La ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, reveló ayer que el canal Abya Yala de La Paz recibió "demasiado dinero" por publicidad del Estado y otros beneficios que no correspondían.

"En la gestión de estas exministras (Gisela López y Amanda Dávila) recibió demasiado dinero por la publicidad y beneficios que no correspondían", dijo en una entrevista con el canal estatal Bolivia TV.

Explicó que la responsabilidad recae en las exministras porque fueron las representantes legales de ese medio de comunicación y ejecutaron recursos del Estado. Precisó que ese canal, que fue creado en 2012 con una donación económica del Gobierno de Irán, habría ganado más de dos millones de bolivianos en menos de tres años.

Asimismo, dijo que López fue una de las ministras “más corruptas” del Gobierno del expresidente Evo Morales porque montó un “aparato mafioso”.

MÁS DENUNCIAS La exministra huyó a Argentina tras una auditoría a su gestión. Es acusada por corrupción en la firma de contratos con la empresa extranjera Neurona, por el daño económico al Estado de al menos 12 millones de bolivianos. Lizárraga también reveló que la exautoridad duplicó las hojas de ruta y desvió fondos del Ministerio de Comunicación, concedió contratos a la hija del exministro Alfredo Rada y consintió que su hermano, Enrique López, mal utilice equipos del canal estatal Bolivia TV.

"(López) era muy temida en el Gobierno de Morales. Ella realizaba grabaciones, hackeo de computadoras en el Ministerio de Comunicación".

Agregó que el vínculo de López y Morales era directo y todos en el anterior Gobierno sabían que era de "alta peligrosidad" y por ello "preferían distanciarse, como ocurrió con el exministro Carlos Romero".

Por su parte, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Wilson Santamaría, afirmó que López, teme a la justicia que su partido dejó en el país tras 14 años.