Las unidades de terapia intensiva de Santa Cruz, la más golpeada de la pandemia en el país, están llenas mayormente de no vacunados y las personas acuden masivamente a realizarse la prueba para detectar la COVID-19 ante el incremento de casos en ese departamento.

Es el caso del hospital Japonés en Santa Cruz que tiene su terapia intensiva copada de personas que deben ser intubadas y de las que al menos el 76% no están vacunadas o no cuentan con el esquema completo, comentó el jefe del área COVID-19 del centro asistencial, Richy Hurtado.

Además, sostuvo que la mayoría de los no vacunados están entre los 35 a 55 años y que debieron ser intubados por complicaciones asociadas a la COVID-19.

Por su parte, el director del hospital, Freddy Gutiérrez, indicó que el personal médico también está comenzando a contagiarse, por lo que se deben tomar algunas determinaciones para evitar quedarse sin médicos y enfermeras.

Santa Cruz reportó el miércoles 4.376 casos de COVID-19 en un día, una cifra de contagios que no se había reportado durante toda la pandemia, al igual que los 6.149 contagios en todo el país.

El gerente de epidemiología del Servicio Departamental de Salud de Santa Cruz, Carlos Hurtado, informó que entre el 80% y el 90% de las personas que están en terapia intensiva no están vacunadas y que de 100 pruebas PCR realizadas 47 salen positivas.

Ante esta situación las personas están acudiendo de forma masiva a vacunarse o a completar su esquema de vacunación; además, desde el 1 de enero del próximo año será obligatorio mostrar el carné de vacunación para ingresar a lugares públicos y privados.

En consecuencia, se registraron filas en los distintos puntos de vacunación, al igual que en los lugares donde realizan pruebas PCR o antígeno nasal de forma gratuita ante la explosión de casos.

Las autoridades sanitarias cruceñas decidieron prohibir las fiestas de fin de año para evitar más contagios y determinaron ley seca, es decir que no está permitida la venta de bebidas alcohólicas, desde este jueves hasta el 10 de enero.

El Gobierno determinó declarar la emergencia sanitaria ante el ascenso de casos y al menos seis ciudades suspendieron las fiestas por Año Nuevo.

Hasta ahora ya se aplicaron 9.682.874 dosis entre primeras, segundas y terceras vacunas a la población boliviana.