Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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DECISIÓN EN MEDIO DE LA CUARENTENA

Carlos y Ruth suplen fiesta por pagar la luz para todo Turco

La pareja decidió también pintar el templo de San Pedro y San Pablo, en Oruro.
Los pasantes junto a los pocos acompañantes el día de la fiesta. CARLOS CALLE
Los pasantes junto a los pocos acompañantes el día de la fiesta. CARLOS CALLE
Carlos y Ruth suplen fiesta por pagar la luz para todo Turco

Las historias de las fiestas marcaron a la familia de Carlos Calle, un ingeniero civil nacido en Turco, municipio de Oruro. 

Hace 35 años, su madre debió pasar la fiesta de San Pedro y San Pablo, pero falleció. El año pasado, su hijo Carlos recibió la festividad, a los seis meses su padre murió y tras otro medio año el coronavirus se lo impidió. 

La comunidad fronteriza con Chile celebraba cada año a sus patronos tatas San Pedro y Pablo, los primeros apóstoles de Jesucristo, los pilares de la Iglesia católica.

Tras la muerte del papá y el brote de la enfermedad, Carlos Calle y Ruth Ignacio, entendieron que estaban recibiendo un mensaje, que era imposible realizar la fiesta y decidieron no insistir. “Creo que es una cábala, no íbamos a forzar e insistir con la fiesta. Dios me ha bendecido”.

La pareja tomó el camino opuesto de dos pasantes en el municipio de Patacamaya, de La Paz, donde se realizó una fiesta patronal pese a la restricción de concentración de gente. Fue uno de los focos principales para muchos contagios.

Carlos y Ruth desistieron de contratar música, comprar bebida y preparar comidas para la fiesta que inicia el 28 de junio y se extiende hasta el 1 de julio, pero quisieron a cambio destinar el dinero guardado para organizar el preste para ayudar a la población a pagar las facturas de luz de un mes, para al menos 700 familias, por los que canceló hasta 13.000 bolivianos. 

Carlos y su familia viven en Cochabamba, pero van en fechas especiales a su natal Turco, distante a 160 kilómetros de la ciudad de Oruro.

Cuenta que habían previsto pasar la fiesta desde 2014. El año pasado fueron declarados oficialmente pasantes para 2020 y se habían propuesto arreglar el frontis de la iglesia y el campanario.

Cuando los planes estaban en marcha se interpuso el virus COVID-19. Oruro fue el primer departamento en ingresar en cuarentena debido al brote. “Analizamos la situación y concluimos que era difícil e irresponsable hacer la fiesta. Hablamos con las autoridades para postergar para el siguiente año, pero no se pudo. Las autoridades originarias nos dijeron con fiesta o sin fiesta, San Pedro y San Pablo se pasa”.

Asimilaron que la salud es primero y se plantearon aportar para mejorar el pueblo. Hicieron un presupuesto y empezó la remodelación de la iglesia, una estructura que no había sido ni pintada en los últimos 50 años.

Compraron pintura y contrataron a 15 obreros. “Teníamos la intención de comprar alimentos secos, pero vimos que no era prudente porque en la distribución la gente podría aglomerarse y era un riesgo”.

Carlos se reunió con autoridades originarias y el párroco y les expuso su plan. Aceptaron y se coordinó realizar una minimisa y compartir una merienda. 

“Después de eso me tocaba la reunión con las autoridades originarias. Les escuché hablar de la luz  y las dificultades que tenían los pobladores para cumplir con el pago porque el beneficio del decreto supremo emitido por el Gobierno (con rebaja en el consumo) no llegaba”.

Ya todo estaba decidido y en marcha. Un día antes de la fiesta, Carlos fue entrevistado en la radio Turco, administrada por los padres de María Inmaculada. “Fue una entrevista rápida, ni de un minuto, pero la información se masificó a otros medios nacionales. Hasta el expresidente Evo Morales me llamó”.

El 29 de junio entregó un cheque con un adelanto 10 mil bolivianos. “Así han querido los ‘tatas’ que sea. Mi corazón está conforme. Por la luz pagué 14 mil bolivianos, pero no diré cuánto costó hacer arreglar la iglesia, eso es que mi cariño”.

LA FIESTA Son dos los patrones de Turco, San Pablo y San Pedro. La fiesta generalmente se extiende por cuatro días. El 28 de junio es la víspera para el tata San Pedro, y el 29, para el tata San Pablo y el 30 junio y 1 de julio, su fiesta. 

Es una de las celebraciones más grandes de la región, luego de Corque, otro municipio vecino. Turco tiene un matadero de primer nivel y es la capital de los camélidos y se dedica a la producción de llama. Su carretera va hasta Tambo Quemado (frontera con Chile). En los últimos 50 años debió expulsar 2.000 profesionales, el vicepresidente del Concejo de Cochabamba, Joel Flores, es de Turco.

Ruth Ignacio es la compañera que apoyó y orientó los deseos de Carlos. Dijo sentirse muy bien y satisfecha por la decisión que tomaron porque lo hicieron sin esperar nada a cambio. “Nos sentimos felices porque logramos complacer al pueblo. Para mí, tata San Pedro y Pablo son la cabeza de la iglesia, son los primero apóstoles de nuestro Señor. Son los pilares de iglesia”. 

La pareja de esposos vive con sus hijos y la abuela que tiene 97 años. Viven en Cochabamba, pero visitan constantemente el pueblo natal de Carlos. 

En el interior de la iglesia, en Turco.

Apuntes

Población

Turco tiene 5.200 habitantes. Es un municipio que está en la frontera con Chile. Es capital de camélidos de Bolivia y allí están los mayores productores del país. Exportan charque. Tiene 10 ayllus y hablan aimara.

Sitios arqueológicos 

Entre los sitios arqueológicos que cuenta el municipio está la Ciudad Encantada de Pumiri; los glaciares de Chachacomani y tres cataratas. 

DOS CASOS COVID

Combaten la pandemia a partir del control comunitario. En cada distrito se hace vigilancia de las personas que ingresan al pueblo. “Si entra alguien toda la comunidad lo sabe y le pide que se aísle en el centro de salud por 14 días hasta que se demuestre que está sano”, dijo el alcalde Freddy Mollo.

Además reciben apoyo de la Policía y el Ejército con el control en la frontera.

En este tiempo, solo dos personas fueron confirmadas con el virus. “Llegaron de otras comunidades. Uno vino de Patacamaya (donde se realizó una fiesta en plena cuarentena, en La Paz) y el otro, de Tambo Quemado. Ninguno es del municipio; uno falleció cuando fue trasladado a Oruro”. 

Mollo cree que el consumo de la carne de llama les protege de contagios. Recordó que en Chile, varios científicos realizan una investigación para saber las propiedades de la llama como respuesta a la COVID.

La Alcaldía asumió la compra de barbijos. “No hemos recibido ninguna ayuda de ninguna autoridad”.