“…Hago público el acoso y las amenazas que estoy recibiendo en mi contra, porque tengo miedo”, denunció la presentadora de televisión Claudia Peña Cardona que fue despedida del canal privado de televisión Red Uno de Bolivia, una medida que la afectada atribuye a una campaña en redes sociales por cuestionar el paro cívico de 36 días.

“Jamás ataqué a Santa Cruz, hablé de un grupo de personas que actúa por presión social, por conveniencia y no por convicción. Sostengo totalmente lo que dije porque jamás me referí a una ciudad en su totalidad”, expresó en un mensaje difundido en su cuenta de TikTok.

En medio de un conflicto que fue convocado por la organización cívica regional, en demanda de la realización de un censo de población en 2023, la conductora publicó su oposición a la protesta, el pasado18 de noviembre, desde su cuenta @laclauoficial: "Que miedo ser una imbécil que cumpla con su círculo social y salga a bloquear porque así lo exige su burbuja y no sus convicciones".

En apego a la norma periodística que señala la difusión de la contraparte, una periodista de la Unidad de Monitoreo de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) solicitó una versión de la Red Uno de Bolivia sobre el despido de la presentadora.

Entre la tarde del 30 de noviembre y el 1 de diciembre, se realizaron varias llamadas telefónicas a sus oficinas en La Paz y en Santa Cruz, y en el segundo día se anunció una respuesta a la consulta, pero el mensaje no llegó hasta el cierre de edición.

La ANP que, desde el año 1970, representa a los principales diarios de Bolivia, defiende la vigencia del Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que reconoce a toda persona el derecho a la libertad de opinión y de expresión, que incluye el derecho a no ser molestado por opiniones, por investigar o recibir informaciones.

El parágrafo 5 del Artículo 13, la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969, especifica los alcances de la libertad de pensamiento y de expresión, y señala que estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia.

En las últimas horas, la ANP ha sido objeto de hostigamiento a través de mensajes que cuestionan su labor de defensa de la libertad de expresión.

Desde cuentas anónimas y de manera coordinada se repitieron consignas orientadas a desacreditar el trabajo que realiza la organización de diarios asociados.

En otros casos, analistas de temas políticos, que durante muchos años censuraron las denuncias sobre encarcelamiento, detención y secuestro de periodistas, apuntan sus reclamos a la ANP y evitan mencionar a entidades gubernamentales con funciones específicas para la defensa de derechos laborales y ciudadanos.