Un columnista más serio debería ensayar un análisis sobre los dos partidos que jugó la Selección boliviana, por fecha FIFA, ante Corea del Sur y Japón. Un columnista más serio habría hecho su tarea: madrugar los días en que se disputaron esos partidos y tomar apunte del rendimiento de los futbolistas convocados para renovar la Verde. Un columnista más serio se embarcaría en una evaluación de los planteamientos técnicos y tácticos de Eduardo Villegas, el entrenador del combinado nacional.

No es el caso del suscrito, un columnista chapucero e irresponsable, que suele enfurecer a conocidos y desconocidos con sus disparates. Este columnista no ensayará análisis alguno de esos dos amistosos. No lo hará porque no hizo su tarea: no madrugó los días en que se jugaron los partidos, de los que, a lo sumo, vio resúmenes; ni hablar de apuntes. Tampoco evaluará el desempeño del seleccionado, pues apenas se enteró de cómo acabaron los lances: perdimos 1-0 en ambos casos. De esquemas tácticos y técnicos no tiene nada que decir. Apenas sabe que, desde que Villegas se hizo cargo de la dirección técnica de la Selección absoluta, no ha ganado un solo partido. Además de las derrotas ante los asiáticos, por lo demás previsibles, al tratarse de dos equipos que hicieron un muy buen Mundial de Rusia y que están entre los mejores de su continente (Corea ganó los Juegos Asiáticos 2018 y Japón salió subcampeón de la Copa Asia 2019); Bolivia empató 2-2 con Nicaragua en Villa Tunari.

La imposibilidad de seriedad en este espacio solo podría derivar en un puñado de impresiones y especulaciones en torno al anuncio de un nuevo amistoso de Bolivia, este vez nada menos que ante la campeona del mundo, Francia. No es para menos. El choque del 2 de junio, en el estadio Beaujoire de Nantes, enfrentará a ambos combinados por primera vez en su historia deportiva e institucional. A más de la explicación oficial, las gestiones de la empresa de televisación Mediapro, la única conjetura plausible que se me ocurre para entender este insólito amistoso es que la novia de Pogba, la modelo boliviana María Salaues, persuadió al volante francés de que le regale para su cumpleaños un partido entre Les Bleus y el seleccionado de su país natal. Así que gracias totales, paisana Salaues. Ahora, si no es mucha molestia, no estaría de más que intercedas ante el bueno de Pogba y sus camaradas para que ante los nuestros dispensen algo de libertad, igualdad y, sobre todo, piedad. No vaya a ser que tu regalo de cumpleaños acabe en una goleada humillante.