COLECTIVO TELARTES
Por un Sistema Nacional de Culturas
03 de febrero de 2019 (20:46 h.)
El caso de la Escuela Nacional de Teatro, ubicada en el Plan 3000 de Santa Cruz, y que está en peligro de cerrarse por falta de los pagos comprometidos por la entidad edil por más de una gestión, no es el único ni está aislado. Este análisis, llevado al contexto de país, me llevó a sugerir la necesidad de un Sistema Nacional de Culturas o mínimamente de una gestión coherente de un sector que es prioritario en la construcción simbólica, para las narrativas de cambio social y la generación de imaginarios
Un Sistema Nacional de Culturas es un conjunto de instancias, espacios de participación y procesos de desarrollo institucional —planificación, financiación, formación, e información— articulados entre sí, que posibilitan el desarrollo cultural y el acceso de la comunidad a los bienes y servicios culturales de acuerdo a principios de descentralización, diversidad, participación y autonomía. Su objeto principal es el de garantizar el acceso de la población a las manifestaciones, bienes, servicios y prácticas culturales, a la vez, promueve la creatividad
Tomo el mismo ejemplo de la Escuela de Santa Cruz para analizar, muy sucintamente, aspectos de esta realidad. Esta instancia forma actores, directores, dramaturgos, los que requerirán espacios culturales para difundir sus creaciones. Entre los pocos espacios existentes en el país, los independientes —en su mayoría— trabajan sin apoyo y su sostenimiento es muy precario, los espacios públicos —también reducidos— son de difícil acceso y no responden a la demanda
Por otro lado, tanto el teatral como la totalidad de los rubros artísticos requieren de fondos para desarrollarse. Los presupuestos de cultura no contemplan esta fase del trabajo que resulta la más onerosa, a lo mucho se cuenta con reducidos montos de auspicio que cubren en parte la publicidad de dichas presentaciones
Los actores culturales deben estar amparados por marcos legales que garanticen sus estrategias, por presupuestos y programas que sustenten sus acciones. En el país no contamos con una Ley de Culturas, a pesar de que desde el sector hicimos llegar propuestas legislativas consensuadas desde 2012
Es fundamental dejar de pensar “culturas” como una gestión coyuntural y ornamental. La única garantía para ello es proyectarla como proceso integral y articulado, que cimiente las bases formativas, fomente la producción y promueva acciones más allá de los eventos y el show.
Un Sistema Nacional de Culturas es un conjunto de instancias, espacios de participación y procesos de desarrollo institucional —planificación, financiación, formación, e información— articulados entre sí, que posibilitan el desarrollo cultural y el acceso de la comunidad a los bienes y servicios culturales de acuerdo a principios de descentralización, diversidad, participación y autonomía. Su objeto principal es el de garantizar el acceso de la población a las manifestaciones, bienes, servicios y prácticas culturales, a la vez, promueve la creatividad
Tomo el mismo ejemplo de la Escuela de Santa Cruz para analizar, muy sucintamente, aspectos de esta realidad. Esta instancia forma actores, directores, dramaturgos, los que requerirán espacios culturales para difundir sus creaciones. Entre los pocos espacios existentes en el país, los independientes —en su mayoría— trabajan sin apoyo y su sostenimiento es muy precario, los espacios públicos —también reducidos— son de difícil acceso y no responden a la demanda
Por otro lado, tanto el teatral como la totalidad de los rubros artísticos requieren de fondos para desarrollarse. Los presupuestos de cultura no contemplan esta fase del trabajo que resulta la más onerosa, a lo mucho se cuenta con reducidos montos de auspicio que cubren en parte la publicidad de dichas presentaciones
Los actores culturales deben estar amparados por marcos legales que garanticen sus estrategias, por presupuestos y programas que sustenten sus acciones. En el país no contamos con una Ley de Culturas, a pesar de que desde el sector hicimos llegar propuestas legislativas consensuadas desde 2012
Es fundamental dejar de pensar “culturas” como una gestión coyuntural y ornamental. La única garantía para ello es proyectarla como proceso integral y articulado, que cimiente las bases formativas, fomente la producción y promueva acciones más allá de los eventos y el show.