Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 10:28

ABT pone paño frío; activistas e indígenas levantan la voz

Mientras que la Autoridad Boliviana de Bosques y Tierras sostiene que los focos de calor son mucho menores que en 2019, la Chiquitanía, la Amazonía y el Pantanal sufren.

La zona fonteriza con Bolivia, en el Pantanal, arde.	 EFE
La zona fonteriza con Bolivia, en el Pantanal, arde. EFE
ABT pone paño frío; activistas e indígenas levantan la voz

A poco más de un año de uno de los desastres de mayor magnitud que vivieron Bolivia y el mundo  en materia de incendios forestales tras el gran siniestro en la Chiquitanía y la Amazonía de 2019, el temor vuelve a hacer sombra y se instala nuevamente en dichas zonas, extremadamente golpeadas.

El miedo y la desesperación regresan a la escena ante la existencia de focos de calor gravitantes e incendios que están tomando no solo dichos espacios naturales del país, sino también el Pantanal boliviano, fronterizo con el de Brasil.

Frente a esta situación, muy compleja particulamente para los departamentos de Beni y Santa Cruz, la Autoridad Boliviana de Bosques y Tierras (ABT) oficializó un reciente reporte en el que confirmó que los sectores más afectados y con mayores focos son, en efecto, la Amazonía, Chiquitanía y el Pantanal.

No obstante, esta entidad intentó llevar “cierta calma” estableciendo una comparación con los hechos suscitados en 2019, cuando se vieron afectadas casi 5.3 millones de hectáreas quemadas en el territorio nacional.

El director ejecutivo de la ABT, Víctor Hugo Áñez, refirió, en entrevista con El Deber, que el promedio diario de focos de calor es de 1.100, mientras que del 10 al 16 de este mes se registraron 7.584.

Trató de ser optimista y resaltó la actitud de la presidenta Jeanine Áñez. “A nivel nacional, en la actualidad tenemos cinco veces menos focos de calor que en el mismo período de 2019. Somos optimistas. Creemos que estamos logrando, de a poco, tener conciencia de que vamos por un buen camino. Se ven trabajos de control y fiscalización. Los números son abismalmente distantes con respecto a lo que había en 2019. Ese es un reflejo del trabajo que nos instruyó la presidenta Áñez”.

Mientras tanto, en las redes sociales circulan videos que dan cuenta del siniestro y el avance del fuego, proceso que es denunciado por activistas, quienes consideran que ni los medios ni las autoridades están dando cuenta al respecto.

Es el caso, por ejemplo, de Lucha por la Amazonía Boliviana, un grupo que expresa su preocupación por los incendios en el Pantanal brasilero, muy próximo al país. “Esto no es ficción, estamos ardiendo y en Bolivia no hay cobertura. La mayor cantidad de focos de calor de los últimos 10 años”, publicó el equipo, junto a un video de una usuaria.

Por su parte, Wilma Mendoza, representante de  la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia y de la población Mosetén, reflejó que las autoridades centrales hacen caso omiso a las necesidades de las comunidades indígenas, sobre todo de la Chiquitanía, que se encuentra muy golpeada tras los sucesos de 2019.

“Las mujeres chiquitanas están afectadas en seguridad alimentaria. Se perdieron semillas nativas. Estamos preocupadas porque debemos alimentar a los niños”, dijo, en una entrevista con ATB.

Biodiversidad

Las comunidades indígenas exigen que se anulen decretos que consideran que son nocivos para la biodiversidad.