Masacre de Sacaba: del llamado del MAS a marchar a la “caza” y tortura

Diez muertos, 98 heridos y 223 detenidos es el saldo de los conflictos en Cochabamba, el 15 de noviembre de 2019, tras la renuncia del expresidente Evo Morales y en medio de enfrentamientos.
Esta fecha pasará a la historia por ser una de las más sangrientas y se recordará como “la masacre de Sacaba”, donde se suscitaron 15 hechos que fueron el resultado de sucesos anteriores como la quema de unidades policiales y desbloqueos violentos por parte de grupos afines al Movimiento Al Socialismo (MAS).
Hace dos años, hubo heridos, engaños, intimidación, detenciones, torturas y muerte por disparos.
La información está basada en el informe de 471 páginas, del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) sobre los hechos de violencia y vulneración de los derechos humanos ocurridos entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2019 que fue emitido el 23 de julio de 2021 tras un proceso de investigación. Así también se toma en cuenta los datos generados por la Defensoría del Pueblo.
1. EL LLAMADO DEL MAS
Surge después de las elecciones anuladas y la convocatoria a paro cívico. Las Seis Federaciones del Trópico se declaran en emergencia y convocan a la “defensa del voto rural e indígena”. Tras la renuncia y salida del país de Morales, el ahora presidente del Senado y dirigente cocalero Andrónico Rodríguez publica un video, el 12 de noviembre, en el que declara “movilización nacional en contra del golpe de Estado” y rechaza la “autoproclamación de Jeanine Áñez”. También insta a “aunar fuerzas” y tomar las calles hasta que Morales retorne a la presidencia.
En ese contexto se convoca a una marcha para el 14 de noviembre a Cochabamba y luego a La Paz.
2. “LOS VOY A CAZAR”.
El 13 de noviembre, en una reunión entre el comandante departamental de la Policía, coronel Jaime Zurita, el defensor del pueblo Nelson Cox y el dirigente de la Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Cochabamba, Jhonny Pardo para prevenir incidentes en la marcha convocada la autoridad policial lanza una advertencia.
“Si ustedes ingresan a la ciudad, los voy a cazar. Mientras ustedes utilicen esos métodos, no los vamos a dejar, ustedes ya han visto, hay un nuevo comandante, nuevo Ejército. Nos hemos reunido Fuerza Aérea, todita la guarnición, no queremos aniquilarlos, no queremos”, dice el reporte de la Defensoría del Pueblo que obtuvo grabación con una fracción de los dichos y lo presentó en la sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
3. EN APRONTE
Los manifestantes se reúnen en Sacaba el 14 de noviembre y en un cabildo confirman la realización de la marcha al día siguiente. Desde diferentes sectores, los partidarios del MAS intentan ingresar en marcha. Concentran en la tranca de Huayllani (kilómetro 10 de la avenida Villazón), El Abra y zona sur, principalmente, pero son contenidos por la Policía y el Ejército.
En la requisa policial detienen a 109 personas, todos del Trópico, con artefactos explosivos y con dinero que presumían estaba destinado a “financiar las actividades de protesta”.
4. CINCO CONSIGNAS
Parte la marcha, que se calcula en más de 3.000 personas, desde Sacaba hacia la plaza Principal a las 11.00 horas y son detenidos en el puente Huayllani a las 13.00 y por más de dos horas. Si bien se mostró que había personas armadas, el GIEI no lo pudo evidenciar “debido a la calidad de las imágenes”.
Al llamado a defender el voto rural e indígena se suma el pedido de retorno de Evo Morales y la “defensa de la democracia”, además del “respeto a la mujer de pollera” y en rechazo a la “quema de la whipala”.
5. EL DEFENSOR AUSENTE
De acuerdo con testimonios, los dirigentes intentaron negociar, pero el comandante de la Policía informó que iba a esperar la llegada del representante de la Defensoría del Pueblo y después los dejaría pasar, pero éste nunca llegó argumentando que no había negociación por intermediar y tampoco pretendía refrendar una decisión (de no dejar pasar a los movilizados) que le parecía ilegal.
En medio de la tensa espera, los dirigentes lograron un acuerdo para pasar, primero a mujeres, previa revisión de mochilas, sacarse los “barbijos” y tirar los palos, pero no se cumplió y más al contrario llegaron más efectivos policiales y militares.
6. SATINADORES Y MÁS
A las 14.00 se ordenó reforzar el sector con una patrulla de satinadores (tropa de élite del Ejército) y dos Equipos de Control Antidisturbios (ECA) de la Séptima División del Ejército porque “la concentración de cocaleros aumentaba en número”, según un informe del comandante del CEO Central. Quince minutos más tarde llegan dos ECAs de la Segunda Brigada Aérea.
A las 15.15 se reforzó el operativo con 200 efectivos de la Policía más la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) mientras la Séptima División del Ejército informó que tenía dos equipos de control antidisturbios en el peaje de Huayllani “en apronte” y otros dos en reserva en El Castillo y Cotapachi que una hora más tarde se movilizaron.
7. SOBREVUELO PARA ATEMORIZAR
El paso de un avión militar (caza K-8) sobre los manifestantes, a baja altura, y dos helicópteros que sobrevolaban el lugar por lo menos tres veces es considerado como una manera de intimidarlos y atemorizarlos. Los manifestantes se enardecieron y, poco después, empezó la gasificación por la policía, a las 16.00.
8. ENGAÑO Y GASES
Un testigo que estuvo adelante en la negociación con el comandante Zurita le señaló al GIEI que les habían dicho que estaban esperando al defensor del pueblo. Tras una espera larga volvió donde el jefe policial quien llamó al defensor y le pasó el teléfono. Así se confirmó que no iba a presentarse y esto fue considerado como un engaño por lo que la gente se enojó y empezó a tirar piedras de atrás hacia adelante. A esto se sumó el paso de una mujer, por el punto de bloqueo, con una bandera boliviana.
Una fuente policial declaró al GIEI que hubo un lanzamiento aislado de una primera granada de gas por un policía y luego los demás policías comenzaron a disparar más.
9. DISPAROS DE IDA Y VUELTA
Cinco minutos después de estallar la violencia, comienzan los disparos militares y al menos siete testigos aseguran que algunos de los proyectiles salieron desde helicópteros, sin embargo, no se tienen pruebas de aquello. Tampoco se pudo evidenciar el uso de armas contra las fuerzas policiales, militares y trabajadores de la prensa. Un herido dijo que también dispararon balines de goma.
Un policía herido mostró su chaleco antibalas dañado por artefacto explosivo, que para el GIEI fue un petardo. A su vez, descarta que de los movilizados haya salido disparos como se reportó en ese momento. Se alertó de un “cruce de balas”, pero el grupo de expertos dijo que no pudo clarificar el origen del supuesto disparo o el tipo de armamento y rechazó un enfrentamiento armado entre manifestantes y policías o militares, aunque no descartó que algún manifestante haya estado armado y “aisladamente disparara”.
Desde la Policía confirmaron que hubo disparos provenientes “de la turba y que la tanqueta de los militares había recibido más de 30 disparos y él mismo no puede explicar de dónde provenían”.
10. GRABA SU MUERTE
El GIEI tuvo acceso a un video grabado por una de las víctimas fatales. Se trata de César Sipe Mérida que al alejarse de la carretera comenta que escucha disparos y luego es alcanzado por una bala en el estómago. En la imagen se ve a un joven que arroja una piedra con una honda mientras huye del lugar junto con otros manifestantes. También se escuchan ráfagas de balas, petardos y disparos de granadas de gas.
Sipe Mérida fue trasladado al Hospital México donde fallece junto a otras ocho personas. La décima víctima de los disparos de arma de fuego fue reportada el 11 de junio de 2020 por un traumatismo cráneoencefálico abierto por proyectil.
11. “MENTE MACABRA”
El ministro de Gobierno de entonces, Arturo Murillo, al día siguiente de los hechos, señala que los disparos provinieron de los mismos manifestantes y que videos muestran a las personas fallecidas con heridas de bala en la nuca.
“Lo que decían: hagamos daño y les echamos la culpa a ellos. Aquí hay una mente macabra que está detrás y todos sabe¬mos quién es. Ya estaban los ataúdes listos y los letreros también”, manifestó.
Su versión fue reforzada por el informe de inteligencia que presentó la Policía a la Asamblea Legislativa Plurinacional sobre la presencia de manifestantes del Trópico armados con explosivos, bazucas caseras y cuchillos.
12. MUERTO EN DUDA
Si bien el GIEI reportó 10 fallecidos en los enfrentamientos con disparos en el abdomen, tórax y cabeza, las Federaciones del Trópico denunciaron también la muerte de Roger González, el 29 de noviembre, tras ser herido en Sacaba.
Pese a la solicitud al Ministerio Público sobre este caso, no se obtuvo respuesta positiva y no se lo consideró como víctima del enfrentamiento.
13. INFORME MÉDICO
Da cuenta que siete de las víctimas presentaban orificios de entrada y salida de proyectil de arma de fuego, lo que es indicativo de disparos con rifles y munición de alta velocidad. Hay dos víctimas con balas perpetradas de atrás para adelante que se presume fue cuando intentaba huir o hubo una ejecución sumaria.
Los informes de balística dan cuenta de la recuperación de un proyectil calibre 5.56x45 mm (fusil-alta velocidad), dos fragmentos y en ocho casos no se recuperó porque los cuerpos tenían orificio de entrada y salida.
14. OTROS HERIDOS
El reporte que se tiene es de 8 policías y soldados heridos. El efectivo policial sufrió el impacto de un artefacto explosivo que le destrozó su chaleco antibalas y le causó lesiones en el pecho y la clavícula.
El Regimiento Policía Militar 3 del Ejército registró cuatro soldados policontusos con piedras y dos soldados con quemaduras de petardos.
15. DETENIDOS Y TORTURADOS
La Defensoría del Pueblo registró 223 personas detenidas, 60 mujeres y 152 varones. La mayoría sufrió maltrato y al menos 9 fueron torturados en la FELCC.
Los testimonios dan cuenta de frases en su contra, abusos y comentarios despectivos.
Un periodista, además de abogado y encargado departamental de comunicaciones del MAS dijo haber sido agredido brutalmente por policías con golpes de armas y de puño con la advertencia de que se tenía órdenes para eliminarlo. Luego, lo llevaron a un sótano, en la FELCC, para torturarlo por lo que informó que fue donante de riñón y lo retornaron a su celda, donde horas más tarde les lanzaron gas lacrimógeno. Fue acusado de alzamiento armado contra la seguridad y soberanía del Estado y atentados contra miembros de organismos de seguridad del Estado.
La Fiscalía estableció que fue detenido en flagrancia dando indicaciones a las personas para enfrentarse, a través de un megáfono que no fue encontrado, pero en su celular evidenciaron conversaciones con Andrónico Rodríguez.
Un dirigente detenido contó que le amarraron las manos en la espalda y dos policías se sentaron sobre él para luego pegarle y entregarle un arma, pero se rehusó a tomarla. En las dependencias policiales, junto a otros ocho detenidos les tomaron fotografías con granadas, petardos y otras armas. Todos fueron imputados y enviados a la cárcel donde también fueron torturados.