Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 10:28

Bolivianos en frontera: No queremos estar ni un día más, esperar 6 días es suplicio

En los límites con Chile permanecen 227 personas que esperan ingresar a Bolivia. Viven en carpas que les dan poca protección, comen mal y poco. Ser quedaron en la frontera tras declararse la cuarentena por el COVID-19

Una de las carpas que alberga a bolivianos en Chile.

APG
Una de las carpas que alberga a bolivianos en Chile. APG
Bolivianos en frontera: No queremos estar ni un día más, esperar 6 días es suplicio

Cuatro carpas grandes de malla delgada hacen de techo para los 227 bolivianos que permanecen en la frontera con Chile. Quieren retornar a Bolivia. Están en Huara, un control policial que está a dos horas de Colchane, Pisiga, territorio boliviano.

Las últimas noticias que tuvieron desde el Gobierno central son confusas aún. El lunes las autoridades bolivianas les dijeron que ingresarían al país. El martes modificaron su posición y respondieron que no permitirían el retorno por razones sanitarias y de cuarentena. Ayer, la información era que sí dejarían en seis días.

Mónica Quijua, una de las ciudadanas paceñas que se encuentra casi en el límite territorial del país desde más de una semana, expresó su desaliento. “Nos han dicho que posiblemente podremos entrar al país en seis días. No queremos estar aquí ni un día más, para nosotros quedarnos casi una semana en estas condiciones es un suplicio”.

Rogó a las autoridades de Gobierno, a las instituciones y “a los bolivianos” que se pongan la mano en el pecho, que se pongan en nuestra situación y tomen una decisión favorable.

EN CARPAS

Carabineros de Chile les han prestado carpas. “Son cuatro grandes de malla, delgadas y las dos últimas noches hemos sentido más frío que nunca. Las carpas no nos protegen. Ahí están hasta 20 personas. La gente se ha armado también una especie de casuchas con algunas calaminas para una o dos personas”, relató.

Los últimos días decidieron organizarse para preparar una olla común, porque comprar comida hecha les ha resultado más caro.

“Hemos decidido poner una cuota cada uno y nos hemos organizado en comisiones. Unos se encargan del desayuno, otros del almuerzo y un tercer grupo se encarga de preparar el té. Pero estamos comiendo mal y con riesgo”, dijo Quijua quien viajó al vecino país para la cosecha de frutas.

Tras estallar el coronavirus, las empresas chilenas también han cerrado y han dejado sin trabajo a cientos de bolivianos quienes han decidido retornar a casa. 

“Queremos que nos entiendan. No pretendemos romper reglas, nos someteremos a todas las pruebas necesarias, a la cuarentena. Firmaremos un compromiso para cumplir todas las normas sanitarias, pero no nos dejen por más tiempo así”, pidió Quijua.  

Agregó que lo único que les alegró las últimas horas es el ofrecimiento realizado por la activista María Galindo, de Mujeres Creando, quien ofertó un sitio para que se queden embarazadas, mujeres y niños.

Doce madres, niños, embarazadas y una persona de la tercera edad ya tienen un lugar donde ir. Eso nos alegra mucho, señaló. 

Chile está ingresando a invierno. Los últimos días hizo más viento en ese lugar que es casi desértico.   

Señaló que necesitan una pronta solución a su aislamiento en tierra ajena.