Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 13:20

Liderazgo en Bolivia

Liderazgo en Bolivia
Santiago R. Arce San Martín



Si existe una persona dotada de cualidades visionarias, intuitivas, deductivas con actos rodeados de carisma, virtudes de buen orador, justo, correcto y sobre todo claro en sus exposiciones es el líder que cualquier nación acepta como su conductor.

Sin exagerar, sólo llegué a conocer a un líder en nuestro país: el Gral. René Barrientos Ortuño. Quien quiera que hubiese tenido la oportunidad de hablar con él, quedaba prendado justamente por su carisma. Siendo militar, que en esos tiempos era considerado como expresión del fascismo, hizo trabajar a dirigentes de tinte izquierdista en cantones, secciones y algunas provincias a quienes les dejaba plata y se comprometían ante él para que en la fecha fijada de mutuo acuerdo la obra esté concluida y volvería en su helicóptero para inaugurarla.

El Che lo reconoció cuando sobrevolaba en su campamento y respetó su coraje. En esa oportunidad podía haber tomado su vida anticipadamente helicóptero y todo; no lo hizo. Parecería que hubiese habido mutuo respeto porque después, Barrientos se opuso a que asesinaran al Che. Él prefería cambiarlo con un militar cubano preso: Huber Mattos, cuya foto se llegó a pegar en los pilares de la plaza 14 de Septiembre. Todo esto coincide con una de las declaraciones del ex - ministro del Interior Antonio Arguedas, las leí en uno de los matutinos, lo que le expresó el Gral. Barrientos luego de salir de una reunión con el Alto Mando Militar respecto a la suerte del Che. Éstas fueron sus palabras: “Fue decisión de tres generales de escasas luces”. ¿Quiénes fueron? Queda para la investigación. Lo claro es que no fue Barrientos quien ordenó matar al Che.

El líder de los bolivianos en Chile era admirado y temido al mismo tiempo. En la revista VEA, al lado de su foto decía uno de sus titulares: “Este loco nos puede complicar”. Este líder hablaba en su tiempo de petroquímica, de siderurgia y de la generosidad productiva de Abapó Izozog. Este líder en Santa Cruz mereció el calificativo de “el hijo más acollado que tenían”, porque impulsó la construcción del aeropuerto de Viru Viru, las carreteras I y IV. Pospuso la construcción en Cochabamba del aeropuerto de Santa Lucía. Probablemente iba a cumplirlo, pero la vida no le dio para más. Todos tienen un límite.

Fue el presidente más llorado y cuyo entierro hasta la fecha jamás llegó a reunir tanta gente. Su tumba es visitada y engalanada cotidianamente de flores. Así fue y así continúa el recuerdo de su liderazgo.

---

Santiago R. Arce San Martín es médico.