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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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FUE MILITANTE DESDE LOS 14 AÑOS

Arce: su tío mentor, el flechazo en el colegio y el amor por los animales

La historia sobre el adolescente admirador de Allende y Quiroga Santa Cruz que ahora es Presidente de Bolivia. Sus hijos llevan nombres inspirados en líderes.

Luis Arce, durante uno de sus actos de campaña.	 Redes
Luis Arce, durante uno de sus actos de campaña. Redes
Arce: su tío mentor, el flechazo en el colegio y el amor por los animales

A los 14 años se convirtió en militante socialista. Así, sin más, cuando menos lo pensaba, Luis Arce ya era un adolescente enfilado detrás de esa ideología política.

El punto de inicio fue, quizás, aquellas conversaciones acaloradas después del almuerzo que sus tíos por parte de madre solían crear. Entonces, Luis era un verdadero novato en cuestiones sociales y se limitaba a ser un espectador atento a los dardos. Sin embargo, el tono efusivo con el que los contendientes pasajeros se disponían a esgrimir sus argumentos fue suficiente para que se le descubrieran el velo y la vena socialista que ahora abraza como propios.

Allí, en esos debates originados a mediados de la década del 70, en La Paz, su ciudad natal, comenzaba el camino de Luis. Pero hubo un personaje particular que tuvo mucho que ver con el rumbo de su destino. Ese fue su tío Serafín, el hombre que profesaba admiración por la Falange Socialista Boliviana (FSB), un partido con fuerte tendencia nacionalista ahora extinto.

Aquel tío le obsequió un libro de Óscar Únzaga, reconocido por ser el “autor” del nacionalismo y socialismo en Bolivia. De acuerdo con La Tercera, aquel texto significó el quiebre en su devenir y existencia.

Pero el punto de inflexión máximo fue otro, tuvo un tinte más cercano y tangible. Sucedió en 1979. Todo comenzó cuando, aún en el colegio, Lucho escuchó hablar al cochabambino Marcelo Quiroga Santa Cruz, el líder del Partido Socialista. Aconteció cuando este último visitó su establecimiento educativo justo un año antes de ser asesinado por la dictadura militar de la década. Entonces, Arce se dejó cautivar por el pensamiento de Quiroga Santa Cruz.

Después de quedar impactado, el paceño empezó a presentarse en los lugares donde sabía que estaría el socialista. “Me quedé impresionado con su forma de hablar. Lo comencé a hacer seguimiento y subía a la Pérez Velasco a escucharlo. Así nació otra línea que marco mi vida desde el colegio: el socialismo”, confesó Arce, en una entrevista con Nueva Economía.

No fue un flechazo precisamente de enamoramiento típico de la adolescencia el que lo tocó. Fue, más bien, un flechazo intelectual que se correspondió con la necesidad de identificar un referente. “En mi época juvenil, siempre sentí la necesidad de una imagen o persona a quien admirar. En el caso boliviano me tocó estar en lo que para mí fue la mejor época de la vida política de la izquierda en el país, entre los años 70-80. Las ideas de Marcelo Quiroga Santa Cruz me obligaron a leer bastante junto a la literatura socialista que me daba mi tío. De pronto, ahí, a mis 14 años, ya era un militante socialista. Pero entre mis arraigos de la izquierda latinoamericana, por supuesto aparecen el Che Guevara y Fidel Castro. En Chile tenemos a (Salvador) Allende y Víctor Jara, tantos revolucionarios”, citó La Tercera.

Ahora, con 57 años, lejos quedó el muchacho soñador. El hombre es pragmático y metódico, cualidades que marcan su rutina diaria. Desde hoy, será el presidente de Bolivia, el número 67 en la historia nacional.

Así como admira el legado del líder cochabambino ejecutado por el régimen militar, también abrió un espacio para personalidades como el chileno Salvador Allende (también muerto al calor de la dictadura de Augusto Pinochet), el cubano Fidel Castro y el argentino Ernesto Che Guevara, según aseguró ese medio digital.

“Fue tal el impacto en la vida de Arce, que de los tres hijos que tiene (dos hombres y una mujer), el mayor se llama Rafael Ernesto, en homenaje al Che Guevara, y el segundo, Luis Marcelo, por el líder del PS. ‘Y a mi hija le puse Camila, por Camilo (Cienfuegos, revolucionario cubano)’, respondió, entre risas, en una entrevista con La Tercera, en marzo”, reza uno de los párrafos del artículo.

Luis Arce, ya curtido por el tiempo, no es más el muchacho curioso que se embelesaba con los discursos de Quiroga Santa Cruz a lo lejos. Es economista, catedrático de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), fue ministro de Evo Morales hasta 2019, de forma interrumpida, y es conocido como el creador del llamado “milagro económico”.

Así lo reconocen internacionalmente. El diario argentino Página 12 le dedicó un extenso artículo, el pasado 19 de octubre, a pocas horas de conocerse que tanto él como su compañero de fórmula, David Choquehuanca, candidatos por el Movimiento Al Socialismo (MAS), habían alcanzado el 52.40% en los resultados del conteo rápido socializados por la empresa Ciesmori.

“Es un economista de sólidos antecedentes académicos que no reniega de su formación marxista y que durante su gestión fue elogiado por un medio como The Wall Street Journal. Le atribuyeron ser el creador del milagro boliviano, aunque él no cree en milagros y sí en el trabajo de equipo”, publicó el matutino argentino.

AMANTE DE LOS PERROS Creció en una familia de docentes. Sus padres, Olga y Carlos, les enseñaron tanto a él como a su hermano la responsabilidad que existe en la crianza de los animales. Llegaron a tener 15 canes, pero hubo uno, en particular, que se convirtió en el elegido especial del ahora Presidente de la nación: fue un dálmata que lo acompañó cuando este fue empleado en el Banco Central de Bolivia, desde  1987 hasta 2005, de acuerdo con lo registrado por el sitio digital chileno.

HABLA INGLÉS Y PORTUGUÉS Arce se expresa con fluidez tanto el idioma inglés como portugués. El año pasado hubo constancia de su dominio con la lengua inglesa. Entrevistado por un medio de Nueva York, el exministro de Economía se explayó hablando del modelo que aplicó durante sus distintas gestiones en el gobierno. “Estamos industrializando nuestros recursos naturales y mejorando los otros sectores de producción”, manifestaba, con una pronunciación que delataba su idioma natal.

Cuando asuma hoy en la mañana, Arce hará posible, también, el retorno de una primera dama boliviana. Será su esposa, Lourdes Durán Romero, misma que romperá con poco más de 14 años en los que el país no contaba con dicha figura femenina.

Atrás quedó el tumor en el riñón que condicionó su salud en 2017, uno de los años más difíciles del Mandatario. Fue, también, en octubre cuando daba a conocer su dolencia y la velocidad con la que mostraba recuperación, tras tratarse en Brasil.

Los médicos bolivianos le habían dicho que era necesario extirparle el órgano para aplacar la enfermedad. Fuera del país, fue otro el panorama. “Aquí no me detectaron eso. Me dijeron que me iban a sacar el riñón y con eso iban a resolver. Allá me dijeron que eso no me resolvía nada”, citó Correo del Sur, en una nota publicada el 17 de octubre de 2017.

El Presidente, el hombre pragmático y amante de los libros, es también versátil, atleta e intenta hacer de músico. Poco antes de los comicios se lo vio disputando un partido de baloncesto (no es muy afín al fútbol). También visitó los estudios de OPINIÓN para un encuentro con Claudio Rojas, en el programa Buena Noche. No faltó la guitarra criolla. “Para el pueblo lo que es del pueblo, porque el pueblo se lo ganó. Para el pueblo lo que es del pueblo, para el pueblo, liberación”, cantó, en una suerte de homenaje improvisado a Piero.