María de la Cruz Bayá se enteró por los medios de comunicación que Acción Democrática Nacionalista (ADN) había declinado la candidatura para las elecciones del domingo 18. Sin embargo, la catedrática cochabambina garantizó que ella continúa en carrera, con el objeto de ser Presidenta democrática de Bolivia. Esto, pese a que la figura aún no está clara en torno al partido.

Se mostró dañada en su dignidad y pidió que la ciudadanía deposite su voto en ella, para que el perjuicio sufrido no vuelva a acontecer. “Mi rostro está en la papeleta. Les pido a todos su apoyo para que nunca más una mujer, una candidata, pueda ser violentada de esta forma, tan agresiva, machista y cobarde en el derecho político. Sigo en campaña. Estoy viajando en todo el país”, confirmó ayer, en una entrevista exclusiva con OPINIÓN.

Habló de supuestas “denuncias internas” que apuntan a un “negociado”. Ella prefiere no dar crédito. “No quiero creer que me han negociado. Por eso presenté ante el TSE (Tribunal Supremo Electoral) una denuncia para que esta sea investigada. Espero que el Tribunal asuma esto con seriedad. He sido invitada por ellos (el partido). Es lo contradictorio. Hay un atentado contra la dignidad de la imagen pública de una mujer. Se vulneró el derecho político”.

Siente que sus derechos han sido vulnerados debido al curso que tomaron las acciones en los últimos días. “La renuncia de Sergio (Tarqui, su compañero de fórmula) me sorprendió. Sus declaraciones, aún más. No entiendo este comportamiento porque nuestra meta es Bolivia, el rescate de la democracia. Este es el peor atentado contra los derechos humanos que puede recibir una persona. Hasta hoy no tengo nota formal”.