El gobernador de La Paz, Félix Patzi, informó, citado por Urgente.bo, que algunos familiares de personas con COVID-19 pagan hasta 10.000 bolivianos por obtener un certificado de defunción adulterado, con fines, en algunos casos, de evitar que se catalogue el fallecimiento por el virus y el temor al rechazo.

Esta situación ha generado un problema en el entierro en los cementerios, es por ello que entre las determinaciones que se asumió en la reunión del Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) está la creación de una comisión que se encargará de trabajar un protocolo sobre el manejo de cadáveres de personas infectadas con coronavirus y sobre la emisión de certificados de defunción.

“Ha habido especulación inclusive, de acuerdo con el informe de la Policía, en la otorgación de certificados de defunción. Están costando algunas veces hasta 10.000 bolivianos y mucha gente está recurriendo a ellos. Todo este elemento ha generado un problema en el entierro en los cementerios”, comentó.

La comisión deberá presentar hoy al COED un protocolo que permita que se realice un control riguroso en la emisión de los certificados de defunción. Asimismo, deberán presentar un protocolo sobre cómo los trabajadores cementerio deben proceder en entierros.

“Están saltando los protocolos establecidos, en ese sentido se ha creado una comisión para que puedan trabajar técnicamente y ser rigurosos en el control”, dijo.

FALLECIDOS Entre tanto, el alcalde la ciudad de La Paz, Luis Revilla, citado por ERBOL, desmintió las supuestas versiones de que se estaría enterrando a los fallecidos a causa del coronavirus en fosas comunes. Aseguró que aún se tiene espacio en el Cementerio General para quienes mueren por COVID-19.

“Tenemos un espacio suficiente en un pabellón específico que se ha destinado para hacer las inhumaciones”, señaló.

Agregó que en el caso de las personas que prefieren la cremación se está procediendo también a dicha modalidad en los dos hornos crematorios.

El alcalde también dijo que cree que no hay la necesidad de contar con más hornos crematorios para el municipio.

No obstante, señaló que algunas funerarias privadas están “haciendo cobros exorbitantes por la cremación de cadáveres” y adelantó que el gobierno de la ciudad tomará medidas al respecto, trabajando en una regulación de precios.

HOSPITALES Entre tanto, el personal del Hospital del Norte de El Alto realizó ayer una protesta para dar a conocer a la población que el centro médico ha colapsado, ha sobrepasado su capacidad y que necesita de atención de las autoridades, según ERBOL.

Con desesperación, el personal del nosocomio manifestó que les siguen enviando pacientes de La Paz y de la Caja Nacional de Salud, cuando el Hospital debería enfocarse en ciudadanos de El Alto que ahora deben esperar la atención.

La ejecutiva del sindicato del Hospital, Carla Poma, indicó que apenas un 42% de los pacientes es de El Alto y que el otro porcentaje es de pacientes de La Paz.

También llamó a que la CNS se haga cargo de los pacientes que tiene asegurados, porque incluso hasta hoy seguía refiriéndo a persona enfermas de COVID-19.

“Hay gente esperando a que se les pueda atender en este momento, realmente ya no tenemos camas, estamos totalmente colapsados”, agregó.

Asimismo, lamentó la falta de seguridad para el trabajo de los funcionarios de salud.

“Hoy estamos trabajando con unas compañeras, pero mañana no sabemos si esas compañeras son positivas. A ese grado estamos trabajando y después cuando nosotros vamos a los seguros a la Caja es una peregrinación total”, manifestó.

La dirigente dijo que en el hospital la bioseguridad con que se está trabajando se consiguió gracias a donación y que el Ministerio de Salud no ha entregado esos insumos.

También aseveró que los respiradores entregados por el Ministerio en un momento estaban incompletos y no se tiene quién puede manejarlos, puesto que los médicos están “cayendo” enfermos.

Advirtió que de no haber atención a sus demandas, cerrarán el nosocomio como hicieron otros.

El intensivista Antonio Viruez corroboró que ya no hay donde internar a pacientes.

“La sala de terapia intermedia ya está llena, la sala de terapia intensiva está llena y nos quieren seguir refiriendo pacientes”, lamentó.