El expresidente Evo Morales informó ayer que dejó de hospedarse en un campo militar y se mudó a una vivienda en Ciudad de México en la que ya no percibirá ayuda de manutención del Gobierno mexicano, según EFE.

Asimismo, en una rueda de prensa, denunció que sufre una persecución de la Policía Internacional (Interpol) a raíz de las acusaciones del Gobierno en su contra por 10 delitos. 

"Desde anoche (martes) nos trasladamos a otro lugar. Ahora que salimos del recinto militar del Ejército saludo la gran solidaridad del pueblo mexicano y del Gobierno".

Expresó que "conseguir espacios para vivir ha sido difícil" y agradeció la "cooperación" de simpatizantes que le ayudan con la manutención. Morales está asilado en México desde el 11 de noviembre tras renunciar a la Presidencia de Bolivia. Después de dos semanas en el Campo Militar Número 1, dijo que se sintió “mejor que en Bolivia”. Agradeció a todas las personalidades que lo visitaron este tiempo, como la secretaria mexicana de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, con quien conversó "largamente" en un encuentro.

Según confirmó su equipo, se mudó a un emplazamiento cuya dirección no será revelada por razones de seguridad.

UNA BÚSQUEDA El expresidente mostró un borrador de ficha azul de la Interpol, fechado el 26 de noviembre, en el que se pide información sobre su paradero a una decena de países. 

"Estoy buscado en el mundo por 10 delitos, entre ellos alzamiento armado".

Las fichas azules de la Interpol son notificaciones utilizadas para conseguir información sobre la identidad o paradero de personas, mientras que las fichas rojas buscan la detención o arresto a fin de lograr una extradición. 

El Gobierno de la presidenta transitoria, Jeanine Áñez, acusó formalmente el viernes a Morales por delitos como terrorismo y sedición con base en un video en el que se le atribuye una voz que incita a realizar bloqueos y cercar ciudades.

ABUCHEADO Entre tanto, durante una actividad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Morales que ya había iniciado su discurso  fue interrumpido por algunos manifestantes que estaban en la sala. Alzaron pancartas que daban cuenta de un supuesto fraude en las elecciones del 20 de octubre y empezaron a proferirle algunos abucheos que impidieron que pudiera avanzar con su discurso.

El exmandatario se mostró sorprendido, pero después explicó que estos problemas se viven a diario en Bolivia y vienen de la derecha fascista y racista

La situación derivó en una confrontación entre los protestantes y seguidores de Evo y el MAS.