Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:31

ETHICAL HACKING RATIFICA IRREGULARIDADES

Fraude: OEA halla 11 diferencias en informe adverso

Se hizo una comparación entre ambos reportes sobre los comicios y hubo falta de análisis de los hechos. 
El conteo de votos en las elecciones anuladas del 20 de octubre de 2019, en Bolivia. DICO SOLÍS
El conteo de votos en las elecciones anuladas del 20 de octubre de 2019. DICO SOLÍS
Fraude: OEA halla 11 diferencias en informe adverso

La Organización de Estados Americanos (OEA) hizo un análisis comparativo entre la auditoría que realizó a los comicios anulados del 20 de octubre de 2019, donde halló “manipulación dolosa”, que derivó en fraude, y el informe de Monkey Cage, que se publicó en el Washington Post, en el que no se halló ”evidencia estadística” de este hecho irregular.

Estableció que existen 11 diferencias entre ambos trabajos basados, principalmente, en la falta de un análisis y el hallazgo de evidencias por parte de los dos investigadores del Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR), entre otras irregularidades.

La información la dio a conocer el director del Departamento para la Cooperación y Observación Electoral de la OEA, Gerardo de Icaza, a través de su cuenta de Twitter, según Oxígeno.

"El informe de la OEA de integridad electoral/auditoría de elecciones presidenciales en Bolivia cobra más fuerza y vigor si se confronta con un artículo parcial, parcializado, sin rigor técnico electoral y pagado por CEPR como el publicado por Monkey Cage", escribió en la red social.

LA SITUACIÓN Tres de las inconsistencias entre ambos estudios se basan en el número de profesionales que participaron de los mismos, las páginas del reporte y el lugar desde donde se hizo el trabajo de análisis. 

El informe de Monkey Cage, de 3 páginas, fue elaborado por 2 personas y desde una oficina en EEUU, mientras que en la auditoría de la OEA, de 94 páginas, participaron 36 profesionales que hicieron un trabajo de campo en Bolivia y con la información que está disponible en el Tribunal Supremo electoral (TSE). 

Por otro lado, también se hace referencia a los análisis de manipulación informática; alteración de actas; de las denuncias de la ciudadanía; de la cadena de custodia; del por qué y quién paró el TREP (Transmisión de Resultados Electorales Preliminares); de los votos del exterior; y del análisis integral estadístico. Monkey Cage no hizo ninguno y la OEA encontró servidores que no deberían estar, ingresos no autorizados, reemplazo de actas, manipulaciones, falsificaciones, adulteraciones en el llenado de actas y fraude dentro de los votos que venían de la Argentina, entre otros. Finalmente, el informe de Monkey Cage requirió simulaciones estadísticas, pero para la OEA, no fueron necesarias por el análisis con los datos de campo. En ese entonces, hizo 91 recomendaciones para estas nuevas elecciones del 3 de mayo como la contratación de dos empresas auditoras. 

LAS REACCIONES Para el gerente de Ethical Hacking, Álvaro Andrade, citado por Urgente.bo, no tiene por qué haber duda de que hubo fraude electoral. Andrade estuvo a cargo de la auditoría a las elecciones y dijo que el informe de tres páginas que presentaron  John Curiel y Jack R. Williams, de Monkey Cage, carece de respaldo científico y matemático.

Considera que los dos extranjeros se movieron por tres razones: generar convulsión en el país; ganar apoyo internacional con la teoría de que no hubo fraude en Bolivia; y desarticular la campaña de Luis Almagro que apuesta a la reelección en la OEA.

Investigador respaldó al MAS

Jack Williams, uno de los investigadores del estudio de Monkey Cage en temas electorales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), fue identificado como quien en diciembre de 2019 firmó un documento a favor del expresidente Evo Morales, según Urgente.bo.

Se trató de una petición al congreso de EEUU, sobre las elecciones anuladas del 20 de octubre, para oponerse al “golpe militar” e investigar el comportamiento de la OEA. El documento fue elaborado junto con economistas y estadísticos atribuyendo la culpa del conflicto político al organismo internacional y hace referencia a un “golpe militar” en el país. También firma el codirector del CEPR y otros miembros de esa ONG que emitió el informe.