, y que se va a mantener los altos índices de participación que usualmente tiene Bolivia.