Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 18:14

Incendio afecta más de 1.000 hectáreas de la serranía de Sama en Tarija

La serranía de Sama arde desde hace siete días. Según las autoridades tarijeñas, el impacto medioambiental es muy fuerte. Los bomberos voluntarios aún se encuentra movilizados en la zona. 
Incendio en la serranía de Sama en Tarija. Vía El País
Incendio en la serranía de Sama en Tarija. Vía El País
Incendio afecta más de 1.000 hectáreas de la serranía de Sama en Tarija

El alcalde de Tarija, Rodrigo Paz, informó que el fuego consumió más de mil hectáreas en la serranía del Sama en ese departamento y que existe un fuerte impacto medioambiental. Con este miércoles suman siete días en los que no se logra controlar por completo el fuego.

"Al parecer son más de mil hectáreas de incendio, nuestros cálculos no eran buenos (...). Hubieran visto las liebres, los conejos cómo bajan del cerro a buscar espacios seguros. Realmente el impacto medioambiental es muy grande y los riesgos para los que están luchando contra los incendios son muy altos", informó Paz.

La autoridad edil y personal de la Alcaldía realizaron una inspección la jornada de este martes, en la que vieron las consecuencias del fuego, que inició la anterior semana y aún no puede ser controlado en su totalidad.

De acuerdo con un reporte de la Comuna tarijeña, el equipo de bomberos y voluntarios lograron controlar las quemas en el flanco sur del incendio, pero que en la cabecera de Pinos Norte, a la altura de donde se encuentra la toma de agua, rebrotó el foco de calor. Por ese motivo, los equipos que todavía se encuentran en el lugar fueron replegados en la zona para realizar las acciones de mitigación.

Por su parte, el teniente Álvaro Maraz de la Unidad de Bomberos de la Policía en Tarija informó -según un reporte de la red ATB- que el equipamiento con el que cuenta está quedando reducido, porque se rompió un número considerable de matafuegos y las mochilas con las que cuentan están en mal estado y no bota agua.

Además, la salud de los voluntarios se ve afectada porque algunos de los efectivos tienen las rodillas y tobillos lastimados debido a las subidas y bajadas a los cerros.