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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 22:00

Iglesia condena linchamientos físicos y lapidaciones morales en redes sociales

Recordó la actitud de perdón de Jesús hacia una mujer acusada de cometer adulterio y fue apedreada por los fariseos. El prelado pidió a las personas imitar a Dios que siempre ofrece la oportunidad de una nueva vida.
El arzobispo Sergio Gualberti en su homilía en la Basílica San Lorenzo Mártir.
El arzobispo Sergio Gualberti en su homilía en la Basílica San Lorenzo Mártir.
Iglesia condena linchamientos físicos y lapidaciones morales en redes sociales

La Iglesia Católica condenó este domingo el linchamiento de personas y las lapidaciones de palabras en las redes sociales que arman una opinión mediática que se erige como tribunal inapelable, juzgando y condenado a la muerte moral de las personas e instituciones e incluso condicionando a los administradores de justicia.

Durante la homilía dominical, el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, lamentó que siempre esté presente en nuestra sociedad el recurso de hacer justicia por mano propia, pese a estar penado por la ley de los hombres y ser un pecado gravísimo ante Dios.

"No se trata solamente de los linchamientos físicos, sino también morales. Las lapidaciones de palabra que hoy, en la era de la comunicación globalizada y de las redes sociales, se difunden por todo lado en forma incontrolable", afirmó Gualberti.

Recordó la actitud de perdón de Jesús hacia una mujer acusada de cometer adulterio y fue apedreada por los fariseos. El prelado pidió a las personas imitar a Dios que siempre ofrece la oportunidad de una nueva vida.

Sostuvo que el juicio de Dios tiene que ser verdaderamente de Dios porque él es el único que conoce la verdad y las intenciones que están en el corazón de las personas y por ello imparte un juicio equo y justo.

Considera que así también deben actuar todos los administradores de justicia, quienes un día hicieron un juramento de juzgar de acuerdo a la verdad en forma objetiva e imparcial, libres de la presión y corrupción de toda clase.

"El perdón de Dios es la mejor medicina que rehabilita a los pecadores para que inicien una vida nueva libre del mal", comentó el arzobispo de Santa Cruz.