La ministra de Comunicación, Roxana Lizárraga, denunció el jueves que hubo un "derroche" millonario en la Casa Grande del Pueblo, desde donde gobernaba el expresidente Evo Morales asilado ahora en México, además denunció la sustracción de bienes e información.

Lizárraga convocó a los medios para hacer un recorrido, de al menos 1 hora y 30 minutos, por los espacios que usaba Morales, el piso 23 donde está el despacho presidencial y el piso 24, un departamento con dormitorios, biblioteca, comedor, sauna, jacuzzi y un gimnasio, entre otras dependencias.

"Estos pisos eran los que no querían mostrar a nadie, solo ingresaba la gente de confianza de Morales", dijo a los periodistas y señaló que el próximo Gobierno decidirá qué hacer con ese edificio de 29 pisos que la presidenta interina Jeanine Añez rechaza ocupar.

En la Casa Grande del Pueblo, construida con unos 40 millones de dólares detrás del Palacio Quemado, en el centro de La Paz, también funcionaban otros ministerios del Ejecutivo.

"En las semanas pasadas han aprovechado de sacar toda la documentación, pruebas, todo lo que tal vez podría haberlos incriminado en algunos hechos y también los lujos que existían dentro de estas habitaciones", agregó Lizárraga y denunció la sustracción de documentación "importante" de varias oficinas en un intento por no dejar pruebas de "hechos de corrupción".

La oposición a Morales denunció en reiteradas oportunidades los lujos y gastos del exmandatario socialista, que renunció el domingo al cargo en medio de protestas ante denuncias de fraude en las elecciones del 20 de octubre que ganó el Movimiento Al Socialismo (MAS).

"Demasiado lujo para el socialismo, demasiado lujo e insulto para nuestro país", deploró la autoridad quien anunció una investigación para identificar a las personas que sacaron documentos y objetos de la Casa Grande del Pueblo.

Más que un espacio para descansar, parece la habitación de un "jeque árabe", sentenció.