Al Ministerio Público de La Paz llegó este jueves el periodista español de OK Diario, Alejandro Estrambasaguas, quien reveló presuntos vínculos entre el exministro de Gobierno Carlos Romero con la empresaria Lorgia Fuentes.

El periodista señaló que la justicia boliviana, en los pasados días, desestimó una denuncia en su contra iniciada por Fuentes, lo que a su criterio no contaba con fundamentos legales y fue dejado sin efecto.

Por otra parte, informó que, hasta la Fiscalía, junto a su abogado Eduardo León, presentaron una serie de documentos, uno de ellos de carácter sonoro se escucha a un trabajador de la empresaria referirse a actos obscenos que eran registrados con el consentimiento de Fuentes.

“He dejado aquí en la fiscalía una grabación en la que se escucha a su empleado S. G. reconocer de su propia boca cómo Lorgia Fuentes en su vivienda de la zona sur de La Paz tiene instalado un circuito cerrado de cámaras de video vigilancia con el que se han grabado orgías a altos cargos del gobierno de Evo Morales”.

Para Estrambasaguas, las supuestas grabaciones de las cámaras de la vivienda de Fuentes hubieran sido utilizadas para chantajear a altos ejecutivos de ENTEL durante el gobierno de Evo Morales, quienes presuntamente participaron en reiteradas oportunidades de ese tipo de actividades.

El abogado patrocinante del periodista extranjero, señaló que el propósito de las grabaciones a altos funcionarios de la empresa telefónica fue para sacar réditos económicos mediante la adjudicación de contratos, sin embargo, la investigación del Ministerio Público deberá establecer aquello, más aún ahora contando con nuevos elementos presentados por su defendido.

El jurista agregó que su patrocinado fue objeto de amenazas por parte de un allegado a Lorgia Fuentes por lo que pedirán a las autoridades pertinentes puedan promover que el periodista sea beneficiado con resguardo.

León finalizó señalando que el Ministerio Público debe agilizar la investigación en torno a la fortuna de Fuentes, toda vez que la misma cuenta con una propiedad que era de la empresa CAMC, un comercio dedicada al entretenimiento infantil, además de otros patrimonios que una persona con un trabajo licito, difícilmente podría sostener.