LA CAPITAL DEL FOLKLORE FUE UNA DE LAS PRIMERAS EN CONTAR CON SERVICIOS BÁSICOS EN EL PAÍS Y HOY EN DÍA ESA SITUACIÓN NO HA MEJORADO
“La esperanza es la pujanza de la minería”
09 de febrero de 2012 (22:01 h.)
Pola Mardesich Echenique durante 10 años fue profesora del Centro Boliviano Americano en Oruro, ahora vive en Cochabamba y es presidenta de los residentes orureños en nuestra capital.
“La esperanza de Oruro es la pujanza de sus minerales que le dan tantos recursos a nuestro país, creemos que eso va a lograr el desarrollo de nuestra tierra”, dice.
Para Mardesich que realiza viajes constantes a Oruro, ese departamento dejó de ser el centro comercial más importante que tenía el país hace unos cuarenta años atrás.
Ella recuerda que el tren que llegaba de la Argentina a ese departamento traía grandes cantidades de productos.
“Cuando era chica recuerdo que iba con mis amigos a la estación de trenes y los argentinos sacaban a la ventana sus productos a la venta y el tren de Cochabamba también llevaba las deliciosas empanadas de Arque y frutas y verduras frescas”, menciona a tiempo de señalar que también existían grandes tiendas de ventas de aparatos mecánicos y repuestos.
Mardesich asegura que sobretodo hay un cambio étnico en Oruro donde la gente del campo ha migrado a la ciudad y la gente de la ciudad ha salido a otros departamentos en busca de trabajo y mejores condiciones de vida.
“Ya no hay orureños antiguos en la ciudad, la mayor parte de las familias se han ido”, dijo a tiempo de recordar que en esas épocas se conformaron las primeras fraternidades folklóricas de Oruro.
Manifiesta que aunque existe movimiento en el departamento la ciudad y las provincias están muy descuidadas por las autoridades.
“Oruro ha sido la primera en tener ferrocarril, primera en aviación, en tener calles asfaltadas, alcantarillado, red telefónica y fuimos los primeros en tener un carro bombero, pero nos quedamos ahí porque actualmente las autoridades van a los lugares donde hace falta una obra ponen la primera piedra y luego se olvidan. Los orureños ahora somos muy pasivos y conformistas”, dijo.