Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 13:26

Navidad, ocasión en que los juguetes hechos en Bolivia libran una dura batalla con los importados

Los artesanos bolivianos no pierden la esperanza y desde meses fabricaron distintos regalos con una calidad que supera a lo importado.

Hernán Paty muestra una de sus creaciones. PETER LUNA
Hernán Paty muestra una de sus creaciones. PETER LUNA
Navidad, ocasión en que los juguetes hechos en Bolivia libran una dura batalla con los importados

Navidad, una fecha que nos recuerda el nacimiento del niño Jesús, cada año va perdiendo su esencia porque los mercados populares y super mercados son inundados de plástico convertido en juguetes, con imágenes de super héroes y otros personajes de ficción, muchos medios televisivos se vuelcan a los comercios para mostrar las novedades. No sucede lo mismo con la marca “hecho en Bolivia”. 

Los artesanos lamentan que cada Navidad la población prefiera lo extranjero antes que lo nacional, juguetes, ropa y adornos son importados por grandes comerciantes que ingresan al país ingentes cantidades de productos, lo hacen de contrabando para obtener mayores ganancias, toda su mercadería va destinada a los comercios populares.

En la ciudad de La Paz existen los lugares denominados mayoristas ubicados en gigantes galpones en la zona comercial de la calle Tumusla y Buenos Aires, lo mismo sucede en la zona 12 de octubre de la ciudad de El Alto, a esos sitios acuden los comerciantes al detalle que una vez conseguida la mercadería instalan puestos de venta callejeros, autorizados por los municipios, días antes de la Navidad.

Juguetes con el sello hecho en Bolivia

Pese a la ola de juguetes de plástico traídos desde fuera de nuestras fronteras y ofrecidos en las calles, los artesanos bolivianos no pierden la esperanza y desde meses antes de la Navidad trabajan a mano juguetes con una calidad que supera a lo importado.

Hernán Paty, propietario de artesanías Paty, realiza automóviles, camiones y buses municipales de La Paz y El Alto a escala, sus trabajos pueden ser apreciados y adquiridos en la feria de la miniatura en el Parque Urbano Central (PUC) de La Paz y durante el resto del año hace trabajos solo a pedido. Su padre, quien falleció hace poco, le heredó su arte “junto a mi papá nos sentábamos horas en el taller hasta terminar los camiones volvo F12”, recuerda con tristeza.

Cada obra del artesano recibe un tratamiento minucioso. Por ejemplo, los buses Puma Katari y los Wayna Buses cuentan con luces, puertas, asientos, parachoques  y hasta buzones, el pintado lo hace manualmente para que quede impecable.

Los costos de sus trabajos podrían parecer elevados, sin embargo, debemos tomar en cuenta que cada juguete requiere de varios días de trabajo a detalle. “Los pequeños estoy dando hasta en 400 bolivianos y los grandes hasta en 950 porque tienen todos los detalles por dentro y resisten el peso del niño y no se rompen fácilmente, son a escala real”, dice Hernán quien ahora enseña a sus hijas a trabajar la madera, como él aprendió de su padre.

Otro de los artesanos conocidos por su excelente mano de obra es José Nuñez, quien desde finales de la década de los 80 sostiene Juguetes Kuper, que son elaborados en metal “súper resistentes”, dice el artesano en su puesto de venta de la zona 16 de julio, Nuñez hace 33 años inició su emprendimiento gracias a una emergencia económica.

El artesano recuerda que cerca de la noche buena de 1987 se encontraba atravesando una situación económica difícil, la coyuntura del país por ese entonces no era de las mejores por lo que con un poco de material metálico y creatividad construyó algunos automóviles tipo Jeep Willys los que ofreció en un comercio cercano y fueron adquiridos casi inmediatamente, al ver el interés de la gente por comprar ese tipo de juguetes decidió encaminar lo que hoy en día se conoce como “Juguetes Kuper”.

Lo que empezó como una emergencia económica hoy en día es una microempresa donde Nuñez junto a su familia no solo realizan Jeeps sino que elaboran camiones cisterna, grúas, omnibuses, tanques, tractores entre otros juguetes, la característica más importante de los Juguetes Kuper es que son hechos para durar, al ser fabricados con partes de acero “muchos turistas que visitaron la feria se han llevado mis trabajos”, dice con orgullo Nuñez.

De matraquero a fabricante de autos de madera y artículos de oficina, es la historia de don Vicente Limachi, una persona que antes de la pandemia se dedicaba a elaborar matracas para diferentes fraternidades del Gran Poder y de la entrada de la Virgen del Carmen, sin embargo, la llegada del coronavirus hizo que todas esas actividades se suspendan, desde entonces tuvo que buscar alternativas para financiar los gastos de su hogar.

Su habilidad en el manejo de la madera hizo que elabore artículos de oficina; porta lapiceros, tarjeteros entre otros adornos, pero, en su puesto de la calle Jorge Carrasco de El Alto uno de los mayores atractivos es un auto clásico hecho en madera, más que a los niños, el trabajo gusta a las personas mayores. Ese juguete es vendido a 300 bolivianos. Limachi cuenta que semanalmente elabora dos a tres autos, cada uno con detalles finamente trabajados.

Al igual que los artesanos a quienes entrevistamos, existen cientos de emprendedores en todo el país quienes necesitan del apoyo de la población, sin embargo, en estas fechas la gente más se inclina por adquirir productos importados de baja calidad que a la larga llegan a ocupar espacios en los contenedores de basura, muchos terminan en ríos o en vía pública.