Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Un delivery boliviano exporta servicio a Perú en pandemia y planea enviar robot antes de 2022

Se trata de un grupo de empresarios y tecnólogos con visión futurista que logró hacer crecer su marca, Patio Service, en la crisis. Operará en Uruguay y proyecta hacerlo luego en EEUU. Rovertito es el curioso carro-robot creado por la firma.

Juan Pablo Salinas Salek, gerente de Patio Service, junto a Rovertito. Gentileza Juan Pablo Salinas Salek
Juan Pablo Salinas Salek, gerente de Patio Service, junto a Rovertito. Gentileza Juan Pablo Salinas Salek
Un delivery boliviano exporta servicio a Perú en pandemia y planea enviar robot antes de 2022

Hacer empresa en Bolivia no es cosa sencilla. El pensamiento tradicionalista de los inversores y las condiciones impositivas son apenas dos de los varios componentes que confluyen en el desafío de apostar dentro del mercado nacional, sobre todo cuando de una start up (compañía desarrolladora de productos) se trata. Y si a ello se le suma el contexto crítico dañado por la pandemia, el escenario se presenta más cuesta arriba.

Sin embargo, una firma boliviana de delivery (que además de ofrecer la entrega de productos pone en marcha una red de servicios en la que también mueve a taxis y robots) ha conseguido no solo expandirse, sino también superar las fronteras del país para exportar sus servicios, plataforma y modelo. Todo esto, en plena pandemia.

Juan Pablo Salinas Salek, CEO (gerente general) de la empresa cruceña Patio Service, es uno de los que asumió el reto de internacionalizar el proyecto surgido en 2015 y que ganó fuerza en 2020, de forma acelerada. La consecuencia de ello es que la firma logró exportar su nombre a Perú, a través de la ciudad puneña de Juliaca, donde opera desde hace muy poco.

En consonancia con Salinas Salek, la proyección siempre apuntó a un crecimiento en la región latinoamericana, pero la expansión se dio vertiginosamente. En breve, la empresa funcionará en la también ciudad incaica Arequipa; en Uruguay y prevé hacerlo posteriormente en el mercado de Estados Unidos y Chile.

“Estábamos en el rubro de restaurantes desde 2012. En 2015 pudimos digitalizar el proceso y lanzar la primera aplicación a nivel nacional. Comenzamos en Santa Cruz y, con el tiempo, conseguimos llegar a Cochabamba, La Paz, Tarija, Potosí y El Alto. El tema de expandirnos internacionalmente era no de nuestros objetivos. La pandemia ayudó bastante porque si bien la mayoría de los rubros tuvo un impacto negativo, para nosotros, como delivery, fue una oportunidad de crecimiento. Vimos que era momento de llegar a otras fronteras”, explica el CEO, que entiende que la diferencia de su servicio con relación a las otras ofertas es que no se enfoca solo en las zonas de “primera categoría”, sino que llega a barrios alejados.

Patio Service, dice, no solo es una compañía de delivery, sino que comprende el desarrollo tecnológico y brinda soluciones a restaurantes y tiendas en cuanto a plataformas digitales.

Del mismo modo en que ya opera fuera de Bolivia, pretende “exportar” a Rovertito, un carrito-robot que funciona en barrios cerrados del oriente y podrá ser comercializado hasta antes de 2022. Al menos, el desafío impuesto es impulsar al robot, que tiene la misión de llevar los productos pedidos hasta el hogar, sin la necesidad de que una persona intervenga en la entrega.

La idea surtió efecto en la cuarentena. “Rovertito es tendencia en alguna partes de Europa y Estados Unidos. El desarrollo fue netamente local hecho por especialistas en robótica. Fue un reto grande. Queremos atender unos 10 condominios de la zona. Estamos viendo de armar nuevos prototipos con mayor capacidad de distancia. Queremos inspirar al boliviano. Hacer empresa en el país es complicado. Hemos sufrido harto. De Bolivia se puede sacar tecnología”.

“La idea es que Rovertito vaya a Uruguay, Perú y Estados Unidos. Es algo futurista”, advierte el CEO.