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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Hay 10 posibles infectados con COVID-19 en la sede de la CIDOB y 75 familias en riesgo

El líder indígena Gregorio Queti hizo un pedido de auxilio a través de Radio Santa Cruz. Logró que acudiera personal del SEDES, pero solo les tomaron los datos personales. No dejaron medicamentos ni hicieron pruebas.
 
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Buca Durán, del pueblo Chácobo y dirigente de la CIDOB en aislamiento. LEONARDO TAMBURINI.
Hay 10 posibles infectados con COVID-19 en la sede de la CIDOB y 75 familias en riesgo

Al menos 10 contagiados de COVID-19 fueron detectados entre los indígenas albergados en la sede de la Confederación de Indígenas del Oriente de Bolivia (CIDOB), en Santa Cruz, lo que pone en riesgo a las 74 familias que actualmente están en el edificio, en el cuarto anillo de la capital cruceña.

Luego de un pedido de auxilio a través de Radio Santa Cruz, hecho el domingo por el presidente de la CIDOB, Gregorio Queti, el Servicio Departamental de Salud (SEDES) envió personal, pero solo recogió datos de los afectados. No dejaron medicamentos, ni hicieron pruebas, tampoco les hicieron revisiones, pese a que varios tienen diarrea, dolor muscular, fiebre y a algunos incluso les falta el aire, contó Queti, quien es uno de los afectados y desde hace unos días decidió aislarse en una de las habitaciones.

El delegado del Defensor del Pueblo, Bryan Tintaya, fue consultado en Radio Santa Cruz por la periodista Mercedes Fernández sobre qué acciones realiza esa institución para ayudar a este sector. El funcionario dijo que se hace lo posible para visibilizar la situación de los indígenas en general y que se gestionó alimentos para apoyarlos. Anunció que les hará una visita personal para conocer su situación.

Antes de la visita del SEDES, Queti pidió el auxilio de las autoridades por encontrarse en una situación desesperante y de abandono, pues solo entre los miembros del directorio hay cuatro personas con síntomas y el sábado falleció una mujer miembro de la Central de Pueblos Étnicos de Santa Cruz (Cepesc).

Uno de los dirigentes en peor estado, dijo, es el secretario de Tierra y Territorio de la CIDOB, Buca Durán, a quien no pudieron llevar a un centro de salud para confirmar si tiene  COVID-19. Del directorio, la primera afectada fue la secretaria de Autonomías, Sonia Olivera; el secretario de Juventudes, Ramón Aguilar, también enfermó, pero está recuperándose; y la secretaria de Educación, María Inés N., comenzó con fiebre el sábado.

Hay un grupo que ya superó la fiebre, pero presentan otros síntomas graves. “No se ha podido llegar a ningún centro (de salud) para confirmar si es el coronavirus. Yo también tengo todos los síntomas, desde ayer (sábado) al mediodía me encerré en el cuarto para evitar alguna situación. Solo pude hacer algunas gestiones telefónicamente para que vengan médicos y nos puedan hacer análisis en la Casa Grande porque hay varios niños. Por teléfono también, le solicité al Viceministro de Medicina Tradicional, con el único que pude hablar, para que pueda hablar con el Ministro de Salud y que nos puedan hacer un análisis”. Contó que hace seis días cayó con fiebre, dolor de pulmones, tos y que el sábado ya no podía resistir el dolor en el corazón que le impedía hablar.

Afirma que temen automedicarse e intoxicarse, por eso toman Paracetamol para la fiebre, vapor de eucalipto y mates calientes para aliviar el dolor.

Recordó que hace dos semanas hicieron gestiones para que atiendan a los sirionó. Personal del SEDES fue la CIDOB a hacerles pruebas. “A ellos sí se les ha atendido, se les ha hecho la prueba. Un grupo se despachó a Trinidad, pero hay otro grupo de 11 personas que quedaron con sospechas y todavía están en la Casa Grande, siguen con fiebre (…)”.

La sede de la CIDOB es el lugar a donde llegan los indígenas cuando se trasladan a la ciudad, fue inaugurada en 2015.