En el Día Internacional de la Madre Tierra, las máximas autoridades del país cuestionaron el “capitalismo salvaje” y la codicia sin límites que pone en riesgo la vida del ser humano y destruye su hogar.

Para contrarrestar esta realidad, abogan por la necesidad de contar con leyes y normas en el mundo y en Bolivia plantean tres medidas urgentes.

El presidente Luis Arce exhortó a tomar conciencia, reflexionar e impulsar una mayor armonía con la Madre Tierra, porque el planeta es amenazado por el “sistema del desarrollo capitalista salvaje” que ha convertido hasta la vida misma en un gran mercado, como es el caso de las vacunas y que ha destruido el equilibrio de la naturaleza y los seres humanos.

“Por esta razón es imprescindible adoptar una declaración de los Derechos de la Madre Tierra y volver a sentir, a reaprender a vivir en armonía con el hogar que nos cobija”, acotó.

El vicepresidente David Choquehuanca, según ABI, condenó la ambición desmedida de los seres humanos, que, dijo, provocó las condiciones para una catástrofe que antes solo podía ser posible por el impacto de un meteorito o la erupción simultanea de varios volcanes.

“No será la primera vez que dos terceras partes de la vida desaparezcan del planeta, pero será la primera vez que esto será obra de otra especie como somos los seres humanos, es cierto, que no todos tenemos la misma responsabilidad en el colapso que se avecina”, advirtió.

En este contexto, dijo que la humanidad debe volver al camino de los pueblos ancestrales, a las culturas milenarias para que tratemos con respeto a la Madre Tierra.

El presidente Luis Arce explicó que el país avanza en la aplicación de acciones como la reactivación de la plataforma de naciones indígena originario campesinas, por la importancia que tienen los pueblos y las organizaciones sociales, por su convivencia directa con la Madre Tierra y la consolidación de la política y el plan nacional del cambio climático.

Asimismo, el mandatario mencionó que se reactiva el Fondo Plurinacional de la Madre Tierra para realizar actividades de mitigación y adaptación a la crisis climática, así como el cambio a la generación de energías limpias por medio de sistemas de generación fotovoltaicos, eólicos, además de la producción de diésel renovable.