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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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CUMPLE CON SEIS MESES DE DETENCIÓN PREVENTIVA

Áñez: del poder y los decretos a estar recluida y con juicios

Apareció el 12 de noviembre de 2019 para tomar el lugar de Morales. Afrontó el inicio de la pandemia. El analista Gabriel Villalba cree que la dejaron “sola”.
Jeanine Áñez, durante su gestión.    El Cronista
Jeanine Áñez, durante su gestión. El Cronista
Áñez: del poder y los decretos a estar recluida y con juicios

“La lucha por la democracia ha tenido cientos de víctimas en nuestra historia, bolivianos valientes que han perdido la vida y la libertad en la batalla. Yo soy una más. Estoy serena. Aquí estoy y aquí estaré hasta que el cuerpo me aguante. Hoy la dictadura me imputa por delitos que no he cometido. Jamás fui terrorista. Asumí la Presidencia por sucesión constitucional para pacificar Bolivia”.

Desde la cárcel de Miraflores, en La Paz, Jeanine Áñez cumple con los primeros días de una detención preventiva que durará seis meses y que la encuentra a los 53 años. Acusada por los presuntos delitos de sedición, terrorismo y conspiración, la beniana sorprendió, de pronto, el 12 de noviembre de 2019, como mandataria interina de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales y los 21 días de paro por parte de algunos sectores de la sociedad, que acusaron supuesto fraude. Apareció como una figura totalmente nueva en la arena política nacional, aunque ya se venía desempeñando dentro del Senado con perfil bajo.

A casi un año y cinco meses de su estreno como dignataria transitoria en uno de los momentos de mayor agitación en Bolivia, Áñez se encuentra tras las rejas. El 23 de marzo pasado, hace exactamente cinco jornadas, compartió una extensa carta, escrita aparentemente por sus manos. Allí, se visualiza y compara con los “compatriotas valientes” de la historia que resistieron las embestidas de los gobiernos dictatoriales. Se asume como tal. 

La beniana pasó de haber tomado el poder y mostrarse sonriente, con Biblia en mano, en el Palacio del Gobierno, a estar en el foco de la Justicia, luego de que la Fiscalía General admitiera cuatro nuevos juicios en su contra: por el préstamo recibido del Fondo Monetario Internacional (FMI), la presunta “violación de la libertad de expresión en la cuarentena”,  el trato dado a los connacionales que intentaron regresar de Chile, en 2020, y quedaron varados durante días en la intemperie; y el caso Fundempresa.

Pasó de comandar el comienzo de la pandemia, de llevar adelante su campaña para ser Presidenta elegida en las urnas con la entonces alianza Juntos y de intercambiar “dardos” con sus contrincantes a mostrarse débil de salud en estos días, aquejada por presión alta y decaimiento anímico.

APARICIÓN Tomó el poder el 12 de noviembre de 2019, cuando los medios televisivos captaron la imagen de la exsenadora ingresando al Palacio munida de la Biblia. “Áñez se declara presidenta”, tituló CNN, en su transmisión en vivo. Acompañada por su hija Carolina Ribera, Áñez celebró la entrada del texto bíblico a la sede de Gobierno. “Sí se pudo, sí se pudo”, corearon aquellos que festejaron la renuncia de Morales y la asunción de la entonces senadora. “Somos mártires de la democracia”, dijo ella. No hubo quórum en la Cámara de Senadores. Ante ello, la sesión se suspendió y Áñez se acogió al artículo 41 inciso A del Reglamento General de dicha Cámara para tomar el mando. “Asumo de inmediato la Presidencia del Estado”, confirmó, ante los presentes.

En el balcón del Palacio Quemado apareció la mandataria transitoria junto con Arturo Murillo, un actor político opositor que, a la postre, se convertiría en su mano derecha y su ministro de Gobierno. También estuvo Luis Fernando Camacho, pieza clave en el paro cívico de los 21 días.

PANDEMIA Y DECRETOS Una de las observaciones que se dio alrededor de su función temporal fue que dio paso a un abanico de decretos que en el presente se ha derogado por el Gobierno de Luis Arce. Áñez impulsó más de una decena en materia económica que apuntó a la agroindustria, la actividad industrial, medidas tributarias y reactivación del empleo, entre otros.

El más polémico fue el Decreto Supremo 4078 que la exdignataria promulgó el 16 de noviembre de 2019. Este daba inmunidad a los militares ante responsabilidades penales frente a los saldos de las operaciones para “restablecer el orden público”. El 28 de ese mes fue derogado ante la presión internacional.

El 21 de marzo de 2020, la beniana aprobó el decreto 4199, que dio cuenta de la primera cuarentena total en el país para frenar el coronavirus. Desde allí, la crisis integral. Al respecto, el analista Marcelo Arequipa señala que ese gobierno acrecentó la “incertidumbre” en la sociedad. 

“IRREGULARIDADES” Gabriel Villalba, analista geopolítico, entiende que la gestión de Áñez contó con el caso de los respiradores españoles y chinos; el de los connacionales que se vieron impedidos de retornar al país desde la frontera de Chile, en abril de 2020, el de Fundempresa y el crédito tomado del FMI. “Luego, se fue resquebrajando su gobierno hasta llegar a lo que es ahora: presa por un proceso instaurado en la vía ordinaria, a instancias de una denuncia por los hechos acontecidos del 9 al 12 de noviembre de 2019”. 

Para Villalba, todo inició de forma inadecuada. “Ella empezó mal. La Banda Presidencial le fue dada por un militar del Ejército, en una situación de convulsión social en la que los militares le sugirieron a Morales renunciar. Comenzó con una carga negativa fuerte”.

El caso de los gases lacrimógenos tomó trascendencia en junio de 2020, cuando un informe de Detrás de la Verdad reveló una supuesta compra con sobreprecio de elementos no letales. La transacción habría tenido intermediarios. En ello se vieron envueltos los entonces ministros Arturo Murillo (de Gobierno) y Luis Fernando López (de Defensa), ahora con paradero desconocido.

Por causa del caso de los respiradores españoles, fue apartado Marcelo Navajas de la cartera de Salud y, luego, su reemplazante, Eidy Roca, por los ventiladores chinos.

“PREVISIBLE” El 13 de marzo pasado, Áñez fue aprehendida por la Policía, en un operativo que también contó con la participación del ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo. Fue él quien dio aviso en las redes sociales, a la 1.16. La encontraron escondida debajo del somier de su casa, en Trinidad, Beni. Actualmente, cumple detención preventiva de seis meses, bajo los presuntos delitos de terrorismo, sedición y conspiración. Además, la Fiscalía General, a cargo de Juan Lanchipa, dio lugar a cuatro nuevos juicios en su contra: por el crédito del FMI, la presunta “violación de la libertad de expresión en el confinamiento”, el trato hacia los connacionales que intentaron regresar de Chile, en 2020, y quedaron varados en la frontera; y el caso Fundempresa.

Áñez cumple su detención en la cárcel de Miraflores y su salud aparenta ser débil. Sobre los últimos eventos, el docente catedrático y politólogo Fernando Salazar concluye que “el accionar del masismo era previsible”. “Siempre fue manifestando en su campaña electoral que no era una venganza, sino sanciones incluso extrajudiciales. Un conjunto de conceptos que hacía referencia al accionar que iba a tener el Gobierno. Áñez también hizo lo mismo, pero este Gobierno constitucional no debería. Se repite la historia”, dice, lamentando que la exjefa de Estado “viva esta situación de inseguridad jurídica y de riesgo para su salud”.

“Es una sentencia de pacto sobre ella en la que no tiene derecho a defensa a nivel de decisiones que puedan proteger su integridad física”, señala.

Por su lado, Villalba advierte que la dejaron “sola”: “Es el eslabón más débil que utilizaron otros actores políticos como Tuto Quiroga, Fernando López, Camacho o Murillo. Todos estos personajes han logrado, algunos, fugar, y otros blindarse política y mediáticamente. La han dejado sola”.

PROTESTAS A SU FAVOR Colectivos ciudadanos comenzaron a movilizarse en contra de las aprehensiones suscitadas en las últimas semanas, entre ellas, la de Áñez. El lunes pasado se llevó a cabo un cabildo en Beni, donde los cívicos, liderados una vez más por Camacho, reprobaron el encarcelamiento de la exmandataria y de militares.

En distintos puntos del país, incluido Cochabamba, se produjeron protestas de ciudadanos que rechazan esa medida de la Justicia.