Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Tragar sapos

Tragar sapos
Don Wálter Guevara Arze, lobo político por naturaleza, estuvo en todas las lides imaginables de contienda por el poder, lo que implicó desde persecuciones hasta odios desmesurados, como baños de popularidad y vanagloria, éxitos y fracasos.
Desempeñó todos los cargos públicos jerárquicos, incluyendo la primera magistratura. La faceta, menos pública, pero por cierto no menos gloriosa de este insigne hombre público, fue la literatura. Lector infatigable y voraz, escritor, y como tal su cuento “Tempestad en la Cordillera” ganó, en  1979, el primer premio dentro del concurso Edmundo Camargo. Seguramente esa vena le permitió, en su momento, cuando propugnaba alianzas con sus más recalcitrantes enemigos para derrocar la dictadura, lo indujo a acuñar la celebrada frase: “Los políticos muchas veces deben tragar sapos”, refiriéndose indudablemente a los acuerdos, alianzas y renuncias en favor de sus otrora contumaces rivales.
Lamentablemente, lo expresado por el Dr. Guevara fue malinterpretado por los actuales detentadores del poder político, quienes tergiversaron lo dicho, considerando como función de gobierno, ofrecer al pueblo un menú reiterado de anuros

El banquete de batracios, y la exigencia de tragar los mismos en comida fría, caracteriza al régimen que ostentosamente califica a su gestión como de revolución en democracia, o del vivir bien, como si tales fuesen la corrupción y el engaño, la apropiación indebida de los recursos del Estado; la desinstitucionalización, el endiosamiento y culto a la personalidad del líder y timonel, y mucho más.
La última digresión de  anfibios a la que fue sometido el pueblo boliviano, las llamadas elecciones primarias, inicialmente concebida como una forma democrática de contienda interna de los agrupamientos políticos partidarios, la cual debía tener su zenit el año 2024, como se puede constatar en el proyecto de Ley de Organizaciones políticas, pero la precipitación mal intencionada de los manipuladores del partido gobernante precipitaron su desastre, imponiendo una contienda sin contendores,  que dio como resultado el fiasco y el fracaso y con ello una secuela de males para la democracia y el país, y cual boomerang para los gourmets del guisado

Resulta evidente que la intención de quienes precipitaron estas inéditas primarias era legalizar la perpetuación en el poder del binomio masista, pero lo cierto y evidente es que la inconstitucionalidad no se legaliza por el transcurso del tiempo y menos aún por decisión personal, por más que se acuda a las urnas, aplicando aquel principio que establece que un segundo de legalidad no revierte lo inicuo. Desde lo fáctico, los resultados de tal consulta no podían ser más estrepitosos, puesto que disponiéndose de toda la parafernalia estatal, la ausencia de otro candidato y la disposición plena de los instrumentos que da el poder, el partido gobernante y sus candidatos no obtuvieron los resultados esperados, ni siquiera la mayoría del actual padrón electoral y menos aún los resultados vaticinados que supuestamente iban a estar en el 70 por ciento .
Esta contienda sin contendores ha demostrado, de modo fehaciente, su hartazgo y rechazo, contra un  consorcio de manipuladores del poder, ha elegido la democracia y la libertad y consiguientemente no se halla dispuesto a tragar sapos.