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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 15:06

Matrimonio celebra sus Bodas de Plata a través de Zoom

La pareja fue planeando el gran día hace dos años, sin embargo, las circunstancias actuales cambiaron todo y tuvieron que ingeniar la renovación de votos de manera virtual.

 

Matrimonio celebra sus Bodas de Plata a través de Zoom

El reloj marcaba las 16:20, aproximadamente. Se unieron a la conexión los últimos invitados y en la pantalla se veía el altar, con unas letras en la pared que rezaban: “Bodas de Plata”. Patricia De La Barra y Wilfredo Vargas cumplieron 25 años de matrimonio hace unos días y no quisieron pasar por alto esa fecha tan importante para ellos, así que, ante la imposibilidad de hacer una reunión por la pandemia del coronavirus, decidieron renovar sus votos mediante de la plataforma Zoom, con la participación de toda su familia y amigos cercanos.

Hace dos años, la pareja comenzó a idear cómo sería la celebración de su aniversario. Junto a sus dos hijos, Ariel y Daniel, querían hacer una fiesta para conmemorar tan ansiado día, pero no todo sería fácil. El primer obstáculo que atravesaron fue el robo en su domicilio hace unos meses. Los ladrones se llevaron gran parte del dinero que habían ahorrado para esa fecha y sus pertenencias. Después, pensaron hacer algo un poco más pequeño con sus seres queridos, pero llegó la pandemia y todo se vio truncado.

Patricia cuenta que se sentía desanimada. A pesar de que tenían muchas ganas de hacer algo especial, las cosas parecían no estar a su favor. Pero, unas semanas antes, los cuatro miembros de la familia decidieron hacer una cena. Luego, creyeron que sería bueno invitar a la mamá de ella que vive al frente de su casa y así una cosa llevó a la otra y todo tomó un curso natural.

Al hijo menor, Daniel, se le ocurrió que la reunión no se limite solo a unas cuantas personas, sino que el resto de su familia pueda participar a la distancia y compartir con ellos ese momento único.

Las ideas comenzaron a fluir rápidamente. No había mucha posibilidad de comprar cosas, así que utilizaron todo lo que tenían en su casa. Recogieron flores del jardín para armar el centro de mesa y adornar la vivienda. Buscaron algunas telas para cubrir las paredes. Patricia hizo el portanillo, las servilletas de tela y grabó los nombres de ambos. Wilfredo tenía una mesa quirúrguica que utilizaron para poner la vajilla.

Los hijos se encargaron se hacer la invitación digital y el programa de la ceremonia.

Cuando llegó el día especial, Patricia no sabía quién podía arreglarla, así que una de sus amigas —que es peluquera— recorrió dos kilómetros para llegar a su casa y hacerle un peinado especial. Su hermana —que también vive al frente de su domicilio— preparó la torta. Un dato curioso es que, 25 años atrás, ella fue la madrina de pastel.

Para muchos de los invitados, la experiencia fue diferente, no sabían cómo funcionaba Zoom o tenían problemas con la conexión. Sin embargo, todos pusieron de su parte para integrarse a la ceremonia y celebrar con la pareja ese día especial.

La consigna era estar de blanco. Días previos, los esposos pidieron que cada familia enviara una fotografía con un atuendo de ese color para crear un álbum de fotos.

El acto comenzó con el ingreso de Patricia y Wilfredo hasta llegar al altar. Ahí los esperaba la mamá de ella que, al ser el miembro mayor de la familia, ofilicializó la ceremonia e hizo la bendición correspondiente. Después, entró una de las sobrinas con los anillos; casualmente, ella también los entregó en la boda que se celebró hace más de dos décadas.

Los esposos, Patricia y Wilfredo, junto a sus hijos Ariel y Daniel.

Los esposos, Patricia y Wilfredo, junto a sus hijos Ariel y Daniel. Cortesía

Luego, los esposos se dijeron sus votos matrimoniales nuevamente. Las cartas estában escritas a mano y se volvieron a jurar amor eterno por segunda vez. Intercambiaron los anillos de plata que tenían y, al son de la canción “He sabido que te amaba”, bailaron el vals. Como no se puede comprar ningún tipo de bebida con alcohol, prepararon un mate de manzanilla con anís para hacer el brindis.

Mientras tanto, las casi 40 personas que se unieron a la ceremonia disfrutaron el acto mediante el Zoom. Cada uno tuvo su turno para dar palabras y la emoción embargó a todos, tanto que derramaron algunas lágrimas.

También recordaron a los que ya no están: el padre de Patricia y los progenitores de Wilfredo. Sin embargo, ellos sintieron que los acompañaban en ese momento.

La cuarentena implementada a raíz de la COVID-19 generó muchos cambios, incluyendo la forma de relacionarse. A pesar de los obtáculos que supone la restricción, muchas personas encuentran la manera de compartir con sus seres queridos y sobrellevar el confinamiento. Patricia y Wilfredo son un ejemplo de eso, pese a las dificultades encontraron la manera de celebrar su amor y estar junto a su familia, aunque sea a través de una pantalla.

PIE DE FOTO 1: Patricia De La Barra y Wilfredo Vargas.

PIE DE FOTO 2: Los esposos, Patricia y Wilfredo, junto a sus hijos Ariel y Daniel.